Los salvadoreños recibieron con sorpresa y terror el lunes 8 de enero, la noticia de que ahora eran ellos los "elegidos" del Presidente, al anunciar que no renovará el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) de por lo menos 200 mil salvadoreños, con lo que abre las puertas a una posible deportación.
En su "magnanimidad", el Presidente les ha dado 18 meses, (septiembre 9, 2019) para que arreglen su situación migratoria,) de lo contrario, que se preparen para dejar el país. Alguien le puede decir, que si pudieran arreglar su situación ya lo hubieran hecho en las últimas dos décadas.
Se debe reconocer que el Presidente ha mostrado una cualidad, la de ser consistente en sus acciones, sin olvidar lo que hizo con los haitianos que les dio 6 meses para salir del país, sabe que con la limpieza étnica, que para él, va viento en popa, asegura su reelección en 4 años. Así demuestra él su plena identificación con la mentalidad ¨supremacista¨ que lo llevó al poder.
Ahora ya sabemos que al Mandatario no lee ni le interesa leer, no sabe de la historia de la presencia salvadoreña en este país. Ignora los detalles de la guerra civil que se vivió en ese país y de la injerencia que tuvo Estados Unidos en ella; mucho menos le ha dado por consultar con los archivos de la Casa Blanca donde aparecen fotos de los efectos devastadores de dos terremotos en El Salvador que agravaron aún más las penurias que ya se vivían en ese país centroamericano. Ese es el marco en el que surgió con el apoyo de congresistas demócratas y republicanos el TPS.
¿Qué sigue ahora para los salvadoreños? Lo mismo que para todos los demás grupos: La zozobra, la desesperación y la frustración ante un Congreso de mayoría republicana que se muestra intransigente y decidido a todo con tal de no apoyar una reforma migratoria.
Los mayoría de los salvadoreños que viven en los Estados Unidos, con y sin documentos han probado tener iniciativa empresarial, se han graduado de Preparatoria en un porcentaje mayor que otros grupos minoritarios, han generado industrias, comercios que dan cientos de empleos a ciudadanos de ese país. Son padres y madres cuyos hijos nacieron aquí. ¿Piensa separar el Presidente a los hijos de sus padres? Según él, los salvadoreños ya pueden regresar a su país porque el ambiente de allá es de paz y prosperidad. Será que considera construir un hotel de lujo en ese pequeño país de Centroamérica.
La irracionalidad del Presidente, en la toma de sus decisiones va ir en aumento. La única forma de detenerlo es con una limpia de republicanos en el Congreso que han renunciado a su humanidad por su seguridad laboral.
La decisión del juez federal de California William Alsup que bloqueó la decisión del Presidente de terminar el programa de DACA y quien además le ordenó renovar los permisos a quienes los tengan vencidos, da un alivio momentáneo a los "Dreamers". Sin dejar de aplaudir esta decisión, la realidad es que la solución definitiva debe de venir del Congreso con una ley que les de su residencia definitiva. 2018 es un año de elecciones, en California hay 15 congresistas republicanos que de manera pública han rechazado DACA y el TPS. Quitarles la chamba sería un buen comienzo.
En su "magnanimidad", el Presidente les ha dado 18 meses, (septiembre 9, 2019) para que arreglen su situación migratoria,) de lo contrario, que se preparen para dejar el país. Alguien le puede decir, que si pudieran arreglar su situación ya lo hubieran hecho en las últimas dos décadas.
Se debe reconocer que el Presidente ha mostrado una cualidad, la de ser consistente en sus acciones, sin olvidar lo que hizo con los haitianos que les dio 6 meses para salir del país, sabe que con la limpieza étnica, que para él, va viento en popa, asegura su reelección en 4 años. Así demuestra él su plena identificación con la mentalidad ¨supremacista¨ que lo llevó al poder.
Ahora ya sabemos que al Mandatario no lee ni le interesa leer, no sabe de la historia de la presencia salvadoreña en este país. Ignora los detalles de la guerra civil que se vivió en ese país y de la injerencia que tuvo Estados Unidos en ella; mucho menos le ha dado por consultar con los archivos de la Casa Blanca donde aparecen fotos de los efectos devastadores de dos terremotos en El Salvador que agravaron aún más las penurias que ya se vivían en ese país centroamericano. Ese es el marco en el que surgió con el apoyo de congresistas demócratas y republicanos el TPS.
¿Qué sigue ahora para los salvadoreños? Lo mismo que para todos los demás grupos: La zozobra, la desesperación y la frustración ante un Congreso de mayoría republicana que se muestra intransigente y decidido a todo con tal de no apoyar una reforma migratoria.
Los mayoría de los salvadoreños que viven en los Estados Unidos, con y sin documentos han probado tener iniciativa empresarial, se han graduado de Preparatoria en un porcentaje mayor que otros grupos minoritarios, han generado industrias, comercios que dan cientos de empleos a ciudadanos de ese país. Son padres y madres cuyos hijos nacieron aquí. ¿Piensa separar el Presidente a los hijos de sus padres? Según él, los salvadoreños ya pueden regresar a su país porque el ambiente de allá es de paz y prosperidad. Será que considera construir un hotel de lujo en ese pequeño país de Centroamérica.
La irracionalidad del Presidente, en la toma de sus decisiones va ir en aumento. La única forma de detenerlo es con una limpia de republicanos en el Congreso que han renunciado a su humanidad por su seguridad laboral.
La decisión del juez federal de California William Alsup que bloqueó la decisión del Presidente de terminar el programa de DACA y quien además le ordenó renovar los permisos a quienes los tengan vencidos, da un alivio momentáneo a los "Dreamers". Sin dejar de aplaudir esta decisión, la realidad es que la solución definitiva debe de venir del Congreso con una ley que les de su residencia definitiva. 2018 es un año de elecciones, en California hay 15 congresistas republicanos que de manera pública han rechazado DACA y el TPS. Quitarles la chamba sería un buen comienzo.