Norma Valles -Una historia de determinación y talento

Norma Valles aprendió a adaptarse a las circunstancias desde pequeña y también a sobreponerse a experiencias inesperadas; cuando era niña solía cantar junto a su abuelo, “De colores”, con el simple acompañamiento de una guitarra de tres cuerdas, después la vida le presentaría pruebas mucho más duras.

"Todas las canciones siempre eran en el mismo tono cuando me sentaba con mi abuelito en su regazo a cantar”, explica Valles sonriendo, mientras evoca esa imagen de su infancia: “porque en ese tiempo no había mucho dinero, y su guitarra nada más tenía esas tres cuerdas".

En su despacho, en el norte de Dallas, Valles tiene a espaldas de su escritorio, en la parte superior derecha, una foto de su abuelo: Luis Rocha, originario de Valle Hermoso, Tamaulipas, un poblado ubicado al sur de la frontera mexicoamericana. Su cariño por él y sus profundas raíces mexicanas la llevaron desde su infancia a valorar y respetar el mariachi y las rancheras –su padre cantaba también, pero al estilo norteño.

Norma nació en Dallas, y contrario a la polémica que surgió el año pasado, cuando un niño vestido de charro cantó el himno nacional de Estados Unidos durante las finales de la NBA en San Antonio, a esta texana en los juegos de los Texas Rangers y los Dallas Mavericks, el público la ovaciona cada vez que interpreta el “Star Spangled Banner”.

“No puedo creer que hayan insultado al niño. Yo aquí en Dallas tengo años cantando con mi traje. La vez que no fui vestida de charra para cantar el himno en un juego de los Rangers, hasta me preguntaron ¿qué pasó, por qué no lo traes puesto?”, dice Valles.

Sus inicios formales en la música se remontan a 1996-97, cuando una amiga la inscribió –sin avisarle- en un concurso que la revista La Fuente organizó para atraer a solistas, músicos y grupos latinos.

Norma superó todas las eliminatorias y ganó el premio principal del concurso, participando como intérprete de mariachi-ranchero en una competencia reñida.

Durante la preparatoria, había ganado un concurso en la South Grand Prairie High School cantando “Somewhere over the rainbow”, a los 16 años; y su maestro siempre le insistió que persiguiera una carrera.

Pero sus padres, que eran muy conservadores, no le permitieron a esa edad empezar a desarrollar su pasión.

"Cuando estaba en mi casa, mis papás eran bien conservadores, soy la única mujer, tengo un hermano mayor y un hermano menor; entonces, no podía hacer mucho. Me encarraba en mi propio mundo, escuchaba mi música. Había una señora que quería lanzarme cuando estaba bien joven, pero mis papás no me dejaron”.

Tiempo después, se dio cuenta de que “tenía que ser luz para otros, y me lancé. Y ya no miré hacia atrás”, recuerda Valles.

Durante el concurso de La Fuente, Norma conoció a quien se convertiría en su mánager por mucho tiempo, George Olvera, quien después de escucharla la invitó a integrarse al grupo Cariño, de música tejana.

“Norma hizo una prueba para cantar con nosotros, y desde esa vez sonó como si fuera parte del grupo”, recuerda Olvera.

Valles cantó con el grupo por espacio de un año, antes de volverse solista, y con un corazón noble pero atrevido, empezó a construir su carrera como cantante y empresaria en los siguientes años; ya como madre de tres hijos, fruto de su matrimonio con su esposo Alfonso Valles.

“Ella tiene un carisma que no se haya en muchos artistas. Cuando se presenta lo hace al 100 por ciento y por eso siempre tiene mucho apoyo de su audiencia”, dice Olvera, quien considera a Norma casi una hermana.

EL HIMNO
En 1998 cantó por primera vez el Himno de Estados Unidos ante miles de personas. Fue en el extinto Reunion Arena… “sentí nervios, aunque había ensayado bien, pero tienes que enfocarte en la bandera, pensar en lo que estás cantando, meterte en la canción y ya después de eso, te olvidas de todo lo que esta a tu alrededor”.

