Kaká, la esperanza brasileña en Sudáfrica

Son cosas del fútbol, pero no se les puede pasar por alto. Mientras Lionel Messi, seleccionado argentino, realiza proezas de forma regular en el FC Barcelona –recientemente marcó 4 goles en el triunfo de los azulgranas sobre el Arsenal (4-1) en la Liga de Campeones-, cuando viste la camiseta del equipo nacional, las críticas le llueven a chorros y la intriga sigue en aumento. Algunos le cuestionan incluso, si de verdad “siente los colores de su patria”, hablando en términos netamente futboleros, por supuesto.

 

Y a Ricardo Izecson dos Santos Leite, mejor conocido como Kaká, en España -y su Súper Liga- caso invertido al del argentino, no le va también como como a Messi a nivel de clubes y en su selección -Brasil, las cosas cambian.

La razón es simple, pues mientras que el carioca es un elemento indispensable con la selección de Brasil; en el Real Madrid, el famoso atleta cristiano no ha podido dejar huella en lo que va de la temporada -que inició en el 2009- y vive uno de los momentos cruciales previos al Clásico Español, en el que se miden el Barcelona contra el Madrid. Kaká incluso está descartado para la cita, debido a que aún no se encuentra al cien por ciento de una lesión en la pierna que arrastra ya hace tiempo.

Pero volviendo a los colores nacionales, recordemos que el balompié también es un fenómeno cíclico. Porque parece que fue ayer, cuando en la década de los noventas Brasil era el equivalente al Dream Team del baloncesto estadounidense: parecía imposible que alguien pudiese derribar la hegemonía de ese grupo tan autosuficiente como el que formaban Romario, ya de salida, junto al Fenómeno Ronaldo y la veteranía de Roberto Carlos, más los bríos de Ronaldinho.

Pero el tiempo pasa y ahora, Kaká, con toda su fama y carisma, a sus 27 años, deberá desplegar el buen fútbol con el que se le conoció al militar en las filas del AC Milán, antes de incorporarse al equipo merengue del Real Madrid, para que se mantenga fluyendo la buena sangre que ha corrido por la verdeamarhela desde que se tiene noticia del futbol a nivel de competencia.

¿Durmiendo con el enemigo?

Quizá la ironía más grande es que ahora, España, la llamada Furia Roja, es el equipo favorito para alzar la copa en Sudáfrica 2010 y tal vez a la Canarinha le toque transitar de abajo hacia arriba, ser un equipo de mediana élite. Aunque no hay que engañarse, esos colores verde amarillo han sabido imponer respeto desde hace varias décadas y en este Mundial no debe ser diferente, la cuestión, es qué tanto le ayudará a Brasil toda esa tradición de dominio en el futbol mundial, cuando su selectivo no parece estar plagado de talento de sobra como tradicionalmente acostumbra.

"Hoy Brasil es virtualmente dependiente de Kaká y si Kaká se lesiona, ¿qué va a pasar?", preguntó el mítico ex seleccionado brasileño Carlos Alberto al portal español Marca, en una entrevista reciente.

"No tenemos a ningún otro jugador capaz de dar vuelta un partido de la Copa Mundial y darle el título a Brasil", afirmó.

Un hombre de fé

Se dice que a los 18 años, Kaká sufrió un accidente al saltar desde un trampolín en una piscina, fracturándose una vértebra. Y aunque esto pudo haberle puesto fin a su promisoria trayectoria en el futbol, Kaká afirma que su inmensa fe en Dios le permitió recuperarse y llevar su carrera hacia el sendero del éxito que actualmente goza. Desde entonces, su fe se robusteció aún más, según el propio mediocampista.

El joven brasileño, que creció en un ambiente de holgura económica desde pequeño, (lo que le permitió acceder a una formación académica sólida a la par de su desarrollo deportivo), pertenece a un grupo denominado Atletas de Cristo.

En el 2004, por ejemplo, cuando el AC Milán ganó el campeonato del futbol italiano, la imagen de Kaká, o Ricky, como le llaman sus coequiperos, mostrando una camisa con la leyenda “I belong to Jesus” (Pertenezco a Jesús), dio la vuelta al mundo y lo consolidó como uno de los atletas más devotos a su fe.

Su clásica celebración cuando anota a gol consiste en apuntar al cielo como gesto de agradecimiento a Dios. La música favorita de Kaká es la evangelista, siendo él un evangelista cristiano desde pequeño. Su libro preferido, sin duda, es la biblia. Desde noviembre del 2004 ha fungido como Embajador Contra el Hambre para la Organización de las Naciones Unidas.

