Su edad no debía de ser más de 30 y la forma en que se conducía era diferente. Tenía la voz pausada pero sus dedos eran ágiles sobre el teclado. Su trabajo consistía en redactar anuncios clasificados en un periódico, pero su profesión era la de médico en México, su país de origen.
El trabajo como asistente administrativa en la clínica que era empleada, lo hacía con esmero, pero su verdadera profesión era la de pediatra, carrera de la cual se había graduado con honores en su oriundo Ecuador.
Los dos eran los carniceros más solicitados en ese mercado, por su habilidad en el corte de carnes. Además de ese trabajo, desempeñaban otro igual de arduo durante el fin de semana. Su objetivo de llegar a Los Angeles fue trabajar en lo que fuera para sobrevivir. Los dos salieron de Cuba y su profesión como médicos cirujanos les hacía imposible el regreso.
Estos son algunos de los profesionales que he conocido en diferentes épocas de mi carrera. Hombres y mujeres migrantes, profesionales que dejaron, por diversas circunstancias sus países para emigrar a Estados Unidos y encontrarse con la realidad de que sus títulos no tienen la misma validad y tienen que desempeñar otros trabajos para subsistir.
Son de todos los países de Latinoamérica y la mayoría de ellos desconocen que existe una organización creada para ayudarlos a salir de esos trabajos que les dan el sustento, pero les roba la oportunidad de una vida digna que no tiene nada que ver con su profesión.
SÍ HAY AYUDA
La frustración, la depresión y el desencanto son compañeros constantes de estos profesionales. Esa era la situación de los cirujanos y la doctora que describo al principio. Los nombres de los médicos me los reservo, pero no así el de la doctora. Italia Solórzano, una mujer que no permitió que otros dictaran su destino, sino que buscó la forma de revalidar su carrera y ahora es una próspera médica asociada que trabaja en una clínica comunitaria en el centro de Los Angeles. “No es lo mismo ganar 15 dólares la hora que ochenta o a veces cien”, afirma la profesional.Italia, junto con otros médicos y enfermeras recibieron el apoyo y el asesoramiento de una organización no lucrativa que se dedica a rescatar profesionales de la salud para que ejerzan su carrera de medicina. Esta organización se dedica a asesorar a médicos, enfermeras, dentistas y otros profesionales que cursaron diferentes carreras universitarias y en este país se encuentran trabajando en áreas que no tienen nada que ver con lo que estudiaron.
“No fue fácil, pero si es posible, yo soy un ejemplo de eso. Cuando uno trabaja en una oficina, el sueldo es muy poco y las horas son muchas, por más horas que trabajaba no me alcanzaba porque me tocaba mantener a mis dos hijas y a mi mamá. Ahora trabajo las mismas horas pero mi sueldo me alcanza para que mis hijas vayan a la Universidad y a mi tener una casa propia en la que también vive mi mamá”, afirma Solórzano.
El cambio llegó a la vida de Italia cuando conoció al Dr. Rolando Castillo. “Me di cuenta que mi vida podía ser diferente. Gracias a él pude obtener el título de Physician Assistant y ya son más de 15 años que trabajo en mi profesión como médica”, detalla.
“Lo que yo le digo a todos mis colegas doctores, que no se conformen con trabajar en algo que no es su vocación. Uno se siente fracasado cuando hace algo que no le gusta. Este país nos ofrece todo tipo de oportunidades incluida el de revalidar nuestra carrera. Requiere tiempo, esfuerzo, mucho sacrificio, pero al final vale la pena”.
Como "Physician Assistant", Italia ve pacientes, diagnostica y receta. Su función es la misma de un doctor con la diferencia que no necesitó pasar el examen para trabajar. “Hay mucha demanda de personas como yo y me siento muy afortunada de poder ayudar a mucha gente todos los días a través de mi profesión”, dice Italia.
FUNDADOR DE COPHYLA
Son muchos los títulos que le anteceden a su nombre, pero hay uno en particular del cual se siente muy orgulloso. Fundador del Consorcio de Médicos de Latinoamérica (COPHYLA) por sus siglas en inglés. “Esta fundación es mi orgullo porque hemos podido ayudar a cientos de médicos, enfermeras, doctoras, dentistas a revalidar sus estudios y ayudarlos a que obtengan un título lo más cerca de su carrera que les permite un salario muy digno”, dice el doctor Rolando Castillo.El prestigiado galeno afirma que durante sus años como maestro universitario se dio cuenta del número tan grande que había de migrantes profesionales que no podían ejercer su profesión y se conformaban con cualquier trabajo. “Eso me pareció una tragedia. Pensé. ¿Por qué no crear una organización? Para ayudar a tanto cerebro que tenemos. Si bien es cierto que esta fuga de cerebros es una desgracia para Latinoamérica, para Estados Unidos es una ventaja contar con tanta gente que viene con títulos en carreras que aquí son muy caras”, dijo.
Fue a raíz de ese descubrimiento que el Dr. Castillo dedicó varios años de su vida a establecer una organización sólida sin fines de lucro que lleva de la mano a este tipo de profesionales y no los suelta hasta que logren un título relacionado con su carrera. “Hemos logrado con el tiempo el apoyo de muchas instituciones importantes, entre ellas el American Board of Surgical Assistants”.
El Dr. Rolando Castillo, Ph D. afirma estar a la disposición de todos los que deseen más información. Lo pueden llamar al ( 818) 480-2523.
