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BLOG: Luis Miguel, el Sol que brilla de noche

BLOG: Luis Miguel, el Sol que brilla de noche

Eran aproximadamente las 8:45 de la noche cuando el Sol inició su presentación ante un público que abarrotó el Verizon Theatre en Grand Prairie, el cual tiene una capacidad para 6,350 personas. Luis Miguel apareció en un majestuoso escenario con  unas luces perfectamente sincronizadas para su presentación, como siempre elegantemente vestido con su ya clásico traje negro impecable que lo ha caracterizado en los últimos años.

El aplauso acompañado de gritos de su público no se hizo esperar y así inicio una noche en la cual el astro derrochó talento y galanura. El sol realizó una pequeña pausa para saludar a su público y agradecer que estuvieran acompañado “¿Buenas noches Dallas, quieren cantar conmigo?, ¿Cuál canción quieren oír? El público le respondió con gritos y aplausos.

He asistido a muchos de sus conciertos, algunos como público y otros como prensa, y tuve la fabulosa oportunidad de estar en rueda de prensa en Las Vegas y de tenerlo a medio metro de mi gracias a este medio, Hoy Dallas, y a su editora y fundadora, Sandra Velázquez, quien dio ese privilegio de asistir pues sabe de la admiración que siento por el artista. En esa rueda de prensa, reconozco que tuve la oportunidad de tomarme una foto junto al astro y la desperdicié por aquello que dicen que un periodista nunca se debe involucrar ni mostrar su admiración para sus entrevistado. El asunto es que no me tomé la foto, y claro que desperdicié una oportunidad de oro sólo por seguir la regla, así que en esta ocasión como no asistía como prensa, fui más que dispuesta a pasarla bien en la grata compañía de mi esposo y mis amigas de siempre.

Mis boletos fueron bastante aceptables y teníamos a Luis Miguel muy cerca. Mientras el seguía cantando, nosotros seguíamos aplaudiendo. La seguridad del lugar estaba muy estricta con eso de las fotos y no dejaba que nadie sacara sus celulares para tomarlas, aunque claro que después de una media ahora no pudieron controlarlo y todo mundo pudo tomar fotos a diestra y siniestra.

El concierto seguía y el delirio aumentaba, a medida que pasaba el tiempo la seguridad perdía más control de organización, de pronto el público se paró de sus asientos y se desplazaron a la barra de contención justo en frente del escenario. Sólo escuche que mis esposo me dijo “Vámonos al frente”, y salí disparada junto a mi amiga que me siguió; deje mi bolso, me olvidé de mi otra amiga y no supe si mi esposo venía tras de mí, pero de pronto estaba ahí enfrente del muro y de Luis Miguel.
Debo de confesar que me divertí más que nunca, asistir como publico sin el peso de prensa me dio la liberta de ser yo y sin el temor de romper alguna regla pude dar rienda suelta a mi emoción de ver a mi artista preferido.

El momento cumbre llegó cuando el mariachi salió y El Sol interpretó canciones como el Rey y Cielito Lindo. Eso desbordó la alegría de los mexicanos, poniendo nuestro patriotismo a flor de piel el ambiente era una verdadera locura, todos cantábamos al son del mariachi y claro de Luis Miguel. Yo esperaba mi favorita, La Bikina la interpretación que más me gusta del Sol. Llegó la Bikina y con ello el entusiasmo en su máxima expresión, de pronto se acercó nuevamente a la orilla y bueno, sucedió que Luis Miguel se acercó y amablemente me extendió un saludo un roce de dedos que duro un segundo pero que para mí fue suficiente para sentirme satisfecha.

Y así, a son de mariachi se despidió el Sol que brilla de noche, tras brillar y traer a tantas y tantas personas que sin importar precio, lugar, críticas y demás siguen a Luis Miguel, así como yo que lo he seguido por años y al cual seguiré siempre. En conclusión esta vez que no cubrí el evento como periodista la pase totalmente sensacional.

 

 

El aplauso acompañado de gritos de su público no se hizo esperar y así inicio una noche en la cual el astro derrochó talento y galanura. El sol realizó una pequeña pausa para saludar a su público y agradecer que estuvieran acompañado “¿Buenas noches Dallas, quieren cantar conmigo?, ¿Cuál canción quieren oír? El público le respondió con gritos y aplausos.

He asistido a muchos de sus conciertos, algunos como público y otros como prensa, y tuve la fabulosa oportunidad de estar en rueda de prensa en Las Vegas y de tenerlo a medio metro de mi gracias a este medio, Hoy Dallas, y a su editora y fundadora, Sandra Velázquez, quien dio ese privilegio de asistir pues sabe de la admiración que siento por el artista. En esa rueda de prensa, reconozco que tuve la oportunidad de tomarme una foto junto al astro y la desperdicié por aquello que dicen que un periodista nunca se debe involucrar ni mostrar su admiración para sus entrevistado. El asunto es que no me tomé la foto, y claro que desperdicié una oportunidad de oro sólo por seguir la regla, así que en esta ocasión como no asistía como prensa, fui más que dispuesta a pasarla bien en la grata compañía de mi esposo y mis amigas de siempre.

Mis boletos fueron bastante aceptables y teníamos a Luis Miguel muy cerca. Mientras el seguía cantando, nosotros seguíamos aplaudiendo. La seguridad del lugar estaba muy estricta con eso de las fotos y no dejaba que nadie sacara sus celulares para tomarlas, aunque claro que después de una media ahora no pudieron controlarlo y todo mundo pudo tomar fotos a diestra y siniestra.

El concierto seguía y el delirio aumentaba, a medida que pasaba el tiempo la seguridad perdía más control de organización, de pronto el público se paró de sus asientos y se desplazaron a la barra de contención justo en frente del escenario. Sólo escuche que mis esposo me dijo “Vámonos al frente”, y salí disparada junto a mi amiga que me siguió; deje mi bolso, me olvidé de mi otra amiga y no supe si mi esposo venía tras de mí, pero de pronto estaba ahí enfrente del muro y de Luis Miguel.
Debo de confesar que me divertí más que nunca, asistir como publico sin el peso de prensa me dio la liberta de ser yo y sin el temor de romper alguna regla pude dar rienda suelta a mi emoción de ver a mi artista preferido.

El momento cumbre llegó cuando el mariachi salió y El Sol interpretó canciones como el Rey y Cielito Lindo. Eso desbordó la alegría de los mexicanos, poniendo nuestro patriotismo a flor de piel el ambiente era una verdadera locura, todos cantábamos al son del mariachi y claro de Luis Miguel. Yo esperaba mi favorita, La Bikina la interpretación que más me gusta del Sol. Llegó la Bikina y con ello el entusiasmo en su máxima expresión, de pronto se acercó nuevamente a la orilla y bueno, sucedió que Luis Miguel se acercó y amablemente me extendió un saludo un roce de dedos que duro un segundo pero que para mí fue suficiente para sentirme satisfecha.

Y así, a son de mariachi se despidió el Sol que brilla de noche, tras brillar y traer a tantas y tantas personas que sin importar precio, lugar, críticas y demás siguen a Luis Miguel, así como yo que lo he seguido por años y al cual seguiré siempre. En conclusión esta vez que no cubrí el evento como periodista la pase totalmente sensacional.