Si Brasil gana la Copa Mundial, el mundo volverá a recordar la devoción de Kaká a su máximo referente espiritual: Jesús, pero también podría significar un asunto de protocolo que molestaría a la FIFA. Ya veremos. Lo ideal es que Sudáfrica 2010 muestre a un grupo de seleccionados compitiendo a plenitud y que el público, como debiera de ser, sea el auténtico ganador.

 

 

Y a Ricardo Izecson dos Santos Leite, mejor conocido como Kaká, en España -y su Súper Liga- caso invertido al del argentino, no le va también como como a Messi a nivel de clubes y en su selección -Brasil, las cosas cambian.

La razón es simple, pues mientras que el carioca es un elemento indispensable con la selección de Brasil; en el Real Madrid, el famoso atleta cristiano no ha podido dejar huella en lo que va de la temporada -que inició en el 2009- y vive uno de los momentos cruciales previos al Clásico Español, en el que se miden el Barcelona contra el Madrid. Kaká incluso está descartado para la cita, debido a que aún no se encuentra al cien por ciento de una lesión en la pierna que arrastra ya hace tiempo.

Pero volviendo a los colores nacionales, recordemos que el balompié también es un fenómeno cíclico. Porque parece que fue ayer, cuando en la década de los noventas Brasil era el equivalente al Dream Team del baloncesto estadounidense: parecía imposible que alguien pudiese derribar la hegemonía de ese grupo tan autosuficiente como el que formaban Romario, ya de salida, junto al Fenómeno Ronaldo y la veteranía de Roberto Carlos, más los bríos de Ronaldinho.

Pero el tiempo pasa y ahora, Kaká, con toda su fama y carisma, a sus 27 años, deberá desplegar el buen fútbol con el que se le conoció al militar en las filas del AC Milán, antes de incorporarse al equipo merengue del Real Madrid, para que se mantenga fluyendo la buena sangre que ha corrido por la verdeamarhela desde que se tiene noticia del futbol a nivel de competencia.

¿Durmiendo con el enemigo?

Quizá la ironía más grande es que ahora, España, la llamada Furia Roja, es el equipo favorito para alzar la copa en Sudáfrica 2010 y tal vez a la Canarinha le toque transitar de abajo hacia arriba, ser un equipo de mediana élite. Aunque no hay que engañarse, esos colores verde amarillo han sabido imponer respeto desde hace varias décadas y en este Mundial no debe ser diferente, la cuestión, es qué tanto le ayudará a Brasil toda esa tradición de dominio en el futbol mundial, cuando su selectivo no parece estar plagado de talento de sobra como tradicionalmente acostumbra.

"Hoy Brasil es virtualmente dependiente de Kaká y si Kaká se lesiona, ¿qué va a pasar?", preguntó el mítico ex seleccionado brasileño Carlos Alberto al portal español Marca, en una entrevista reciente.

"No tenemos a ningún otro jugador capaz de dar vuelta un partido de la Copa Mundial y darle el título a Brasil", afirmó.

Un hombre de fé

Se dice que a los 18 años, Kaká sufrió un accidente al saltar desde un trampolín en una piscina, fracturándose una vértebra. Y aunque esto pudo haberle puesto fin a su promisoria trayectoria en el futbol, Kaká afirma que su inmensa fe en Dios le permitió recuperarse y llevar su carrera hacia el sendero del éxito que actualmente goza. Desde entonces, su fe se robusteció aún más, según el propio mediocampista.

El joven brasileño, que creció en un ambiente de holgura económica desde pequeño, (lo que le permitió acceder a una formación académica sólida a la par de su desarrollo deportivo), pertenece a un grupo denominado Atletas de Cristo.

En el 2004, por ejemplo, cuando el AC Milán ganó el campeonato del futbol italiano, la imagen de Kaká, o Ricky, como le llaman sus coequiperos, mostrando una camisa con la leyenda “I belong to Jesus” (Pertenezco a Jesús), dio la vuelta al mundo y lo consolidó como uno de los atletas más devotos a su fe.

Su clásica celebración cuando anota a gol consiste en apuntar al cielo como gesto de agradecimiento a Dios. La música favorita de Kaká es la evangelista, siendo él un evangelista cristiano desde pequeño. Su libro preferido, sin duda, es la biblia. Desde noviembre del 2004 ha fungido como Embajador Contra el Hambre para la Organización de las Naciones Unidas.

Si Brasil gana la Copa Mundial, el mundo volverá a recordar la devoción de Kaká a su máximo referente espiritual: Jesús, pero también podría significar un asunto de protocolo que molestaría a la FIFA. Ya veremos. Lo ideal es que Sudáfrica 2010 muestre a un grupo de seleccionados compitiendo a plenitud y que el público, como debiera de ser, sea el auténtico ganador.