Un columnista del New York Times publicó una serie de interrogantes difíciles de pasar por alto en anticipación al desempeño de quienes moderarán el primer debate entres los candidatos a la presidencia de Estados Unidos.
En una columna titulada "The Lying Game", Paul Krugman señala que seguramente Donald Trump mentirá de manera repetitiva y grotesca, mientras que es posible que Hillary Clinton diga un par de cosas no verdaderas, lo que se desconoce es si los moderadores intervendrán cuando Trump salga con una de sus reiteradas y muy conocidas falsedades. ¿Si proclama, una vez más, que se opuso a la Guerra en Irak desde el principio -lo cual no hizo- se lo reprocharán?, inquiere el escritor.
Otro par de sus planteamientos en anticipación al debate son, ¿Si Trump dice otra vez que Estados Unidos es el país con más alto índice de impuestos -lo cual no es- habrá otra persona -aparte de Clinton que diga que no? ¿Y la cobertura post-debate abordará la asimetría de lo ocurrido?
Para quienes se pregunten cómo es que Krugman puede estar tan seguro de que un candidato será mucho más deshonesto que otro, el columnista dice que la respuesta es que a estas alturas hay récords tanto de Trump como de Clinton, y gracias a esfuerzos no partidistas como lo que hace PolitiFact, "incluso podemos cuantificar la diferencia", dice.
UNIVERSOS MORALES DIFERENTES
PolitiFact, refirió Krugman, ha examinado 258 declaraciones de Trump y 255 de Clinton y las ha clasificado en una escala de "Verdaderas" a "Pantalones ardiendo" (algo así como falsedades mayores). Aunque algunos juicios podrían ser objetables, la mayoría son abrumadoramente contundentes. Los análisis también demuestran que ambos candidatos viven en universos morales diferentes cuando se trata de decir la verdad. Trump tiene 48 calificaciones de "Pantalones ardiendo" contra seis (6) de Clinton y el candidato republicano sumó 89 calificaciones de Falso, por 27 de la aspirante demócrata.Al menos de que un candidato tenga un colapso nervioso o una conversión religiosa en los días previos, el debate segirá líneas similares, prevé el columnista y ofrece algunas sugerencias sobre cómo debería ser reportado.
Krugman no le pide a los moderadores que se inclinen hacia un candidato, sino que simplemente sean cuidadosos a la hora de administrar el tiempo del debate. Porque si la tendencia que ha prevalecido durante la campaña se repite el lunes, es de esperarse que se le dedique hasta cinco veces más tiempo a las falsedades de Trump que a Clinton.
"Cualquier reporte que no refleje con precisión la enorme brecha de honestidad de los candidatos conduce a engañar a los lectores, dándoles una imagen distorsionada que favorece al mentiroso mayor", estima Krugman. Y señala que existe mucha presión en los medios de comunicación para participar en esa distorsión. En vez de revisar factualmente si lo que dice el candidato es falso o verdadero, se preguntan, cómo lo dijo. ¿Cuáles fueron las ópticas?
Pero la crítica de teatro es trabajo de los críticos de teatro, los reporteros deben decirle al público lo que realmente sucedió, no dedicarse a la especulación sobre cómo reaccionará otra gente a lo que pasó, sugiere el escritor. Si Trump miente tres veces más que Clinton en el debate, se debe resaltar que mintió más que ella, no que el candidato estuvo tan mal como se esperaba.
"Los periodistas deben simplemente hacer su trabajo, el cual es reportar los hechos. Puede que no sea fácil -pero hacer lo correcto raramente lo es", finaliza Krugman.
En una columna titulada "The Lying Game", Paul Krugman señala que seguramente Donald Trump mentirá de manera repetitiva y grotesca, mientras que es posible que Hillary Clinton diga un par de cosas no verdaderas, lo que se desconoce es si los moderadores intervendrán cuando Trump salga con una de sus reiteradas y muy conocidas falsedades. ¿Si proclama, una vez más, que se opuso a la Guerra en Irak desde el principio -lo cual no hizo- se lo reprocharán?, inquiere el escritor.
Otro par de sus planteamientos en anticipación al debate son, ¿Si Trump dice otra vez que Estados Unidos es el país con más alto índice de impuestos -lo cual no es- habrá otra persona -aparte de Clinton que diga que no? ¿Y la cobertura post-debate abordará la asimetría de lo ocurrido?
Para quienes se pregunten cómo es que Krugman puede estar tan seguro de que un candidato será mucho más deshonesto que otro, el columnista dice que la respuesta es que a estas alturas hay récords tanto de Trump como de Clinton, y gracias a esfuerzos no partidistas como lo que hace PolitiFact, "incluso podemos cuantificar la diferencia", dice.
UNIVERSOS MORALES DIFERENTES
PolitiFact, refirió Krugman, ha examinado 258 declaraciones de Trump y 255 de Clinton y las ha clasificado en una escala de "Verdaderas" a "Pantalones ardiendo" (algo así como falsedades mayores). Aunque algunos juicios podrían ser objetables, la mayoría son abrumadoramente contundentes. Los análisis también demuestran que ambos candidatos viven en universos morales diferentes cuando se trata de decir la verdad. Trump tiene 48 calificaciones de "Pantalones ardiendo" contra seis (6) de Clinton y el candidato republicano sumó 89 calificaciones de Falso, por 27 de la aspirante demócrata.
Al menos de que un candidato tenga un colapso nervioso o una conversión religiosa en los días previos, el debate segirá líneas similares, prevé el columnista y ofrece algunas sugerencias sobre cómo debería ser reportado.
Krugman no le pide a los moderadores que se inclinen hacia un candidato, sino que simplemente sean cuidadosos a la hora de administrar el tiempo del debate. Porque si la tendencia que ha prevalecido durante la campaña se repite el lunes, es de esperarse que se le dedique hasta cinco veces más tiempo a las falsedades de Trump que a Clinton.
"Cualquier reporte que no refleje con precisión la enorme brecha de honestidad de los candidatos conduce a engañar a los lectores, dándoles una imagen distorsionada que favorece al mentiroso mayor", estima Krugman. Y señala que existe mucha presión en los medios de comunicación para participar en esa distorsión. En vez de revisar factualmente si lo que dice el candidato es falso o verdadero, se preguntan, cómo lo dijo. ¿Cuáles fueron las ópticas?
Pero la crítica de teatro es trabajo de los críticos de teatro, los reporteros deben decirle al público lo que realmente sucedió, no dedicarse a la especulación sobre cómo reaccionará otra gente a lo que pasó, sugiere el escritor. Si Trump miente tres veces más que Clinton en el debate, se debe resaltar que mintió más que ella, no que el candidato estuvo tan mal como se esperaba.
"Los periodistas deben simplemente hacer su trabajo, el cual es reportar los hechos. Puede que no sea fácil -pero hacer lo correcto raramente lo es", finaliza Krugman.