En un reporte fechado el 10 de mayo en su sitio de Internet, Oxfam, una organización internacional que en Estados Unidos aboga por el mejoramiento de las condiciones laborales en la industria avícola, señala que los trabajadores que laboran en plantas procesadoras de carne de pollo se sienten heridos en su dignidad por la falta de permisos adecuados para ir al baño, y por el sufrimiento que ello conlleva, especialmente para las mujeres.
"Los trabajadores batallan para hacerle frente a esta situación. Orinan y defecan mientras están parados en la línea (de producción); usan pañales para trabajar, soportan dolor y malestar mientras se preocupan de su salud y seguridad laboral. Y están en peligro de serios problemas de salubridad", indica el informe de la filial de Oxfam en Estados Unidos, que a nivel global se dedica a combatir la injusticia y la pobreza.
A las mujeres la situación las afecta en particular, ya que enfrentan realidades biológicas como la menstruación, embarazo y son más vulnerables a contraer infecciones, indica el reporte, titulado "No Relief: Denial of Bathroom Breaks in the Poultry Industry". Los trabajadores permanecen en la línea por cuatro horas seguidas y procesan alrededor de 35 a 45 aves por minuto, lo que significa desmembrar (o despiezar) a una gallina cada dos segundos: más de 2,000 pollos por hora, más de 14,000 al día, señala otro documento de investigación de Oxfam publicado anteriormete.
"Me sorprendí cuando los trabajadores avícolas en Arkansas me dijeron que la gente regularmente usa pañales para trabajar en las plantas", dijo Minor Sinclair, quien dirige el programa de Oxfam en Estados Unidos. "Ellos sienten que tiene que aguantar esto para poder mantener sus trabajos. Los supervisores hacen lo que sea para mantener la línea a la velocidad requerida, y las compañías hacen que no ven, mientras almacenan ganancias record. Se siente como algo salido de "La Jungla", de hace cien años, pero está ocurriendo ahora mismo. No es correcto".
En una planta de Tyson en Texas, Edward, reporta que para ir al baño tienen que firmar un documento antes de salir de la línea, y se requiere estar de regreso dentro de 10 minutos. "Si te retrasas, podrías recibir un punto disciplinario". Jean, otro empleado de una planta de Tyson en Virginia, dice "vas al baño un minuto tarde, y ellos te disciplinan. El supervisor te hace firmar un documento disciplinario. A mí me han llevado varias veces [a la oficina]. Si me retraso un minuto".
Las cuatro plantas de pollo que controlan aproximadamente el 60 por ciento del mercado doméstico (Tyson Foods, Pilgrim’s, Perdue y Sanderson Farms), "pueden y deben de implementar cambios que mejoren las condiciones de los trabajadores de la industria avícola a través del país", pide Oxfam.
En el 2015, Oxfam lanzó una campaña para abogar por el mejoramiento de las condiciones en que laboran los trabajadores avícolas en Estados Unidos, publicando un extenso reporte titulado "Vidas en la Línea: El costo humano del pollo barato", (Lives On The Line: The Human Cost of Cheap Chicken) en el que la organización hace alusión a estadísticas y testimonios de trabajadores en distintos lugares del país. Se calcula que hay aproximadamente 250,000 empleados en plantas de procesamiento de aves, de los cuales solamente un tercio están organizados sindicalmente para defender sus derechos.
Nota: Este artículo fue corregido para clarificar el párrafo sobre los tiempos de receso para ir al retrete que expresaba el empleado de Virgina, así como otros errores del teclado. El estudio de Oxfam, principal fuente de este escrito, aclara que la mayoría de los trabajadores entrevistados prefirieron usar pseudónimos por razones personales.
"Los trabajadores batallan para hacerle frente a esta situación. Orinan y defecan mientras están parados en la línea (de producción); usan pañales para trabajar, soportan dolor y malestar mientras se preocupan de su salud y seguridad laboral. Y están en peligro de serios problemas de salubridad", indica el informe de la filial de Oxfam en Estados Unidos, que a nivel global se dedica a combatir la injusticia y la pobreza.
A las mujeres la situación las afecta en particular, ya que enfrentan realidades biológicas como la menstruación, embarazo y son más vulnerables a contraer infecciones, indica el reporte, titulado "No Relief: Denial of Bathroom Breaks in the Poultry Industry". Los trabajadores permanecen en la línea por cuatro horas seguidas y procesan alrededor de 35 a 45 aves por minuto, lo que significa desmembrar (o despiezar) a una gallina cada dos segundos: más de 2,000 pollos por hora, más de 14,000 al día, señala otro documento de investigación de Oxfam publicado anteriormete.
"Me sorprendí cuando los trabajadores avícolas en Arkansas me dijeron que la gente regularmente usa pañales para trabajar en las plantas", dijo Minor Sinclair, quien dirige el programa de Oxfam en Estados Unidos. "Ellos sienten que tiene que aguantar esto para poder mantener sus trabajos. Los supervisores hacen lo que sea para mantener la línea a la velocidad requerida, y las compañías hacen que no ven, mientras almacenan ganancias record. Se siente como algo salido de "La Jungla", de hace cien años, pero está ocurriendo ahora mismo. No es correcto".
En una planta de Tyson en Texas, Edward, reporta que para ir al baño tienen que firmar un documento antes de salir de la línea, y se requiere estar de regreso dentro de 10 minutos. "Si te retrasas, podrías recibir un punto disciplinario". Jean, otro empleado de una planta de Tyson en Virginia, dice "vas al baño un minuto tarde, y ellos te disciplinan. El supervisor te hace firmar un documento disciplinario. A mí me han llevado varias veces [a la oficina]. Si me retraso un minuto".
Las cuatro plantas de pollo que controlan aproximadamente el 60 por ciento del mercado doméstico (Tyson Foods, Pilgrim’s, Perdue y Sanderson Farms), "pueden y deben de implementar cambios que mejoren las condiciones de los trabajadores de la industria avícola a través del país", pide Oxfam.
En el 2015, Oxfam lanzó una campaña para abogar por el mejoramiento de las condiciones en que laboran los trabajadores avícolas en Estados Unidos, publicando un extenso reporte titulado "Vidas en la Línea: El costo humano del pollo barato", (Lives On The Line: The Human Cost of Cheap Chicken) en el que la organización hace alusión a estadísticas y testimonios de trabajadores en distintos lugares del país. Se calcula que hay aproximadamente 250,000 empleados en plantas de procesamiento de aves, de los cuales solamente un tercio están organizados sindicalmente para defender sus derechos.
Nota: Este artículo fue corregido para clarificar el párrafo sobre los tiempos de receso para ir al retrete que expresaba el empleado de Virgina, así como otros errores del teclado. El estudio de Oxfam, principal fuente de este escrito, aclara que la mayoría de los trabajadores entrevistados prefirieron usar pseudónimos por razones personales.