“El maíz no es bueno para la salud; en México los indios morían a los 30 años por la dieta que llevaban basada en el maíz, deben bajar su consumo de tortillas de maíz”. Estas y otras afirmaciones como las de no consumir nunca, bajo ningunas circunstancia margarina: “Dejen la margarina que se derrita y se van a dar cuenta que es puro plástico”, eran sentencias diarias que el Dr. Manfred Molina hizo, durante más de un año, en mi programa de radio que en esa época se transmitía por la 1020 Am en horario nocturno.
Convencido de que el maíz era el enemigo a vencer, el doctor Molina llegaba al estudio, armado de estadísticas y sin esperar preguntas, se dirigía a la población mexicana y les advertía que de no cambiar sus hábitos alimenticios, su salud se vería amenazada por la diabetes y la obesidad. “Los centroamericanos consumimos arroz y eso no es tan dañino como la tortilla”, afirmaba.
El también médico internista, estaba convencido que era sólo cuestión de tiempo para que su mensaje fuera asimilado por todos los que lo escuchaban: “Poco a poco vas a ver que van dejar la tortilla”. Otra de las razones por la que hizo esa cruzada contra el maíz, parte de su práctica, es que afirmaba de la cura de sus pacientes cuando dejaba el maíz, para luego recaer cuando regresaba a su consumo habitual de tortillas. “No entiendo si saben que les hace daño porque comen tanta tortilla”.
Al año de su campaña, el Dr. Molina me compartió su alarma al ver que en lugar de disminuir, los casos de obesidad y diabetes entre sus pacientes, incluidos los centroamericanos, iba en aumento. Poco a poco su mensaje cambió. “Ya me conformo con que en lugar de 5 se coman 4 tortillas en cada sentada”. Molina continuo fiel a su mensaje, pero al final me confesó que había perdido su lucha contra el maíz.
Siguió con su práctica médica en la ciudad de Maywood y un día su corazón se negó a latir y murió de manera repentina.
A más de un año de su muerte, su deseo, su lucha de convencer a los mexicanos de que consuman menos maíz está a punto de convertirse en realidad. Esto no se debe a ninguna campaña masiva de publicidad sino a un boicot contra la importación del maíz proveniente de Estados Unidos, como respuesta a las amenazas que ha hecho nuestro Presidente de desmantelar el Tratado de Libre Comercio que existe entre México y Estados Unidos desde 1994.El Senado Mexicano dio a conocer, hace unos días, que planea reemplazar a Estados Unidos como principal exportador de maíz a México con otros países como Argentina y Brasil. La pregunta que se hacen los mexicanos y los expertos en economía agrícola es que ¿Cómo fue que México de ser exportador de maíz en la década de los 80 ahora es el principal importador de maíz de Estados Unidos? En el 2016, México gastó $2.5 billones de dólares en la compra de maíz de Iowa, Nebraska y Wisconsin. Si México deja de comprar maíz a estos Estados que votaron por el Presidente de manera abrumadora, el efecto económico se sentirá de inmediato.
Los mexicanos tienen ahora, en el maíz, una arma muy poderosa con la que pueden recuperar la dignidad para su nación tan vituperada y atacada por nuestro Mandatario. La consigna para los mexicanos debe ser: NO AL CONSUMO DE MAIZ. Por lo menos, mientras recuperan sus campos y vuelven a convertirse en lo que una vez fueron: prósperos agricultores de lo que para ellos es, además de un alimento, un símbolo nacional.
Alicia Alarcón, periodista radial, conduce un programa de opinión en KBLA-1580 AM en Los Angeles, CA. Es autora de La Migra Me Hizo los Mandados y Revancha en Los Angeles (Arte Público Press). Su correo electrónico es: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Convencido de que el maíz era el enemigo a vencer, el doctor Molina llegaba al estudio, armado de estadísticas y sin esperar preguntas, se dirigía a la población mexicana y les advertía que de no cambiar sus hábitos alimenticios, su salud se vería amenazada por la diabetes y la obesidad. “Los centroamericanos consumimos arroz y eso no es tan dañino como la tortilla”, afirmaba.
El también médico internista, estaba convencido que era sólo cuestión de tiempo para que su mensaje fuera asimilado por todos los que lo escuchaban: “Poco a poco vas a ver que van dejar la tortilla”. Otra de las razones por la que hizo esa cruzada contra el maíz, parte de su práctica, es que afirmaba de la cura de sus pacientes cuando dejaba el maíz, para luego recaer cuando regresaba a su consumo habitual de tortillas. “No entiendo si saben que les hace daño porque comen tanta tortilla”.
Al año de su campaña, el Dr. Molina me compartió su alarma al ver que en lugar de disminuir, los casos de obesidad y diabetes entre sus pacientes, incluidos los centroamericanos, iba en aumento. Poco a poco su mensaje cambió. “Ya me conformo con que en lugar de 5 se coman 4 tortillas en cada sentada”. Molina continuo fiel a su mensaje, pero al final me confesó que había perdido su lucha contra el maíz.
Siguió con su práctica médica en la ciudad de Maywood y un día su corazón se negó a latir y murió de manera repentina.
A más de un año de su muerte, su deseo, su lucha de convencer a los mexicanos de que consuman menos maíz está a punto de convertirse en realidad. Esto no se debe a ninguna campaña masiva de publicidad sino a un boicot contra la importación del maíz proveniente de Estados Unidos, como respuesta a las amenazas que ha hecho nuestro Presidente de desmantelar el Tratado de Libre Comercio que existe entre México y Estados Unidos desde 1994.
El Senado Mexicano dio a conocer, hace unos días, que planea reemplazar a Estados Unidos como principal exportador de maíz a México con otros países como Argentina y Brasil. La pregunta que se hacen los mexicanos y los expertos en economía agrícola es que ¿Cómo fue que México de ser exportador de maíz en la década de los 80 ahora es el principal importador de maíz de Estados Unidos? En el 2016, México gastó $2.5 billones de dólares en la compra de maíz de Iowa, Nebraska y Wisconsin. Si México deja de comprar maíz a estos Estados que votaron por el Presidente de manera abrumadora, el efecto económico se sentirá de inmediato.
Los mexicanos tienen ahora, en el maíz, una arma muy poderosa con la que pueden recuperar la dignidad para su nación tan vituperada y atacada por nuestro Mandatario. La consigna para los mexicanos debe ser: NO AL CONSUMO DE MAIZ. Por lo menos, mientras recuperan sus campos y vuelven a convertirse en lo que una vez fueron: prósperos agricultores de lo que para ellos es, además de un alimento, un símbolo nacional.
Alicia Alarcón, periodista radial, conduce un programa de opinión en KBLA-1580 AM en Los Angeles, CA. Es autora de La Migra Me Hizo los Mandados y Revancha en Los Angeles (Arte Público Press). Su correo electrónico es: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.