Jorge Drexler le añade celebración a su música

Jorge Drexler hace tiempo que se ha establecido como uno de los más importantes poetas y autores de letras en el pop latino, además de contar entre sus vitrinas con un premio Oscar. Pero en "Bailar en la Cueva", su nuevo disco, volcó su atención en el baile y en la música como una celebración física, del cuerpo, algo tan viejo como la humanidad misma.

Grabado en Bogotá, Colombia y Madrid, “Bailar en la Cueva es una celebración de la danza y la música como determinantes de nuestra identidad humana ”, dice el uruguayo Drexler. “Juntarnos alrededor de un fuego a llevar un ritmo en conjunto es algo que probablemente hiciéramos, inclusive, desde antes de tener un lenguaje estructurado … En un plano personal, es un intento de recuperar la relación entre mis canciones y el baile. Yo me crié en un país en dictadura, donde no se bailaba porque era igual de mal visto, tanto por el régimen militar, como por el círculo de intelectuales de izquierda en el que crecí. Llegué a poner en una canción "los músicos no bailamos"... Bueno, esa idea, caducó!”

Porque “la idea era hacer un disco para el cuerpo … ampliar el mundo de las emociones y el intelecto en los que ya me muevo más cómodamente y meter las canciones en un plano más físico: escribirlas desde los pies”.

“Trabajamos el ritmo sobre todo con percusionistas colombianos” explica Drexler. “Gran parte de las canciones surgieron desde la base rítmica. Es un disco en el cual casi siempre, las letras son más sintéticas, más concretas y breves que en los anteriores. En casi todas las canciones dejé fuera la mitad de la letra y la mitad de los acordes”.

En Bailar En La Cueva, el 12do disco de Drexler, el uruguayo incluye nuevos giros como canciones al ritmo de cumbia, ranchera y algo de cumbia peruana, una visión aún más amplia de la música latinoamericana y colaboraciones con artistas tales como el gran cantautor brasileño Caetano Veloso, la cantante Li Saumet del grupo colombiano Bomba Estéreo, la cantante franco-chilena Ana Tijoux, el productor y músico inglés basado en Bogotá Will “Quantic” Holland y el músico y productor Eduardo Cabra, mejor como "Visitante" del dúo puertorriqueño Calle 13.

Pero hacer música bailable no significa descuidar las letras en favor de un buen ritmo.

En “Bolivia”, Drexler cuenta una historia muy personal cuando canta sobre sus abuelos y su padre (quien tenía entonces cuatro años) escapando de la Alemania Nazi en 1939 y encontrando refugio en Bolivia. ( Su familia vivió en Oruro por ocho años antes de mudarse a Montevideo). Y en la irónica “La Plegaria del Paparazzo” le pide a Dios “Concédeme el olfato, la caradura y la santa paciencia, de las que vivo”, atributos necesarios para esperar la presa, burlándose de los que viven de sacar fotos comprometedoras para publicaciones basura. En “Data Data”, Drexler habla de la avaricia de estos tiempos cantando sobre “la codicia del glamour y el glamour de la codicia”, y en “La Luna de Rasquí” Drexler saluda al cantante y compositor venezolano Simón Díaz, quien falleció en febrero.

Drexler comenzó a escribir canciones en 1989, mientras aún iba a la universidad donde estudiaba medicina. Su primer disco, La luz que sabe robar, salió en 1992, el mismo año en que se recibió de médico con especialidad en otorrinolaringología (garganta, nariz y oído). Después del lanzamiento de Radar (1994) su segundo disco, se fue a España donde grabó su tercer álbum Vaivén (1996), el cual incluye colaboraciones con Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute y Javier Álvarez.

En el 2005 Drexler ganó un reconocimento internacional al recibir un Oscar por la canción "Al otro lado del río", de la película Diarios de Motocicleta. Su triunfo también marcó un hito histórico: la suya fué la primera canción en español en ganar este premio.

En estos años, Drexler no sólo ha continuado escribiendo, grabando y tocando en vivo sino que también ha compuesto música para cine y para ballet (el Ballet Nacional del Sodre, dirigido por Julio Bocca); protagonizó "La Suerte En Tus Manos" (Daniel Burman, 2012) y experimentó con música y tecnología en su proyecto “App N,” una aplicación que permitía a los usuarios intervenir en tres de sus canciones, recomponiéndolas en tiempo real.

El proyecto “N “fue una aventura que me dió, “la vibrante sensación de estar abriendo un camino absolutamente nuevo, de algo que no se había hecho antes con canciones” dice Drexler.”Fue un proyecto … muy cerebral y que requería mucha paciencia y planificación. ”

“De alguna manera, Bailar En La Cueva es la búsqueda en sentido opuesto: buscar de manera directa, inmediata, una relación emocional con cosas como el movimiento y la música, que venimos haciendo desde siempre. Canciones compactas, donde mandan los pies y las emociones más que el cerebro”.

