La familia como religión, el beisbol como sacramento: la historia de los Molina

A Bengie Molina su padre le inculcó que la verdadera estatura de un hombre se mide por aquellos atributos que no se puede expresar en números o cifras, porque el carácter y la determinación de un jugador, a diferencia de los campos de beisbol, trazados con precisión, no pueden ser medidos o cronometrados con instrumento alguno.

"Mi padre, como yo, creía que la medida más importante de un hombre era la fiereza con la que estaba dispuesto a seguir los dictados de su corazón dentro y fuera del campo", escribe Molina en el epílogo de su libro "MOLINA, (The story of the father who raised an unlikely baseball dynasty)", una especie de epopeya moderna que trasciende las tradicionales biografías deportivas de atletas profesionales.

MOLINA, escrito junto a la periodista Joan Ryan, es un homenaje a la tenacidad de un padre proveniente de un barrio humilde de Puerto Rico, que sin proponérselo, produjo una dinastía de receptores latinos en las Grandes Ligas: Bengie, José y Yadier Molina. No obstante, el mismo Bengie afirma que no es únicamente un libro sobre beisbol.

Benjamín Molina Santana, un legendario jugador amateur boricua, es claramente la figura central del libro de Bengie Molina; pero el ex cátcher rápidamente señala que su madre también figura en la historia, y que también el homenaje le alcanza a ella. El libro, que se publicó en inglés en mayo -y a principios de junio en español-, captura no solo las enseñanzas deportivas de un padre a sus hijos, es un testimonio de perseverancia y humildad que Molina desea compartir, en especial con los latinos.

A las Grandes Ligas no se llega de la noche a la mañana. De ello da cuenta Molina con lujo de detalles al recordar la agonía que experimentó tras ser ignorado durante tres "drafts" colegiales; o cuando al ser firmado por los Angels tuvo que pasar seis años en las Ligas Menores, durante los cuales, para sostener a su esposa e hija complementaba sus ingresos jugando durante el invierno en la Isla, o trabajando en el campo en Arizona, colectando lechuga.

Su pimer contrato para los Angels, por ejemplo, lo firmó en blanco, y en vez de recibir el bono de $25,000 prometido, su primer cheque como jugador firmado fue de menos de $1000. Cuando lo enviaron a jugar a Vancouver, también en las Ligas Menores, Molina llegó a dormir en el clubhouse del equipo. Por eso insiste que uno de los objetivos del libro es que la gente sepa que "si nosotros pudimos, ustedes también pueden", afirmó en una entrevista con Hoy Dallas.

Molina también explicó que a pesar de no haber sido muy asiduo a la iglesia, ni él ni toda su familia. Su padre le enseñó que "la religión se llevaba en el corazón".

Su padre, dice en el libro, tenía a la familia como religión, y al beisbol como sacramento.

Sobre la humildad, dijo que fue uno de los grandes legados que dejó el gran Roberto Clemente al pueblo puertorriqueño, un hombre que era venerado en la Isla casi con el mismo fervor que Jesucristo.

A pesar de que los tres hermanos Molina lograron ganar anillos de Serie Mundial, Bengie reconoce que tanto José "Cheo" como Yadier, nacieron con el talento natural para ser receptores, que él lo tuvo que aprender mecánicamente, con práctica y el entrenamiento de varios maestros.

Poco antes de retirarse, en el 2010, durante su breve paso por los Rangers, Molina recuerda que bateó para el ciclo: un sencillo, un doble, un triple y un jonrón; pero un jonrón con las bases llenas. Después Texas perdió la Serie Mundial contra los Gigantes, el equipo con el que Molina había iniciado la temporada, por lo que de cualquier manera, el veterano cátcher se hizo acreedor a otro anillo de campeón.

Molina está de visita el jueves 11 y viernes 12 en Fort Worth y Alrington para firmar copias de sus libros, en TCU y el Global Life Park Ballpark, respectivamente.

Firma de libros de Bengie Molina
Jueves 11
Barnes & Noble en Texas Christian University
Fort Worth, TX
7 p.m.

