ARLINGTON -- El pasado fin de semana Six Flags reabrió la montaña rusa Texas Giants en el parque de diversiones de Arlington, en donde en julio una mujer perdió la vida al salir lanzada desde 75 pies de altura cuando montaba el juego.
La familia de Rosa Esparza anunció varios días antes de la reapertura una demanda en contra de Six Flags por muerte culposa en la que pediría por lo menos $1 millón en compensación por la muerte de la inmigrante mexicana que vivía en Oak Cliff.
En un comunicado, Six Flags informó que ha concluido su investigación sobre el accidente y que tras realizar diferentes pruebas obtuvo la aprobación del Departamento de Seguridad de Texas para volver a operar el juego.
La empresa también declaró que los expertos descartaron que el incidente tuviera que ver con una mecánica del juego. Pero a raiz de la muerte de Esparza anunció que incrementaría sus medidas de seguridad y incluyendo cojinetes rediseñados para las barras sujetadoras y nuevos cinturones de seguridad para los carritos de la montaña rusa.
El presidente de la compañía, Steve Martindale, anticipó que él y su familia serían los primeros en subir al paseo de reapertura del Texas Giant.
También se informó que ahora el paseo no será para todos, pues la empresa aseguró que los visitantes con constituciones o tamaños físicos diferentes ahora deberán hacer una prueba en un asiento instalado a la entrada de la línea para el juego, a fin de comprobar que puedan caber adecuadamente en los asientos y medidas de seguridad.
"Estamos devastados y sentiremos por siempre el dolor y la tristeza de este trágico accidente. Nuestras más sinceras condolencias para la familia y amigos de la Sra Esparza", dijo Martindale. "La seguridad de nuestros visitantes y empleados es la principal prioridad de nuestra empresa e intentamos tomar todas las precauciones razonables para eliminar el riesgo de accidentes".
Six Flags terminó su comunicado asegurando que cada año 1.7 billones de personas pasean en juegos mecánicos en los Estados Unidos, según la Asociación Internacional de Parques de Diversión y que las posibilidades de resultar lesionado son muy remotas.
La familia de Rosa Esparza anunció varios días antes de la reapertura una demanda en contra de Six Flags por muerte culposa en la que pediría por lo menos $1 millón en compensación por la muerte de la inmigrante mexicana que vivía en Oak Cliff.
En un comunicado, Six Flags informó que ha concluido su investigación sobre el accidente y que tras realizar diferentes pruebas obtuvo la aprobación del Departamento de Seguridad de Texas para volver a operar el juego.
La empresa también declaró que los expertos descartaron que el incidente tuviera que ver con una mecánica del juego. Pero a raiz de la muerte de Esparza anunció que incrementaría sus medidas de seguridad y incluyendo cojinetes rediseñados para las barras sujetadoras y nuevos cinturones de seguridad para los carritos de la montaña rusa.
El presidente de la compañía, Steve Martindale, anticipó que él y su familia serían los primeros en subir al paseo de reapertura del Texas Giant.
También se informó que ahora el paseo no será para todos, pues la empresa aseguró que los visitantes con constituciones o tamaños físicos diferentes ahora deberán hacer una prueba en un asiento instalado a la entrada de la línea para el juego, a fin de comprobar que puedan caber adecuadamente en los asientos y medidas de seguridad.
"Estamos devastados y sentiremos por siempre el dolor y la tristeza de este trágico accidente. Nuestras más sinceras condolencias para la familia y amigos de la Sra Esparza", dijo Martindale. "La seguridad de nuestros visitantes y empleados es la principal prioridad de nuestra empresa e intentamos tomar todas las precauciones razonables para eliminar el riesgo de accidentes".
Six Flags terminó su comunicado asegurando que cada año 1.7 billones de personas pasean en juegos mecánicos en los Estados Unidos, según la Asociación Internacional de Parques de Diversión y que las posibilidades de resultar lesionado son muy remotas.