Alicia Alarcón, periodista radial, conduce un programa de opinión en KBLA-1580 AM en Los Angeles, CA. Es autora de La Migra Me Hizo los Mandados y Revancha en Los Angeles (Arte Público Press). Su correo electrónico es: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
El trabajo como asistente administrativa en la clínica que era empleada, lo hacía con esmero, pero su verdadera profesión era la de pediatra, carrera de la cual se había graduado con honores en su oriundo Ecuador.
Los dos eran los carniceros más solicitados en ese mercado, por su habilidad en el corte de carnes. Además de ese trabajo, desempeñaban otro igual de arduo durante el fin de semana. Su objetivo de llegar a Los Angeles fue trabajar en lo que fuera para sobrevivir. Los dos salieron de Cuba y su profesión como médicos cirujanos les hacía imposible el regreso.
Estos son algunos de los profesionales que he conocido en diferentes épocas de mi carrera. Hombres y mujeres migrantes, profesionales que dejaron, por diversas circunstancias sus países para emigrar a Estados Unidos y encontrarse con la realidad de que sus títulos no tienen la misma validad y tienen que desempeñar otros trabajos para subsistir.
Son de todos los países de Latinoamérica y la mayoría de ellos desconocen que existe una organización creada para ayudarlos a salir de esos trabajos que les dan el sustento, pero les roba la oportunidad de una vida digna que no tiene nada que ver con su profesión.
SÍ HAY AYUDA
La frustración, la depresión y el desencanto son compañeros constantes de estos profesionales. Esa era la situación de los cirujanos y la doctora que describo al principio. Los nombres de los médicos me los reservo, pero no así el de la doctora. Italia Solórzano, una mujer que no permitió que otros dictaran su destino, sino que buscó la forma de revalidar su carrera y ahora es una próspera médica asociada que trabaja en una clínica comunitaria en el centro de Los Angeles. “No es lo mismo ganar 15 dólares la hora que ochenta o a veces cien”, afirma la profesional.
Italia, junto con otros médicos y enfermeras recibieron el apoyo y el asesoramiento de una organización no lucrativa que se dedica a rescatar profesionales de la salud para que ejerzan su carrera de medicina. Esta organización se dedica a asesorar a médicos, enfermeras, dentistas y otros profesionales que cursaron diferentes carreras universitarias y en este país se encuentran trabajando en áreas que no tienen nada que ver con lo que estudiaron.
“No fue fácil, pero si es posible, yo soy un ejemplo de eso. Cuando uno trabaja en una oficina, el sueldo es muy poco y las horas son muchas, por más horas que trabajaba no me alcanzaba porque me tocaba mantener a mis dos hijas y a mi mamá. Ahora trabajo las mismas horas pero mi sueldo me alcanza para que mis hijas vayan a la Universidad y a mi tener una casa propia en la que también vive mi mamá”, afirma Solórzano.
El cambio llegó a la vida de Italia cuando conoció al Dr. Rolando Castillo. “Me di cuenta que mi vida podía ser diferente. Gracias a él pude obtener el título de Physician Assistant y ya son más de 15 años que trabajo en mi profesión como médica”, detalla.
“Lo que yo le digo a todos mis colegas doctores, que no se conformen con trabajar en algo que no es su vocación. Uno se siente fracasado cuando hace algo que no le gusta. Este país nos ofrece todo tipo de oportunidades incluida el de revalidar nuestra carrera. Requiere tiempo, esfuerzo, mucho sacrificio, pero al final vale la pena”.
Como "Physician Assistant", Italia ve pacientes, diagnostica y receta. Su función es la misma de un doctor con la diferencia que no necesitó pasar el examen para trabajar. “Hay mucha demanda de personas como yo y me siento muy afortunada de poder ayudar a mucha gente todos los días a través de mi profesión”, dice Italia.
FUNDADOR DE COPHYLA
Son muchos los títulos que le anteceden a su nombre, pero hay uno en particular del cual se siente muy orgulloso. Fundador del Consorcio de Médicos de Latinoamérica (COPHYLA) por sus siglas en inglés. “Esta fundación es mi orgullo porque hemos podido ayudar a cientos de médicos, enfermeras, doctoras, dentistas a revalidar sus estudios y ayudarlos a que obtengan un título lo más cerca de su carrera que les permite un salario muy digno”, dice el doctor Rolando Castillo.
El prestigiado galeno afirma que durante sus años como maestro universitario se dio cuenta del número tan grande que había de migrantes profesionales que no podían ejercer su profesión y se conformaban con cualquier trabajo. “Eso me pareció una tragedia. Pensé. ¿Por qué no crear una organización? Para ayudar a tanto cerebro que tenemos. Si bien es cierto que esta fuga de cerebros es una desgracia para Latinoamérica, para Estados Unidos es una ventaja contar con tanta gente que viene con títulos en carreras que aquí son muy caras”, dijo.
Fue a raíz de ese descubrimiento que el Dr. Castillo dedicó varios años de su vida a establecer una organización sólida sin fines de lucro que lleva de la mano a este tipo de profesionales y no los suelta hasta que logren un título relacionado con su carrera. “Hemos logrado con el tiempo el apoyo de muchas instituciones importantes, entre ellas el American Board of Surgical Assistants”.
El Dr. Rolando Castillo, Ph D. afirma estar a la disposición de todos los que deseen más información. Lo pueden llamar al ( 818) 480-2523.
Alicia Alarcón, periodista radial, conduce un programa de opinión en KBLA-1580 AM en Los Angeles, CA. Es autora de La Migra Me Hizo los Mandados y Revancha en Los Angeles (Arte Público Press). Su correo electrónico es: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.