Hace algunos días le di un repaso de rutina a mi muro en Facebook y descubrí que una amiga había compartido un artículo sobre un destacado golfista mexicano que tenía ganas de volver a los Estados Unidos, pero como en años anteriores había residido y trabajado sin los documentos apropiados aquí, sus intentos por regresar hasta ahora eran infructuosos. Son esas notas que, por más de prisa que una esté, a veces es casi imposible dejarlas para después y pulsar sobre el enlace es algo que ocurre por reflejo.
Alguien más entonces, respondió, sin leer la nota completa, creo, que detestaba que todos quisieran venir precisamente a Estados Unidos a competir. Esta persona sugería que el golfista mejor se centrara en torneos de otros países e ignorara los que se juegan en suelo americano. La siguiente réplica preguntaba si sería más bien un asunto de dinero simplemente, y fue ahí cuando, casi por instinto, tuve que opinar. Primero: si el golfista quiere volver, es un asunto completamente personal (esto sólo lo pensé, sin escribirlo). Segundo: los torneos deportivos de mejor nivel, en su mayoría, suelen tener lugar en los Estados Unidos, apunté, solo el fútbol soccer, es el de menor o nulo prestigio. Y sí, continué, el dinero desde luego que generalmente suele ser mejor, debido a los arreglos con patrocinadores y a las cuestiones que todos los fanáticos y comentaristas de deportes sabemos, como lo que concierne a los derechos de transmisión que pagan las televisoras, etc., etc.
Cuando releí mi comentario logré hacer una pausa, entre varias ventanas abiertas en mi pantalla, y noté que me había anticipado muchísimo, al no leer yo tampoco la nota completa, y pasé a hacerlo, antes de que la conversación se pudiera alargar.
Lo primero que me encontré fue el nombre del mencionado golfista: José de Jesús Rodríguez, de quien hasta ese momento no sabía mucho más y supongo que otros millones lo mismo dirán, ya que sigue siendo un talento local que compite en un deporte que no goza de una cobertura arrolladora en México.
Y no estoy muy segura de qué tanta sea su popularidad, pero lo que sí me quedó muy claro por lo que alcancé a leer es que se trata de un deportista muy prometedor y con antecedentes que hablan de una persona con mucha perseverancia.
Considerado el mejor golfista mexicano en la actualidad, El Camarón no ha podido viajar a los Estados Unidos debido a que vivió algún tiempo sin documentos en suelo americano y su récord ante las autoridades de inmigración le impide el reingreso, leí nuevamente.
"Fui a tramitar mi visa y me la negaron en el 2008, antes me había ido a buscar el sueño americano", le dijo a Radio Fórmula el jugador de 29 años de edad, a finales de octubre del 2010.
Rodríguez, oriundo de Irapuato, Guanajuato, cuyos orígenes humildes lo trajeron, como a muchos otros de sus compatriotas, a la Unión Americana en busca de un trabajo para aportar al sustento de su familia, (con él son ocho hermanos), pasó una larga temporada en Estados Unidos trabajando en el mantenimiento de campos de golf, hasta que decidió regresar a su tierra queriendo triunfar en el deporte que desde los 11 años le robó el corazón.
De vuelta en su país, el guanajuatense se incorporó al circuito 'Negra Modelo' y en el 2007 ganó el título de novato del año. Y a pesar de que su talento y tesón lo llevaron a triunfar en un deporte elitista, en un país donde existen decenas de millones viviendo en la pobreza, de no ser por la confianza que depositó en él quien fuera su jefe, el señor Alfonso Vallejo, El Camarón probablemente siguiera de caddie en algún club mexicano.
Vallejo le prometió hacerse cargo de los gastos que implican andar de gira en el golf y darle dinero semanalmente para la manutención de su familia, pues le veía potencial. Bajo estas circunstancias, Rodríguez se animó, a tal grado que contrató por primera vez a un instructor formal para prepararse de cara a su debut en el circuito. En el 2008 logró consolidarse como profesional y fue nombrado el mejor jugador de su país.
Fue en ese mismo año en que, respaldado por sus resultados, acudió a la embajada de Estados Unidos en Guadalajara a solicitar una visa para poder aceptar una invitación de la gira Nationwide y jugar en Louisiana, pero sus esfuerzos fueron inútiles, como vimos al principio.
A Rodríguez las autoridades correspondientes no le creyeron que a sólo dos años de haber sido indocumentado, hubiera acumulado tantos éxitos, negándole el permiso de reingresar a los Estados Unidos. Incluso, la persona que lo entrevistó le dijo que si seguía insistiendo "lo castigaría" con negarle el acceso a otra solicitud hasta el 2015.
La historia, pensé entonces, iba más allá de un anhelo frívolo por volver. Aunque, recordando que todos tenemos el derecho a opinar al final de este escrito, admito que puede que no todos estemos de acuerdo en esto.
