La ex tenista española Arantxa Sánchez Vicario presentó esta semana en Barcelona su polémico libro de memorias titulado, "¡Vamos!", en el que señala a sus padres por desperdiciar los aproximadamente 45 millones de euros que habría ganado durante sus 17 años de existosa carrera profesional.
"¡Vamos!", es una autobiografía que recoge los momentos más importantes de la trayectoria tenística de la ex jugadora de la WTA, además de su crecimiento en las canchas al lado de sus hermanos, los también tenistas Emilio y Javier.
"El mazazo que he recibido en los últimos meses me ha servido para despertar y vivir la peor pesadilla posible. Aún no soy capaz de entender qué me está sucediendo: que todo por lo que he luchado, que todo lo que he conseguido, se ha esfumado sin más. Me lo dicen y no me lo puedo creer. ¿Cómo es posible que todo lo conseguido en tantos años haya desaparecido, no exista? Estoy convencida de que no puede ser cierto", afirma la ibérica en su libro.
"En cuanto conocí al que hoy es mi marido y padre de mis hijos, Arantxa y Leo, toda la familia puso de nuevo en marcha los mecanismos que habían conseguido romper mis relaciones anteriores (...) Según, ellos, ninguna de las personas que se han acercado a mí era lo suficientemente buena para que yo pudiera mantener una relación de afecto o simplemente amistad", continúa.
Sánchez Vicario reprocha a sus progenitores su actitud tan protectora hacia ella, que acabaron por anular su personalidad: "Desde el primer momento en que se vislumbró la posibilidad de que llegara a ser jugadora profesional, mis padres estuvieron obsesionados con controlarlo todo (...) Opinaban absolutamente de todo, hasta de las cuestiones más nimias".
"No puedo evitar pensar cuánto me he equivocado al no haber sido más autosuficiente en todo lo que concierne a mi carrera", reflexionó la ex tenista.
"No os podéis imaginar lo doloroso que ha sido publicar mis memorias, pero tenía esa necesidad vital y no podía seguir simulando una relación inexistente con mis padres y hermanos", confesó.
Sin permitir preguntas de la prensa, Vicario leyó un comunicado a los asistentes para sustentar la decisión de demandar a sus padres, a quienes ha acusado públicamente de haber dilapidado su fortuna. "¿Puede alguna persona creerse que yo no quería que todos estos problemas se quedaran en la familia? Lo he intentado con todas mis fuerzas", aseveró, sin dar más detalles de la demanda, "porque eso está en manos de los abogados".
"No soy una desagradecida, pero mis padres han ejercido un control y una protección que me han anulado en muchos momentos cruciales de mi vida".
"¿Puede alguno de mis hermanos o mis propios padres decidir con quién tengo que compartir mi vida? ¿Por qué se tienen que buscar siempre culpables a mis decisiones", se preguntó.
"Sigo siendo la misma, sólo que ahora decido lo que quiero decir y no quiero esconderme". Añadió que ahora tiene "una nueva vida", en la que su marido y sus dos hijos son su verdadera familia.
"¡Vamos!", es una autobiografía que recoge los momentos más importantes de la trayectoria tenística de la ex jugadora de la WTA, además de su crecimiento en las canchas al lado de sus hermanos, los también tenistas Emilio y Javier.
"El mazazo que he recibido en los últimos meses me ha servido para despertar y vivir la peor pesadilla posible. Aún no soy capaz de entender qué me está sucediendo: que todo por lo que he luchado, que todo lo que he conseguido, se ha esfumado sin más. Me lo dicen y no me lo puedo creer. ¿Cómo es posible que todo lo conseguido en tantos años haya desaparecido, no exista? Estoy convencida de que no puede ser cierto", afirma la ibérica en su libro.
"En cuanto conocí al que hoy es mi marido y padre de mis hijos, Arantxa y Leo, toda la familia puso de nuevo en marcha los mecanismos que habían conseguido romper mis relaciones anteriores (...) Según, ellos, ninguna de las personas que se han acercado a mí era lo suficientemente buena para que yo pudiera mantener una relación de afecto o simplemente amistad", continúa.
Sánchez Vicario reprocha a sus progenitores su actitud tan protectora hacia ella, que acabaron por anular su personalidad: "Desde el primer momento en que se vislumbró la posibilidad de que llegara a ser jugadora profesional, mis padres estuvieron obsesionados con controlarlo todo (...) Opinaban absolutamente de todo, hasta de las cuestiones más nimias".
"No puedo evitar pensar cuánto me he equivocado al no haber sido más autosuficiente en todo lo que concierne a mi carrera", reflexionó la ex tenista.
"No os podéis imaginar lo doloroso que ha sido publicar mis memorias, pero tenía esa necesidad vital y no podía seguir simulando una relación inexistente con mis padres y hermanos", confesó.
Sin permitir preguntas de la prensa, Vicario leyó un comunicado a los asistentes para sustentar la decisión de demandar a sus padres, a quienes ha acusado públicamente de haber dilapidado su fortuna. "¿Puede alguna persona creerse que yo no quería que todos estos problemas se quedaran en la familia? Lo he intentado con todas mis fuerzas", aseveró, sin dar más detalles de la demanda, "porque eso está en manos de los abogados".
"No soy una desagradecida, pero mis padres han ejercido un control y una protección que me han anulado en muchos momentos cruciales de mi vida".
"¿Puede alguno de mis hermanos o mis propios padres decidir con quién tengo que compartir mi vida? ¿Por qué se tienen que buscar siempre culpables a mis decisiones", se preguntó.
"Sigo siendo la misma, sólo que ahora decido lo que quiero decir y no quiero esconderme". Añadió que ahora tiene "una nueva vida", en la que su marido y sus dos hijos son su verdadera familia.