El martes 9 de mayo del 2017 pasa a la historia como el día en que el Presidente apretó todavía más las varas que rodean su vestidura y lo aprietan de tal manera que no lo dejan respirar; sus gritos y reclamos salen ya por los pasillos de la Casa Blanca y se convierten en parte ya de las noticias.
El Washington Post aseguró que son docenas quienes confirmaron su furia desatada contra el Director del FBI, James Comey, el lunes 8 de mayo, por su insistencia en continuar con la investigación sobre una posible coordinación entre Moscú y el equipo de Trump para minar las posibilidades de que Hillary Clinton llegara a la presidencia.
En su afán por disminuir el efecto de que las rabietas del presidente salieron a la luz, se sabe esto gracias a las decenas de informantes que los periodistas tienen dentro de la Casa Blanca, el equipo del Presidente, se apresuró a proyectar su imagen como la del Chapulín Colorado que le dijo a Hillary: “Vengo a salvarte”. El argumento que utilizó la Casa Blanca es que Comey no tuvo que haber regañado de manera pública a Hilary Clinton, el año pasado, con el asunto de sus correos electrónicos y que no supo manejar bien esa investigación. ¡Increible! Es la exclamación de sorpresa de todos en los medios. Ahora resulta que nos quieren hacer creer que despide a Comey por lo que le hizo a Hillary. Esto debe quedar grabado en el libro de: Aunque usted no lo crea.
La última vez que un presidente de Estados Unidos, despidió a su investigador, en medio de rabietas fue en 1973; Richard Nixon despidió a Archibald Cox, el fiscal especial que fue nombrado para investigar el caso de Watergate. Eso provocó un efecto dominó que acabó con su presidencia.
Los consejeros del Presidente confían en que lo que ocurrió con Nixon no ocurrirá con Trump porque en la época de Nixon, el Congreso era demócrata, lo que no sucede ahora. Todas las ramas de poder están controladas por los republicanos y ellos ya dijeron: “Háganle como quieran pero no vamos a nombrar a ningún fiscal especial para que investigue al Presidente”.
En Estados Unidos, cuando el Congreso nombra a un Procurador Especial para investigar al residente, éste debe ser una persona libre de influencias, el nombramiento del Procurador debe venir del Procurador General de los Estados Unidos que en este caso, es Jeff Sessions, un incondicional del Trump, quien dijo, yo me hago un lado en la investigación de los rusos porque se me olvidó decir en las audiencias en que me confirmaron que me había reunido varias veces con el embajador ruso, ¡uppps! Así que el único que puede nombrar a este Procurador es el que le sigue en el poder, Rod Rosenstein. El asunto se complica más porque fue precisamente Rosenstein el que, de acuerdo al Presidente, le pidió que despidiera a Comey. (La historia continúa.)
Alicia Alarcón, periodista radial, conduce un programa de opinión en KBLA-1580 AM en Los Angeles, CA. Es autora de La Migra Me Hizo los Mandados y Revancha en Los Angeles (Arte Público Press). Su correo electrónico es: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
El Washington Post aseguró que son docenas quienes confirmaron su furia desatada contra el Director del FBI, James Comey, el lunes 8 de mayo, por su insistencia en continuar con la investigación sobre una posible coordinación entre Moscú y el equipo de Trump para minar las posibilidades de que Hillary Clinton llegara a la presidencia.
En su afán por disminuir el efecto de que las rabietas del presidente salieron a la luz, se sabe esto gracias a las decenas de informantes que los periodistas tienen dentro de la Casa Blanca, el equipo del Presidente, se apresuró a proyectar su imagen como la del Chapulín Colorado que le dijo a Hillary: “Vengo a salvarte”. El argumento que utilizó la Casa Blanca es que Comey no tuvo que haber regañado de manera pública a Hilary Clinton, el año pasado, con el asunto de sus correos electrónicos y que no supo manejar bien esa investigación. ¡Increible! Es la exclamación de sorpresa de todos en los medios. Ahora resulta que nos quieren hacer creer que despide a Comey por lo que le hizo a Hillary. Esto debe quedar grabado en el libro de: Aunque usted no lo crea.
La última vez que un presidente de Estados Unidos, despidió a su investigador, en medio de rabietas fue en 1973; Richard Nixon despidió a Archibald Cox, el fiscal especial que fue nombrado para investigar el caso de Watergate. Eso provocó un efecto dominó que acabó con su presidencia.
Los consejeros del Presidente confían en que lo que ocurrió con Nixon no ocurrirá con Trump porque en la época de Nixon, el Congreso era demócrata, lo que no sucede ahora. Todas las ramas de poder están controladas por los republicanos y ellos ya dijeron: “Háganle como quieran pero no vamos a nombrar a ningún fiscal especial para que investigue al Presidente”.
En Estados Unidos, cuando el Congreso nombra a un Procurador Especial para investigar al residente, éste debe ser una persona libre de influencias, el nombramiento del Procurador debe venir del Procurador General de los Estados Unidos que en este caso, es Jeff Sessions, un incondicional del Trump, quien dijo, yo me hago un lado en la investigación de los rusos porque se me olvidó decir en las audiencias en que me confirmaron que me había reunido varias veces con el embajador ruso, ¡uppps! Así que el único que puede nombrar a este Procurador es el que le sigue en el poder, Rod Rosenstein. El asunto se complica más porque fue precisamente Rosenstein el que, de acuerdo al Presidente, le pidió que despidiera a Comey. (La historia continúa.)
Alicia Alarcón, periodista radial, conduce un programa de opinión en KBLA-1580 AM en Los Angeles, CA. Es autora de La Migra Me Hizo los Mandados y Revancha en Los Angeles (Arte Público Press). Su correo electrónico es: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.