También, me sorprendió el saber que una persona, que logró salir de una situación de incertidumbre y zozobra como lo supone estar sin un estatus legal en la Unión Americana, (léase la situación en Arizona, por citar algunos ejemplos), y que pudo regresar a su país a cumplir su sueño de ganarse la vida haciendo lo que más le gusta gracias a su aplicación, perseverancia y un poco de suerte, haya sido incapaz de convencer a otro ser humano de que su intento por volver a los Estados Unidos era absolutamente legítimo y ante todo, profesional. Recortes de prensa, cartas de recomendación y la palabra de un hombre no fueron suficientes.
El sentido común, digamos, que nunca se va poder comprar en la tiendita de la esquina u ordenar por Internet, me quedé pensando. Podremos avanzar "a pasos agigantados" en esta era de teléfonos inteligentes, televisores de pantalla ultra plana y de computadores portátiles que parece que funcionan solos, pero el poder de dilucidar entre lo correcto y lo infame, será por siempre un misterio para muchos. También pensé en la travesía que muchos jugadores caribeños hacen antes de llegar a las Grandes Ligas, incluso con un contrato de por medio, y comprendí que el caso de El Camarón no es nada nuevo...
Al otro día me di una vuelta por mi muro para revisar mis actualizaciones y descubrí que a nadie le habían gustado mis comentarios. Sonreí al releer uno que proponía que el golfista se convirtiera en el mejor del mundo y luego se diera el lujo de despreciar las invitaciones a los torneos de aquí. Solamente vi que se congratularon entre ellos y yo volví a pensar, simplemente, en que nadie tiene derecho de decirle a nadie que renuncie a sus sueños.
EXTRAS...
El Camarón está listo para ir a jugar a Medellín, Colombia, como parte de su gira del 2011 y no pierde la esperanza de conseguir la visa estadounidense, le dijo a ESPNdeportes.com vía telefónica. El mexicano, a la fecha ha participado en torneos de Canadá, Venezuela, Chile y Argentina. Rodríguez, recientemente recibió el patrocinio de la firma Titleist: que le proporciona bastones, gorras, guantes y paraguas.Mientras un grupo de empresarios encabezados por más de 60 billonarios en los Estados Unidos convocó recientemente a otros colegas a unirse en abogar en favor de una reforma migratoria que regularice el estatus de los más de 11 millones de indocumentados que viven en la Unión Americana, (argumentando los beneficios económicos que traería a la nación su incorporación formal al sistema y las razones humanitarias que pesan sobre el tópico), varios estados de la Unión siguen considerando tipificar como un crimen la estadía de los inmigrantes, provenientes de distintas partes del mundo, que residen y trabajan en su jurisdicción sin autorización oficial del gobierno estadounidense.
Sandra Velázquez escribe sobre música, deportes y temas de actualidad desde 2002. Ha sido reportera, traductora y editora para varios medios en español en los Estados Unidos. También se desempeñó como analista de radio en las transmisiones de los Dallas Mavericks. En el 2007 se integró al equipo de trabajo de ESPNdeportes.com.
Alguien más entonces, respondió, sin leer la nota completa, creo, que detestaba que todos quisieran venir precisamente a Estados Unidos a competir. Esta persona sugería que el golfista mejor se centrara en torneos de otros países e ignorara los que se juegan en suelo americano. La siguiente réplica preguntaba si sería más bien un asunto de dinero simplemente, y fue ahí cuando, casi por instinto, tuve que opinar. Primero: si el golfista quiere volver, es un asunto completamente personal (esto sólo lo pensé, sin escribirlo). Segundo: los torneos deportivos de mejor nivel, en su mayoría, suelen tener lugar en los Estados Unidos, apunté, solo el fútbol soccer, es el de menor o nulo prestigio. Y sí, continué, el dinero desde luego que generalmente suele ser mejor, debido a los arreglos con patrocinadores y a las cuestiones que todos los fanáticos y comentaristas de deportes sabemos, como lo que concierne a los derechos de transmisión que pagan las televisoras, etc., etc.
Cuando releí mi comentario logré hacer una pausa, entre varias ventanas abiertas en mi pantalla, y noté que me había anticipado muchísimo, al no leer yo tampoco la nota completa, y pasé a hacerlo, antes de que la conversación se pudiera alargar.
Lo primero que me encontré fue el nombre del mencionado golfista: José de Jesús Rodríguez, de quien hasta ese momento no sabía mucho más y supongo que otros millones lo mismo dirán, ya que sigue siendo un talento local que compite en un deporte que no goza de una cobertura arrolladora en México.
Y no estoy muy segura de qué tanta sea su popularidad, pero lo que sí me quedó muy claro por lo que alcancé a leer es que se trata de un deportista muy prometedor y con antecedentes que hablan de una persona con mucha perseverancia.
Considerado el mejor golfista mexicano en la actualidad, El Camarón no ha podido viajar a los Estados Unidos debido a que vivió algún tiempo sin documentos en suelo americano y su récord ante las autoridades de inmigración le impide el reingreso, leí nuevamente.
"Fui a tramitar mi visa y me la negaron en el 2008, antes me había ido a buscar el sueño americano", le dijo a Radio Fórmula el jugador de 29 años de edad, a finales de octubre del 2010.