 

Grabado en Bogotá, Colombia y Madrid, “Bailar en la Cueva es una celebración de la danza y la música como determinantes de nuestra identidad humana ”, dice el uruguayo Drexler. “Juntarnos alrededor de un fuego a llevar un ritmo en conjunto es algo que probablemente hiciéramos, inclusive, desde antes de tener un lenguaje estructurado … En un plano personal, es un intento de recuperar la relación entre mis canciones y el baile. Yo me crié en un país en dictadura, donde no se bailaba porque era igual de mal visto, tanto por el régimen militar, como por el círculo de intelectuales de izquierda en el que crecí. Llegué a poner en una canción "los músicos no bailamos"... Bueno, esa idea, caducó!”

Porque “la idea era hacer un disco para el cuerpo … ampliar el mundo de las emociones y el intelecto en los que ya me muevo más cómodamente y meter las canciones en un plano más físico: escribirlas desde los pies”.

“Trabajamos el ritmo sobre todo con percusionistas colombianos” explica Drexler. “Gran parte de las canciones surgieron desde la base rítmica. Es un disco en el cual casi siempre, las letras son más sintéticas, más concretas y breves que en los anteriores. En casi todas las canciones dejé fuera la mitad de la letra y la mitad de los acordes”.

En Bailar En La Cueva, el 12do disco de Drexler, el uruguayo incluye nuevos giros como canciones al ritmo de cumbia, ranchera y algo de cumbia peruana, una visión aún más amplia de la música latinoamericana y colaboraciones con artistas tales como el gran cantautor brasileño Caetano Veloso, la cantante Li Saumet del grupo colombiano Bomba Estéreo, la cantante franco-chilena Ana Tijoux, el productor y músico inglés basado en Bogotá Will “Quantic” Holland y el músico y productor Eduardo Cabra, mejor como "Visitante" del dúo puertorriqueño Calle 13.

Pero hacer música bailable no significa descuidar las letras en favor de un buen ritmo.

En “Bolivia”, Drexler cuenta una historia muy personal cuando canta sobre sus abuelos y su padre (quien tenía entonces cuatro años) escapando de la Alemania Nazi en 1939 y encontrando refugio en Bolivia. ( Su familia vivió en Oruro por ocho años antes de mudarse a Montevideo). Y en la irónica “La Plegaria del Paparazzo” le pide a Dios “Concédeme el olfato, la caradura y la santa paciencia, de las que vivo”, atributos necesarios para esperar la presa, burlándose de los que viven de sacar fotos comprometedoras para publicaciones basura. En “Data Data”, Drexler habla de la avaricia de estos tiempos cantando sobre “la codicia del glamour y el glamour de la codicia”, y en “La Luna de Rasquí” Drexler saluda al cantante y compositor venezolano Simón Díaz, quien falleció en febrero.

Drexler comenzó a escribir canciones en 1989, mientras aún iba a la universidad donde estudiaba medicina. Su primer disco, La luz que sabe robar, salió en 1992, el mismo año en que se recibió de médico con especialidad en otorrinolaringología (garganta, nariz y oído). Después del lanzamiento de Radar (1994) su segundo disco, se fue a España donde grabó su tercer álbum Vaivén (1996), el cual incluye colaboraciones con Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute y Javier Álvarez.

En el 2005 Drexler ganó un reconocimento internacional al recibir un Oscar por la canción "Al otro lado del río", de la película Diarios de Motocicleta. Su triunfo también marcó un hito histórico: la suya fué la primera canción en español en ganar este premio.

En estos años, Drexler no sólo ha continuado escribiendo, grabando y tocando en vivo sino que también ha compuesto música para cine y para ballet (el Ballet Nacional del Sodre, dirigido por Julio Bocca); protagonizó "La Suerte En Tus Manos" (Daniel Burman, 2012) y experimentó con música y tecnología en su proyecto “App N,” una aplicación que permitía a los usuarios intervenir en tres de sus canciones, recomponiéndolas en tiempo real.

El proyecto “N “fue una aventura que me dió, “la vibrante sensación de estar abriendo un camino absolutamente nuevo, de algo que no se había hecho antes con canciones” dice Drexler.”Fue un proyecto … muy cerebral y que requería mucha paciencia y planificación. ”

“De alguna manera, Bailar En La Cueva es la búsqueda en sentido opuesto: buscar de manera directa, inmediata, una relación emocional con cosas como el movimiento y la música, que venimos haciendo desde siempre. Canciones compactas, donde mandan los pies y las emociones más que el cerebro”.