DALLAS -- El sujeto acusado de perpetrar una masacre que dejó un saldo de 22 muertos el mes pasado en El Paso, Texas fue acusado formalmente el jueves por un gran jurado de homicidio capital y LULAC, organización que defiende los derechos de los latinos en Estados Unidos, aplaudió la decisión.
"Creemos que este asesino y terrorista blanco debe aparecer en la corte. La masacre de 22 personas a sangre fría es un acto de terrorismo doméstico, el cual no nos derrotará", dijo Domingo García, presidente de LULAC.
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Jaime Esparza, el Fiscal de Distrito del condado de El Paso, informó que planea solicitar la pena de muerte para Patrick Crusius, por la matanza de la cual confesó ser responsable, ocurrida el pasado 3 de agosto en la tienda Walmart, de Cielo Vista en la localidad fronteriza antes mencionada.
Ese día, tras cometer la masacre, Crusius se subió a su auto e intentó huir pero las autoridades lo acorralaron. Fue entonces que se entregó sin oponer resistencia y confesó ser el atacante.
Crusius está cooperando con autoridades en cuanto a la investigación, aunque desde un principio afirmó que tenía como objetivo principal a los mexicanos, como lo indica un documento oficial de corte donde el individuo confesó que viajó desde Allen, un suburbio al norte de Dallas, hasta El Paso, con la intención de matar a cuanto mexicano pudiera.
Las edades de los 22 fallecidos van de 15 a 90 años de edad, de ellos, 15 eran ciudadanos estadounidenses, ocho mexicanos y un alemán.
Los fiscales federales también han expresado su intención de fincar cargos de ataque con tinte racial o de odio.
"Creemos que este asesino y terrorista blanco debe aparecer en la corte. La masacre de 22 personas a sangre fría es un acto de terrorismo doméstico, el cual no nos derrotará", dijo Domingo García, presidente de LULAC.
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Ese día, tras cometer la masacre, Crusius se subió a su auto e intentó huir pero las autoridades lo acorralaron. Fue entonces que se entregó sin oponer resistencia y confesó ser el atacante.
Crusius está cooperando con autoridades en cuanto a la investigación, aunque desde un principio afirmó que tenía como objetivo principal a los mexicanos, como lo indica un documento oficial de corte donde el individuo confesó que viajó desde Allen, un suburbio al norte de Dallas, hasta El Paso, con la intención de matar a cuanto mexicano pudiera.
Las edades de los 22 fallecidos van de 15 a 90 años de edad, de ellos, 15 eran ciudadanos estadounidenses, ocho mexicanos y un alemán.
Los fiscales federales también han expresado su intención de fincar cargos de ataque con tinte racial o de odio.