El himno nacional de México también lo ha interpretado en diferentes eventos; en ocasiones, incluso, ha sido designada para entonar los dos (EU-MEX) en una misma ceremonia.

TALENTO Y DETERMINACIÓN
Valles tuvo una oportunidad muy cercana de poder grabar con Sony, recordó durante la entrevista.

“Me presentaron a un señor, que me dijo: ‘Me gustó cómo cantas, eres muy bella, pero quiero hablar contigo en el hotel, sin tu traje (de charra).’ Así que no quise tener que comprometerme para llegar a donde quería llegar, -comprometer- mis valores o quién soy yo”.

Entonces decidió enfocarse más en convertirse en una empresaria de tiempo completo, sin dejar la música, desde luego. “Siempre he sido empresaria. Trabajé para la Cámara de Comercio Hispana y de todos modos cantaba”, recapitula.

En una ocasión, el Presidente Clinton estaba comiendo en el Restaurante Ojedas, y Valles, en un arranque espontáneo se paró a cantar a capella para él.

“Cualquier oportunidad que se me pone enfrente, yo la aprovecho”.

En noviembre pasado, durante una visita del ex presidente mexicano Vicente Fox para asistir a una gala con empresarios de Dallas, Valles interpretó el himno estadounidense.

SOCIO Y MENTOR
A principios del 2003, después de cantar el himno estadounidense en un juego de los Mavericks, Norma conoció a David Albert, quien la convenció para grabar discos de jazz, country y de concepto. Y desde entonces han sido socios.

“Él me enseñó mucho de negocios, de que no hay límites, de que puedes hacer todo lo que tu quieras lograr. Me ayudó en creer en mí, en que no había barreras, no había límites, que todo se podía con trabajo y esfuerzo.

“Él es el inversionista, y yo he sido la productora de varios discos que hemos hecho de cursos de inglés o para el examen de la ciudadanía –con las 100 preguntas”, explica Valles.

Lo mismo que para fiestas privadas, galas, inauguraciones deportivas o para videos educacionales, la voz de Norma Valles ha cumplido su cometido, y se ha ganado el respeto y reconocimiento entre su comunidad.

"Siempre ha sido una mujer profesional, con una voz espectacular", estima Elba García, comisionada del Condado de Dallas.

"Lo más hermoso de la señora Valles, es que hace muchos eventos sin cobrar, hace muchas cosas para que estemos educados sobre la belleza de la cultura americana y la cultura mexicana", agrega García.

LIBERADA
Pero el camino que Valles recorrió antes de alcanzar el éxito, tanto como cantante, empresaria y madre, en realidad no fue nada sencillo.

“De niña fui abusada sexualmente, pero eso no me detuvo para llegar a ser la persona que yo soy”, admite Valles.

“Muchas veces cuando eso pasa uno busca drogas o alcohol, o remedios para solucionar lo que uno siente; pero yo me dije, yo los voy a perdonar, voy a hacer algo mejor de mi vida, porque no quiero que alguien me tenga atada, y no voy a dejarlos tener la última palabra sobre mí”.

Valles decidió compartir su historia, para que otras personas en circunstancias similares sepan que no termina todo ahí. “Es lo más liberador que uno puede hacer, -tal vez sea un poco diferente, porque desde niña mis raíces fueron bien fundadas, pero pasé por lo que pasé y no culpé a nadie de eso.

“Le digo a mis hijas, y también a mi hijo que uno no puede cambiar el pasado, pero sí cambiar el futuro. Hay que perdonar y no dejar que alguien tenga poder sobre tu vida”, afirma.

