7 de febrero de 2021 -- La mexicana Rosa Jiménez tenía solo 20 años cuando el niño que cuidaba (de acuerdo a testimonio de médicos especialistas y opiniones reconsideradas de testigos de la fiscalía) murió trágicamente en el 2003, tras ingerir unas toallas que al atorársele en la tráquea le obstruyeron la respiración, causándole un grave daño cerebral del cual no se pudo recuperar.
Jiménez se hacía cargo del niño en un apartamento en el norte de Austin, en donde vivía con su hija pequeña de un año y estaba embarazada (de siete meses) de su segundo hijo, Emmanuel, quien nació cuando la mexicana ya estaba privada de su libertad en espera de ser enjuiciada.
A Emanuel apenas lo pudo cargar en un par de ocasiones y tres días después de nacido fue asignado a un hogar adoptivo lo mismo que Brenda, su hija de un año. Jiménez no había vuelto a estar junto a ellos desde entonces.
"En el momento del arresto injusto de Rosa, su hija Brenda tenía solo un año y todavía estaba amamantando. Nunca antes se habían separado. La policía llevó a Rosa a la comisaría, la interrogó y trató de conseguir que Rosa confesara (que era culpable de la asfixia del niño) pero no lo hizo. En su cuarto día de vida, [Emanuel] le fue arrebatado; durante los primeros tres días a ella solo se le permitió verlo y abrazarlo durante cinco minutos. Fue puesto en cuidado de crianza junto con su hermana Brenda", explica una página de Go Fund Me establecida en beneficio de la mexicana, cuya sentencia aún no ha sido revocada y necesita atención médica debido a una insuficiencia renal avanzada.
Proyecto Inocencia, un grupo que la ha respaldado desde el principio de su caso, publicó unas fotos de la boda de Brenda, la hija de Jiménez, que ya tiene 19 años y también del reencuentro con Emanuel, de 17.
El Consulado de México en Austin la recibió en su sede durante la semana y publicó una foto suya, diciendo que, reiteran "su compromiso de brindar asistencia consular a las y los mexicanos".
Aunque la jueza que ordenó la libertad de Jiménez también recomendó que su sentencia (a 99 años de cárcel) fuera revocada, el único tribunal del estado que tiene la autoridad para hacer eso es la Corte de Apelaciones Criminales de Texas.
Mientras espera el desarrollo del siguiente capítulo jurídico de su caso, Rosa está a poco de someterse a tratamientos de diálisis y necesitará un trasplante de riñón debido a lo avanzado de su padecimiento. También se informó que desea volver a la escuela y continuar estudiando Braile, además de enfocarse en recuperar a sus hijos, quien la recibieron con cariño.
También tiene la esperanza de ayudar a otros en su comunidad y a las mujeres que todavía están encarceladas.
Jiménez se hacía cargo del niño en un apartamento en el norte de Austin, en donde vivía con su hija pequeña de un año y estaba embarazada (de siete meses) de su segundo hijo, Emmanuel, quien nació cuando la mexicana ya estaba privada de su libertad en espera de ser enjuiciada.
A Emanuel apenas lo pudo cargar en un par de ocasiones y tres días después de nacido fue asignado a un hogar adoptivo lo mismo que Brenda, su hija de un año. Jiménez no había vuelto a estar junto a ellos desde entonces.
"En el momento del arresto injusto de Rosa, su hija Brenda tenía solo un año y todavía estaba amamantando. Nunca antes se habían separado. La policía llevó a Rosa a la comisaría, la interrogó y trató de conseguir que Rosa confesara (que era culpable de la asfixia del niño) pero no lo hizo. En su cuarto día de vida, [Emanuel] le fue arrebatado; durante los primeros tres días a ella solo se le permitió verlo y abrazarlo durante cinco minutos. Fue puesto en cuidado de crianza junto con su hermana Brenda", explica una página de Go Fund Me establecida en beneficio de la mexicana, cuya sentencia aún no ha sido revocada y necesita atención médica debido a una insuficiencia renal avanzada.
Proyecto Inocencia, un grupo que la ha respaldado desde el principio de su caso, publicó unas fotos de la boda de Brenda, la hija de Jiménez, que ya tiene 19 años y también del reencuentro con Emanuel, de 17.
El Consulado de México en Austin la recibió en su sede durante la semana y publicó una foto suya, diciendo que, reiteran "su compromiso de brindar asistencia consular a las y los mexicanos".
Aunque la jueza que ordenó la libertad de Jiménez también recomendó que su sentencia (a 99 años de cárcel) fuera revocada, el único tribunal del estado que tiene la autoridad para hacer eso es la Corte de Apelaciones Criminales de Texas.
Mientras espera el desarrollo del siguiente capítulo jurídico de su caso, Rosa está a poco de someterse a tratamientos de diálisis y necesitará un trasplante de riñón debido a lo avanzado de su padecimiento. También se informó que desea volver a la escuela y continuar estudiando Braile, además de enfocarse en recuperar a sus hijos, quien la recibieron con cariño.
También tiene la esperanza de ayudar a otros en su comunidad y a las mujeres que todavía están encarceladas.