Viernes 12
Majestic Grand Slam Shop
Globe Life Park
Arlington, TX
Entre 6-8 p.m.

"Mi padre, como yo, creía que la medida más importante de un hombre era la fiereza con la que estaba dispuesto a seguir los dictados de su corazón dentro y fuera del campo", escribe Molina en el epílogo de su libro "MOLINA, (The story of the father who raised an unlikely baseball dynasty)", una especie de epopeya moderna que trasciende las tradicionales biografías deportivas de atletas profesionales.

MOLINA, escrito junto a la periodista Joan Ryan, es un homenaje a la tenacidad de un padre proveniente de un barrio humilde de Puerto Rico, que sin proponérselo, produjo una dinastía de receptores latinos en las Grandes Ligas: Bengie, José y Yadier Molina. No obstante, el mismo Bengie afirma que no es únicamente un libro sobre beisbol.

Benjamín Molina Santana, un legendario jugador amateur boricua, es claramente la figura central del libro de Bengie Molina; pero el ex cátcher rápidamente señala que su madre también figura en la historia, y que también el homenaje le alcanza a ella. El libro, que se publicó en inglés en mayo -y a principios de junio en español-, captura no solo las enseñanzas deportivas de un padre a sus hijos, es un testimonio de perseverancia y humildad que Molina desea compartir, en especial con los latinos.

A las Grandes Ligas no se llega de la noche a la mañana. De ello da cuenta Molina con lujo de detalles al recordar la agonía que experimentó tras ser ignorado durante tres "drafts" colegiales; o cuando al ser firmado por los Angels tuvo que pasar seis años en las Ligas Menores, durante los cuales, para sostener a su esposa e hija complementaba sus ingresos jugando durante el invierno en la Isla, o trabajando en el campo en Arizona, colectando lechuga.

Su pimer contrato para los Angels, por ejemplo, lo firmó en blanco, y en vez de recibir el bono de $25,000 prometido, su primer cheque como jugador firmado fue de menos de $1000. Cuando lo enviaron a jugar a Vancouver, también en las Ligas Menores, Molina llegó a dormir en el clubhouse del equipo. Por eso insiste que uno de los objetivos del libro es que la gente sepa que "si nosotros pudimos, ustedes también pueden", afirmó en una entrevista con Hoy Dallas.

Molina también explicó que a pesar de no haber sido muy asiduo a la iglesia, ni él ni toda su familia. Su padre le enseñó que "la religión se llevaba en el corazón".

Su padre, dice en el libro, tenía a la familia como religión, y al beisbol como sacramento.

Sobre la humildad, dijo que fue uno de los grandes legados que dejó el gran Roberto Clemente al pueblo puertorriqueño, un hombre que era venerado en la Isla casi con el mismo fervor que Jesucristo.

A pesar de que los tres hermanos Molina lograron ganar anillos de Serie Mundial, Bengie reconoce que tanto José "Cheo" como Yadier, nacieron con el talento natural para ser receptores, que él lo tuvo que aprender mecánicamente, con práctica y el entrenamiento de varios maestros.

Poco antes de retirarse, en el 2010, durante su breve paso por los Rangers, Molina recuerda que bateó para el ciclo: un sencillo, un doble, un triple y un jonrón; pero un jonrón con las bases llenas. Después Texas perdió la Serie Mundial contra los Gigantes, el equipo con el que Molina había iniciado la temporada, por lo que de cualquier manera, el veterano cátcher se hizo acreedor a otro anillo de campeón.

Molina está de visita el jueves 11 y viernes 12 en Fort Worth y Alrington para firmar copias de sus libros, en TCU y el Global Life Park Ballpark, respectivamente.

Firma de libros de Bengie Molina
Jueves 11
Barnes & Noble en Texas Christian University
Fort Worth, TX
7 p.m.

Viernes 12
Majestic Grand Slam Shop
Globe Life Park
Arlington, TX
Entre 6-8 p.m.