Para poder escuchar a Norma Valles, el primer martes de cada mes se presenta en Casita Tex Mex de la calle Blackwell, donde un porcentaje de las ganancias lo destina a una organización sin fines de lucro. Tambien canta en Casita Tex Mex de Royal algunos viernes y sábados. Ambos establecimientos, en Dallas, son de su propiedad.

"Todas las canciones siempre eran en el mismo tono cuando me sentaba con mi abuelito en su regazo a cantar”, explica Valles sonriendo, mientras evoca esa imagen de su infancia: “porque en ese tiempo no había mucho dinero, y su guitarra nada más tenía esas tres cuerdas".

En su despacho, en el norte de Dallas, Valles tiene a espaldas de su escritorio, en la parte superior derecha, una foto de su abuelo: Luis Rocha, originario de Valle Hermoso, Tamaulipas, un poblado ubicado al sur de la frontera mexicoamericana. Su cariño por él y sus profundas raíces mexicanas la llevaron desde su infancia a valorar y respetar el mariachi y las rancheras –su padre cantaba también, pero al estilo norteño.

Norma nació en Dallas, y contrario a la polémica que surgió el año pasado, cuando un niño vestido de charro cantó el himno nacional de Estados Unidos durante las finales de la NBA en San Antonio, a esta texana en los juegos de los Texas Rangers y los Dallas Mavericks, el público la ovaciona cada vez que interpreta el “Star Spangled Banner”.

“No puedo creer que hayan insultado al niño. Yo aquí en Dallas tengo años cantando con mi traje. La vez que no fui vestida de charra para cantar el himno en un juego de los Rangers, hasta me preguntaron ¿qué pasó, por qué no lo traes puesto?”, dice Valles.

Sus inicios formales en la música se remontan a 1996-97, cuando una amiga la inscribió –sin avisarle- en un concurso que la revista La Fuente organizó para atraer a solistas, músicos y grupos latinos.

Norma superó todas las eliminatorias y ganó el premio principal del concurso, participando como intérprete de mariachi-ranchero en una competencia reñida.

Durante la preparatoria, había ganado un concurso en la South Grand Prairie High School cantando “Somewhere over the rainbow”, a los 16 años; y su maestro siempre le insistió que persiguiera una carrera.

Pero sus padres, que eran muy conservadores, no le permitieron a esa edad empezar a desarrollar su pasión.

"Cuando estaba en mi casa, mis papás eran bien conservadores, soy la única mujer, tengo un hermano mayor y un hermano menor; entonces, no podía hacer mucho. Me encarraba en mi propio mundo, escuchaba mi música. Había una señora que quería lanzarme cuando estaba bien joven, pero mis papás no me dejaron”.

Tiempo después, se dio cuenta de que “tenía que ser luz para otros, y me lancé. Y ya no miré hacia atrás”, recuerda Valles.

Durante el concurso de La Fuente, Norma conoció a quien se convertiría en su mánager por mucho tiempo, George Olvera, quien después de escucharla la invitó a integrarse al grupo Cariño, de música tejana.

“Norma hizo una prueba para cantar con nosotros, y desde esa vez sonó como si fuera parte del grupo”, recuerda Olvera.

Valles cantó con el grupo por espacio de un año, antes de volverse solista, y con un corazón noble pero atrevido, empezó a construir su carrera como cantante y empresaria en los siguientes años; ya como madre de tres hijos, fruto de su matrimonio con su esposo Alfonso Valles.

“Ella tiene un carisma que no se haya en muchos artistas. Cuando se presenta lo hace al 100 por ciento y por eso siempre tiene mucho apoyo de su audiencia”, dice Olvera, quien considera a Norma casi una hermana.

EL HIMNO
En 1998 cantó por primera vez el Himno de Estados Unidos ante miles de personas. Fue en el extinto Reunion Arena… “sentí nervios, aunque había ensayado bien, pero tienes que enfocarte en la bandera, pensar en lo que estás cantando, meterte en la canción y ya después de eso, te olvidas de todo lo que esta a tu alrededor”.