Rodríguez, oriundo de Irapuato, Guanajuato, cuyos orígenes humildes lo trajeron, como a muchos otros de sus compatriotas, a la Unión Americana en busca de un trabajo para aportar al sustento de su familia, (con él son ocho hermanos), pasó una larga temporada en Estados Unidos trabajando en el mantenimiento de campos de golf, hasta que decidió regresar a su tierra queriendo triunfar en el deporte que desde los 11 años le robó el corazón.
De vuelta en su país, el guanajuatense se incorporó al circuito 'Negra Modelo' y en el 2007 ganó el título de novato del año. Y a pesar de que su talento y tesón lo llevaron a triunfar en un deporte elitista, en un país donde existen decenas de millones viviendo en la pobreza, de no ser por la confianza que depositó en él quien fuera su jefe, el señor Alfonso Vallejo, El Camarón probablemente siguiera de caddie en algún club mexicano.
Vallejo le prometió hacerse cargo de los gastos que implican andar de gira en el golf y darle dinero semanalmente para la manutención de su familia, pues le veía potencial. Bajo estas circunstancias, Rodríguez se animó, a tal grado que contrató por primera vez a un instructor formal para prepararse de cara a su debut en el circuito. En el 2008 logró consolidarse como profesional y fue nombrado el mejor jugador de su país.
Fue en ese mismo año en que, respaldado por sus resultados, acudió a la embajada de Estados Unidos en Guadalajara a solicitar una visa para poder aceptar una invitación de la gira Nationwide y jugar en Louisiana, pero sus esfuerzos fueron inútiles, como vimos al principio.
A Rodríguez las autoridades correspondientes no le creyeron que a sólo dos años de haber sido indocumentado, hubiera acumulado tantos éxitos, negándole el permiso de reingresar a los Estados Unidos. Incluso, la persona que lo entrevistó le dijo que si seguía insistiendo "lo castigaría" con negarle el acceso a otra solicitud hasta el 2015.
La historia, pensé entonces, iba más allá de un anhelo frívolo por volver. Aunque, recordando que todos tenemos el derecho a opinar al final de este escrito, admito que puede que no todos estemos de acuerdo en esto.
También, me sorprendió el saber que una persona, que logró salir de una situación de incertidumbre y zozobra como lo supone estar sin un estatus legal en la Unión Americana, (léase la situación en Arizona, por citar algunos ejemplos), y que pudo regresar a su país a cumplir su sueño de ganarse la vida haciendo lo que más le gusta gracias a su aplicación, perseverancia y un poco de suerte, haya sido incapaz de convencer a otro ser humano de que su intento por volver a los Estados Unidos era absolutamente legítimo y ante todo, profesional. Recortes de prensa, cartas de recomendación y la palabra de un hombre no fueron suficientes.
El sentido común, digamos, que nunca se va poder comprar en la tiendita de la esquina u ordenar por Internet, me quedé pensando. Podremos avanzar "a pasos agigantados" en esta era de teléfonos inteligentes, televisores de pantalla ultra plana y de computadores portátiles que parece que funcionan solos, pero el poder de dilucidar entre lo correcto y lo infame, será por siempre un misterio para muchos. También pensé en la travesía que muchos jugadores caribeños hacen antes de llegar a las Grandes Ligas, incluso con un contrato de por medio, y comprendí que el caso de El Camarón no es nada nuevo...
Al otro día me di una vuelta por mi muro para revisar mis actualizaciones y descubrí que a nadie le habían gustado mis comentarios. Sonreí al releer uno que proponía que el golfista se convirtiera en el mejor del mundo y luego se diera el lujo de despreciar las invitaciones a los torneos de aquí. Solamente vi que se congratularon entre ellos y yo volví a pensar, simplemente, en que nadie tiene derecho de decirle a nadie que renuncie a sus sueños.
EXTRAS...
El Camarón está listo para ir a jugar a Medellín, Colombia, como parte de su gira del 2011 y no pierde la esperanza de conseguir la visa estadounidense, le dijo a ESPNdeportes.com vía telefónica. El mexicano, a la fecha ha participado en torneos de Canadá, Venezuela, Chile y Argentina. Rodríguez, recientemente recibió el patrocinio de la firma Titleist: que le proporciona bastones, gorras, guantes y paraguas.
Mientras un grupo de empresarios encabezados por más de 60 billonarios en los Estados Unidos convocó recientemente a otros colegas a unirse en abogar en favor de una reforma migratoria que regularice el estatus de los más de 11 millones de indocumentados que viven en la Unión Americana, (argumentando los beneficios económicos que traería a la nación su incorporación formal al sistema y las razones humanitarias que pesan sobre el tópico), varios estados de la Unión siguen considerando tipificar como un crimen la estadía de los inmigrantes, provenientes de distintas partes del mundo, que residen y trabajan en su jurisdicción sin autorización oficial del gobierno estadounidense.
Sandra Velázquez escribe sobre música, deportes y temas de actualidad desde 2002. Ha sido reportera, traductora y editora para varios medios en español en los Estados Unidos. También se desempeñó como analista de radio en las transmisiones de los Dallas Mavericks. En el 2007 se integró al equipo de trabajo de ESPNdeportes.com.