La Santa Cecilia es una agrupación con una versatilidad musical tal que no permite etiquetas fáciles, pero que nunca deja duda de su talento. Su más reciente creación es una cumbia grabada junto a Lila Downs, la consagrada mexicoamericana que ha sido un símbolo de la diversidad musical durante la última década en la que ambas partes invitan a la felicidad a colarse.
Si Downs ha interpretado rancheras, huapangos y cumbias con soltura, La Santa Cecilia no se queda atrás, pues no es raro escuchar a este grupo de Los Angeles cantar boleros clásicos con toda la propiedad (musical y vocal) del género; sus giras son cada vez más robustas y parece que esa condición de banda de culto está por alcanzar una expansión inevitable gracias a su indiscutible talento.
Tanto Marisoul como Lila son dueñas de unas voces espléndidas que les permite alegrar con una cumbia o emocionar con una ranchera de cantina. En "Quiero verte feliz" las dos se acoplaron bien para entonar una especie de himno a la alegría bailable tras emerger del azote más fuerte de la pandemia. En la letra explican que no han perdido la sensibilidad hacia las calamidades que vive el mundo, pero que es válido ponerse de fiesta y sin pedir permiso.
La Santa Cecilia poco antes estrenó "Ella me enamoró", una cumbia de primera clase en la que la Marisoul recorre caminos similares a los que transitó Mecano con las letras que solía cantar Ana Torroja a finales de los ochentas, salpicadas sutilmente de ambiguedad.
Uno de los grandes duetos que ha hecho La Santa hasta la fecha es el que logró junto a Eugenia León: En el último trago, de José Alfredo Jiménez, entre otros grandes temas que han retomado con resultados impecables.
La fuerza vocal de Marisoul Hernández es de la talla de Mercedes Sosa y en su canto, sobre con temas propias, logra transmitir una sensibilidad que trasciende la nostalgia de los trovadores latinoamericanos tradicionales, produciendo un "blues" trasfronterizo que atrapa... los músicos de la Santa Cecilia son meticulosos, rayando casi en el virtuosismo; el resultado es el reconocimiento de un público cada vez más heterogéneo y que sigue creciendo. A nadie le debería de sorprender.
Si Downs ha interpretado rancheras, huapangos y cumbias con soltura, La Santa Cecilia no se queda atrás, pues no es raro escuchar a este grupo de Los Angeles cantar boleros clásicos con toda la propiedad (musical y vocal) del género; sus giras son cada vez más robustas y parece que esa condición de banda de culto está por alcanzar una expansión inevitable gracias a su indiscutible talento.
Tanto Marisoul como Lila son dueñas de unas voces espléndidas que les permite alegrar con una cumbia o emocionar con una ranchera de cantina. En "Quiero verte feliz" las dos se acoplaron bien para entonar una especie de himno a la alegría bailable tras emerger del azote más fuerte de la pandemia. En la letra explican que no han perdido la sensibilidad hacia las calamidades que vive el mundo, pero que es válido ponerse de fiesta y sin pedir permiso.
La Santa Cecilia poco antes estrenó "Ella me enamoró", una cumbia de primera clase en la que la Marisoul recorre caminos similares a los que transitó Mecano con las letras que solía cantar Ana Torroja a finales de los ochentas, salpicadas sutilmente de ambiguedad.
Uno de los grandes duetos que ha hecho La Santa hasta la fecha es el que logró junto a Eugenia León: En el último trago, de José Alfredo Jiménez, entre otros grandes temas que han retomado con resultados impecables.
La fuerza vocal de Marisoul Hernández es de la talla de Mercedes Sosa y en su canto, sobre con temas propias, logra transmitir una sensibilidad que trasciende la nostalgia de los trovadores latinoamericanos tradicionales, produciendo un "blues" trasfronterizo que atrapa... los músicos de la Santa Cecilia son meticulosos, rayando casi en el virtuosismo; el resultado es el reconocimiento de un público cada vez más heterogéneo y que sigue creciendo. A nadie le debería de sorprender.