El himno nacional de México también lo ha interpretado en diferentes eventos; en ocasiones, incluso, ha sido designada para entonar los dos (EU-MEX) en una misma ceremonia.

TALENTO Y DETERMINACIÓN
Valles tuvo una oportunidad muy cercana de poder grabar con Sony, recordó durante la entrevista.

“Me presentaron a un señor, que me dijo: ‘Me gustó cómo cantas, eres muy bella, pero quiero hablar contigo en el hotel, sin tu traje (de charra).’ Así que no quise tener que comprometerme para llegar a donde quería llegar, -comprometer- mis valores o quién soy yo”.

Entonces decidió enfocarse más en convertirse en una empresaria de tiempo completo, sin dejar la música, desde luego. “Siempre he sido empresaria. Trabajé para la Cámara de Comercio Hispana y de todos modos cantaba”, recapitula.

En una ocasión, el Presidente Clinton estaba comiendo en el Restaurante Ojedas, y Valles, en un arranque espontáneo se paró a cantar a capella para él.

“Cualquier oportunidad que se me pone enfrente, yo la aprovecho”.

En noviembre pasado, durante una visita del ex presidente mexicano Vicente Fox para asistir a una gala con empresarios de Dallas, Valles interpretó el himno estadounidense.

SOCIO Y MENTOR
A principios del 2003, después de cantar el himno estadounidense en un juego de los Mavericks, Norma conoció a David Albert, quien la convenció para grabar discos de jazz, country y de concepto. Y desde entonces han sido socios.

“Él me enseñó mucho de negocios, de que no hay límites, de que puedes hacer todo lo que tu quieras lograr. Me ayudó en creer en mí, en que no había barreras, no había límites, que todo se podía con trabajo y esfuerzo.

“Él es el inversionista, y yo he sido la productora de varios discos que hemos hecho de cursos de inglés o para el examen de la ciudadanía –con las 100 preguntas”, explica Valles.

Lo mismo que para fiestas privadas, galas, inauguraciones deportivas o para videos educacionales, la voz de Norma Valles ha cumplido su cometido, y se ha ganado el respeto y reconocimiento entre su comunidad.

"Siempre ha sido una mujer profesional, con una voz espectacular", estima Elba García, comisionada del Condado de Dallas.

"Lo más hermoso de la señora Valles, es que hace muchos eventos sin cobrar, hace muchas cosas para que estemos educados sobre la belleza de la cultura americana y la cultura mexicana", agrega García.

LIBERADA
Pero el camino que Valles recorrió antes de alcanzar el éxito, tanto como cantante, empresaria y madre, en realidad no fue nada sencillo.

“De niña fui abusada sexualmente, pero eso no me detuvo para llegar a ser la persona que yo soy”, admite Valles.

“Muchas veces cuando eso pasa uno busca drogas o alcohol, o remedios para solucionar lo que uno siente; pero yo me dije, yo los voy a perdonar, voy a hacer algo mejor de mi vida, porque no quiero que alguien me tenga atada, y no voy a dejarlos tener la última palabra sobre mí”.

Valles decidió compartir su historia, para que otras personas en circunstancias similares sepan que no termina todo ahí. “Es lo más liberador que uno puede hacer, -tal vez sea un poco diferente, porque desde niña mis raíces fueron bien fundadas, pero pasé por lo que pasé y no culpé a nadie de eso.

“Le digo a mis hijas, y también a mi hijo que uno no puede cambiar el pasado, pero sí cambiar el futuro. Hay que perdonar y no dejar que alguien tenga poder sobre tu vida”, afirma.

Para poder escuchar a Norma Valles, el primer martes de cada mes se presenta en Casita Tex Mex de la calle Blackwell, donde un porcentaje de las ganancias lo destina a una organización sin fines de lucro. Tambien canta en Casita Tex Mex de Royal algunos viernes y sábados. Ambos establecimientos, en Dallas, son de su propiedad.