Los documentales de Michael Moore pueden ser difíciles de sobrellevar por una sencilla razón: enfrentar la realidad en crudo siempre cuesta. No es lo mismo "ver" CNN, de pasada por el aeropuerto, o desde la cocina de casa oir el noticiero nacional, que tener las agallas de sentarse a ver dos horas de contenido crítico, casi desmaquillado y en pantalla grande.
No es fácil digerir que a diario, casi 100 vidas se pierden debido a las armas en Estados Unidos, porque no es normal. ¿O sí?
No es igual, aunque también cansa, ver los resúmenes de las noticias nacionales con segmentos de 2 minutos sobre la tragedia de Flint, la ciudad cercana a Detroit en donde los habitantes fueron expuestos a agua contaminada con plomo, que recibir, de manera amplificada, los testimonios de la devastación física y moral que le causó a la población la enorme negligencia de las autoridades de Michigan, o ver imágenes poco difundidas exhibiendo a Barack Obama y sus tácticas de politiquería barata que muchos se niegan a aceptar. Hay que verlo para creerlo. El pueblo sufrió más de lo que uno se podría imaginar. La anécdota sobre Obama es uno de tantos agravios.
DENUNCIAS Y ALGUNOS TRIUNFOS
Farenheit 11/9 (9 de noviembre de 2016) se centra en denuncias y es una examinación, poco optimista, sobre la presidencia de Donald Trump. (Hasta ahora, lamentablemente no se le puede aplaudir casi nada). Lo que Moore le comparte al mundo, y en especial a los estadounidenses, no es propaganda. Son hechos actuales, como por ejemplo, la huelga de maestros en el estado de West Virginia, muy bien presentada. Es una crónica que hasta cierto punto inspira e ilustra, hay un aire de triunfo al final de "la batalla". En uno de los países más poderosos del mundo, es díficil de creer que los docentes pasen por las vicisitudes que le cuentan a las cámaras de Moore en este filme. Esos maestros son héroes. Punto.Moore de igual forma tiene su protagonismo y sale de sobra comentar que todo simpatizante de Trump va a perder su tiempo o se va a fastidiar. Lo de Moore es un llamado de atención contra los excesos de D.J. Trump, sus groserías; y al mismo tiempo es un gran reconocimiento: a los maestros, a la candidata de Nueva York al congreso Alexandria Ocasio-Cortez y su sorpresiva victoria en las primarias demócratas, a los estudiantes sobrevivientes a la masacre de Parkland y a los veteranos de guerra que rechazan más violencia. Incluso a Jorge Ramos.
DE MOORE Y CON MOORE
El planteamiento de Fahrenheit 11/9 no deja de tener un aire personal, ya sea por egolatría o por la ansiedad que tiene Moore por despertar conciencias, (que en el mejor de los casos sería una extrarordinaria labor de tipo humanitaria -en estos momentos de fragilidad constitucional en los que cientos de niños fueron separados de sus padres de manera ilegal; aunque también, en un caso extremo, sus comparaciones con la era hitleriana podrían sembrar pánico). El público aficionado a ver a Moore en su faceta de documentalista será suficientemente juicioso para distinguir entre ambos.Solo me queda añadir que la segunda hora del documental me pareció simplemente excepcional.
No es fácil digerir que a diario, casi 100 vidas se pierden debido a las armas en Estados Unidos, porque no es normal. ¿O sí?
No es igual, aunque también cansa, ver los resúmenes de las noticias nacionales con segmentos de 2 minutos sobre la tragedia de Flint, la ciudad cercana a Detroit en donde los habitantes fueron expuestos a agua contaminada con plomo, que recibir, de manera amplificada, los testimonios de la devastación física y moral que le causó a la población la enorme negligencia de las autoridades de Michigan, o ver imágenes poco difundidas exhibiendo a Barack Obama y sus tácticas de politiquería barata que muchos se niegan a aceptar. Hay que verlo para creerlo. El pueblo sufrió más de lo que uno se podría imaginar. La anécdota sobre Obama es uno de tantos agravios.
DENUNCIAS Y ALGUNOS TRIUNFOS
Farenheit 11/9 (9 de noviembre de 2016) se centra en denuncias y es una examinación, poco optimista, sobre la presidencia de Donald Trump. (Hasta ahora, lamentablemente no se le puede aplaudir casi nada). Lo que Moore le comparte al mundo, y en especial a los estadounidenses, no es propaganda. Son hechos actuales, como por ejemplo, la huelga de maestros en el estado de West Virginia, muy bien presentada. Es una crónica que hasta cierto punto inspira e ilustra, hay un aire de triunfo al final de "la batalla". En uno de los países más poderosos del mundo, es díficil de creer que los docentes pasen por las vicisitudes que le cuentan a las cámaras de Moore en este filme. Esos maestros son héroes. Punto.
Moore de igual forma tiene su protagonismo y sale de sobra comentar que todo simpatizante de Trump va a perder su tiempo o se va a fastidiar. Lo de Moore es un llamado de atención contra los excesos de D.J. Trump, sus groserías; y al mismo tiempo es un gran reconocimiento: a los maestros, a la candidata de Nueva York al congreso Alexandria Ocasio-Cortez y su sorpresiva victoria en las primarias demócratas, a los estudiantes sobrevivientes a la masacre de Parkland y a los veteranos de guerra que rechazan más violencia. Incluso a Jorge Ramos.
DE MOORE Y CON MOORE
El planteamiento de Fahrenheit 11/9 no deja de tener un aire personal, ya sea por egolatría o por la ansiedad que tiene Moore por despertar conciencias, (que en el mejor de los casos sería una extrarordinaria labor de tipo humanitaria -en estos momentos de fragilidad constitucional en los que cientos de niños fueron separados de sus padres de manera ilegal; aunque también, en un caso extremo, sus comparaciones con la era hitleriana podrían sembrar pánico). El público aficionado a ver a Moore en su faceta de documentalista será suficientemente juicioso para distinguir entre ambos.
Solo me queda añadir que la segunda hora del documental me pareció simplemente excepcional.