(23 de mayo: La ventaja de los Warriors ahora es de 3-0, a pesar de 40 puntos de Luka Doncic en el primer juego de la serie en Dallas. Los Mavericks de un momento a otro se encuentran al borde de la eliminación ante el experimentado grupo de jugadores del equipo de la Bahía. La clavada para poster de Andrew Wiggins sobre Luka podría haber sido un momento definitivo).
El artículo original (antes del juego 3):
¿Lo lograrán de nuevo? Los Mavericks remontaron un 0-2 contra los Soles de Phoenix en la ronda anterior de los "playoffs" de la NBA antes de pasar a la final de conferencia para enfrentar a los Warriors de Golden State, con quienes de manera idéntica iniciaron su serie rezagándose 0-2 tras el primer par de juegos celebrados en San Francisco...
El asunto es que el equipo de los Guerreros es un rival muy distinto al de los Suns. La diferencia es muy obvia y sin embargo, eso no quiere decir que los Mavericks tengan que ser descartados automáticamente ante el poderío de un dúo difícil de digerir como el de Steph Curry y Klay Thompson, los infames "Splash Brothers". Luka Doncic es de la misma forma un jugador con inmenso poderío a larga distancia -pero al mismo tiempo, con unas facultades increíbles para distribuir el balón. Doncic vs Curry es un duelo más parejo que cualquier otro enfrentamiento que se pudiera haber desarrollado entre Mavs vs Suns, sin duda.
El esloveno de tan solo 23 años es un tipo temerario y sui generis, quien desde su primer partido debut (amistoso en la pretemporada de 2018, contra un equipo de China) demostró que no le parece algo extraordinario lanzar (ni encestar) desde muy lejos los triples. Aunque no tiene la experiencia de las Finales de la NBA que posse Curry, Doncic saltó al profesionalismo desde la adolescencia. Fue campeón con el Real Madrid y de sobra se sabe todo lo que logró antes de desembarcar en la NBA poco antes de cumplir 20 años. Su ritmo en la duela (magia incluida) pone en duda el eterno eslogan de "deporte ráfaga", por ejemplo.
Curry es un tipo efectivo y burlista, más burlista que Jordan y tan campeón como él, pero a diferencia de Michael, su tipo de agresión es pasiva (con esos bailecitos que saca). Es también un fuera de serie que eclipsó las jugadas gloriosas de Reggie Miller o del propio Steve Kerr, al convertir los tiros de tres en disparos rutinarios. Esos tiros de tres solían ser un verdadero acento, un recurso más allá del disparo de media distancia, los remates (putbacks) siempre oportunos o las clavadas (o retacadas) de los más atléticos en la pintura.
Un triple de Robert Horry que le daba la ventaja a los Rockets sobre los Knicks a mediados de los noventa era considerado un momento verdaderamente especial. Mario Ellie se fajaba bien los pantalones y acertaba de larga distancia en momentos cruciales, decía José Roberto "Pepe" Espinoza durante las transmisiones de fin de semana en TV Azteca. En la actualidad, disparar/encestar un triple es tan rutinario como ver a un jugador ir tras un rebote.
Las celebraciones de Curry son el trago amargo de cada partido para los que no son fanáticos de su estilo ofensivo ni de su peculiar personalidad en la cancha, pero las rabietas y el carácter aún juvenil de Doncic también cobra factura entre cierto sector de la fanaticada que probablemente le incomoda su brillantez tan sólida a tan "corta edad". Ambos se perfilan a ser jugadores legendarios y los dos le ponen a su modo su toque a cada partido, pero el ego de cada uno es lo que de momento sigue siendo más prominente que su propio estilo de jugar... Es parte, después de todo, de ese extra que le da "más vida" al show. El show que se disfruta gane quien gane.
El asunto es que el equipo de los Guerreros es un rival muy distinto al de los Suns. La diferencia es muy obvia y sin embargo, eso no quiere decir que los Mavericks tengan que ser descartados automáticamente ante el poderío de un dúo difícil de digerir como el de Steph Curry y Klay Thompson, los infames "Splash Brothers". Luka Doncic es de la misma forma un jugador con inmenso poderío a larga distancia -pero al mismo tiempo, con unas facultades increíbles para distribuir el balón. Doncic vs Curry es un duelo más parejo que cualquier otro enfrentamiento que se pudiera haber desarrollado entre Mavs vs Suns, sin duda.
El esloveno de tan solo 23 años es un tipo temerario y sui generis, quien desde su primer partido debut (amistoso en la pretemporada de 2018, contra un equipo de China) demostró que no le parece algo extraordinario lanzar (ni encestar) desde muy lejos los triples. Aunque no tiene la experiencia de las Finales de la NBA que posse Curry, Doncic saltó al profesionalismo desde la adolescencia. Fue campeón con el Real Madrid y de sobra se sabe todo lo que logró antes de desembarcar en la NBA poco antes de cumplir 20 años. Su ritmo en la duela (magia incluida) pone en duda el eterno eslogan de "deporte ráfaga", por ejemplo.
Curry es un tipo efectivo y burlista, más burlista que Jordan y tan campeón como él, pero a diferencia de Michael, su tipo de agresión es pasiva (con esos bailecitos que saca). Es también un fuera de serie que eclipsó las jugadas gloriosas de Reggie Miller o del propio Steve Kerr, al convertir los tiros de tres en disparos rutinarios. Esos tiros de tres solían ser un verdadero acento, un recurso más allá del disparo de media distancia, los remates (putbacks) siempre oportunos o las clavadas (o retacadas) de los más atléticos en la pintura.
Un triple de Robert Horry que le daba la ventaja a los Rockets sobre los Knicks a mediados de los noventa era considerado un momento verdaderamente especial. Mario Ellie se fajaba bien los pantalones y acertaba de larga distancia en momentos cruciales, decía José Roberto "Pepe" Espinoza durante las transmisiones de fin de semana en TV Azteca. En la actualidad, disparar/encestar un triple es tan rutinario como ver a un jugador ir tras un rebote.
Las celebraciones de Curry son el trago amargo de cada partido para los que no son fanáticos de su estilo ofensivo ni de su peculiar personalidad en la cancha, pero las rabietas y el carácter aún juvenil de Doncic también cobra factura entre cierto sector de la fanaticada que probablemente le incomoda su brillantez tan sólida a tan "corta edad". Ambos se perfilan a ser jugadores legendarios y los dos le ponen a su modo su toque a cada partido, pero el ego de cada uno es lo que de momento sigue siendo más prominente que su propio estilo de jugar... Es parte, después de todo, de ese extra que le da "más vida" al show. El show que se disfruta gane quien gane.