ARLINGTON, Texas -- La delgadez de Eliseo Medina contrasta con las robustas cifras de la administración Obama, la cual está a punto de llegar a la cantidad récord de dos millones de deportaciones en cuestión de días.
Liderando la campaña "Ayuno por las familias a través de E.U." (Fast for Families Across America), Medina hizo una parada de más de 12 horas en Arlington el martes, para encabezar dos mitines públicos y reunirse en privado con varios congresistas de Texas.
"Es una causa justa", explicó Medina, en tono afable, al ser inquirido acerca de su activismo por una reforma migratoria que luce esquiva.
"Estamos en las conversaciones sobre qué hacer con las deportaciones, luchando por la reforma", dijo Medina, sobre un asunto que cada vez se torna más espinoso, con la reciente lluvia de críticas que ha caido sobre el presidente Barack Obama por no emitir una orden ejecutiva que permita un alivio a las deportaciones de ciertos grupos de indocumentados.
Medina es el encargado de asuntos migratorios del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU).
Acompañado de un grupo que viaja con él en una gira por autobús a través del país, el activista -nacido en Zacatecas- contó también con el apoyo de Janet Murguía, presidenta del Concilio Nacional de la Raza.
"Me complace unirme al Ayuno por las familias a través de E.U. para enviar un mensaje fuerte, no sólo a la delegación congresional de Texas con la que nos reunimos hoy, sino a toda la Cámara de Representantes, para decirles que es tiempo de acción, no de excusas en la reforma migratoria", declaró Murguía frente a cientos que se congregaron afuera de la iglesia San Mateo antes del mediodía.
El objetivo principal del Ayuno que encabeza Medina es presionar al Congreso para que despeje el camino para la aprobación de una reforma a las leyes de inmigración que pueda otorgarle estatus legal a los poco más de 11 millones de indocumentados que se calcula viven y trabajan en Estados Unidos.
El grupo de activistas viajeros se reunió con líderes religiosos, pro inmigrantes y de derechos civiles de la comunidad de Dallas y Fort Worth en una serie de actividades que llevaron a cabo alrededor de Arlington.
La jornada también incluyó visitas a los congresistas republicanos Joe Barton y Sam Johnson.
La campaña de Fast for Families, que empezó el 24 de febrero y concluirá en abril, es la continuación del Ayuno Nacional de 22 días que a mediados de noviembre Medina inició en la capital del país, “para mostrarle a a la gente la seriedad de esta crisis moral”.
“Ayunamos no porque no nos guste comer, sino también porque además de esa hambre natural, tenemos hambre de justicia en nuestro espíritu”, comentó Medina al dirigirse por la tarde a un modesto grupo que se reunió en una iglesia vietnamita.
“En noviembre del año pasado, 7 de nosotros decidimos empezar un ayuno en la explanada del Capitolio. Quisimos que el Congreso supiera del sufrimiento, de tanta tragedia humana que está causando este sistema quebrantado de inmigración”, abundó.
PRESIÓN
Recientemente, Murguía causó revuelo al referirse al Presidente Obama como “El deportador en jefe”, un mote que el ejecutivo desestimó en un acto público, al afirmar que en realidad, es un “campeón por la reforma migratoria”.
Pero los números no mienten.
"Hay personas, familias y comunidades tras las estadísticas de deportación que ya rondan los dos millones. Es una crisis. Hay comunidades enteras donde las familias han perdido padres, madres, cónyuges, hijos”, opina Maribel Hastings de America’s Voice.
“Por eso crece la presión sobre su administración, porque sin una luz al final del túnel a nivel legislativo, la vista se vuelve a la otra alternativa disponible. Obama dice que está atado de manos, pero sí hay mecanismos disponibles", añade Hastings.
Aun así, Medina mantiene la ecuanimidad al insistírsele sobre el asunto. A pesar de que considera una crisis moral y humanitaria la continua separación de familias, cree que la responsabilidad principal recae en el Congreso.
"Yo sé que el corazón lo tiene en el lugar correcto. Todavía estamos en que hay que tratar de forzar al Congreso a actuar. Si no actúan, entonces tenemos que tener una conversación con el Presidente", comentó Medina a Hoy Dallas sobre la postura de Obama ante el récord de deportaciones que su gobierno registra frente a la ausencia de una ley que reforme el sistema de inmigración.
“El cambio es difícil, pero mientras sigamos luchando vamos a ganar. El cambio es inevitable, pero solamente si seguimos luchando", concluyó.
Liderando la campaña "Ayuno por las familias a través de E.U." (Fast for Families Across America), Medina hizo una parada de más de 12 horas en Arlington el martes, para encabezar dos mitines públicos y reunirse en privado con varios congresistas de Texas.
"Es una causa justa", explicó Medina, en tono afable, al ser inquirido acerca de su activismo por una reforma migratoria que luce esquiva.
"Estamos en las conversaciones sobre qué hacer con las deportaciones, luchando por la reforma", dijo Medina, sobre un asunto que cada vez se torna más espinoso, con la reciente lluvia de críticas que ha caido sobre el presidente Barack Obama por no emitir una orden ejecutiva que permita un alivio a las deportaciones de ciertos grupos de indocumentados.
Medina es el encargado de asuntos migratorios del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU).
Acompañado de un grupo que viaja con él en una gira por autobús a través del país, el activista -nacido en Zacatecas- contó también con el apoyo de Janet Murguía, presidenta del Concilio Nacional de la Raza.
"Me complace unirme al Ayuno por las familias a través de E.U. para enviar un mensaje fuerte, no sólo a la delegación congresional de Texas con la que nos reunimos hoy, sino a toda la Cámara de Representantes, para decirles que es tiempo de acción, no de excusas en la reforma migratoria", declaró Murguía frente a cientos que se congregaron afuera de la iglesia San Mateo antes del mediodía.
El objetivo principal del Ayuno que encabeza Medina es presionar al Congreso para que despeje el camino para la aprobación de una reforma a las leyes de inmigración que pueda otorgarle estatus legal a los poco más de 11 millones de indocumentados que se calcula viven y trabajan en Estados Unidos.
El grupo de activistas viajeros se reunió con líderes religiosos, pro inmigrantes y de derechos civiles de la comunidad de Dallas y Fort Worth en una serie de actividades que llevaron a cabo alrededor de Arlington.
La jornada también incluyó visitas a los congresistas republicanos Joe Barton y Sam Johnson.
La campaña de Fast for Families, que empezó el 24 de febrero y concluirá en abril, es la continuación del Ayuno Nacional de 22 días que a mediados de noviembre Medina inició en la capital del país, “para mostrarle a a la gente la seriedad de esta crisis moral”.
“Ayunamos no porque no nos guste comer, sino también porque además de esa hambre natural, tenemos hambre de justicia en nuestro espíritu”, comentó Medina al dirigirse por la tarde a un modesto grupo que se reunió en una iglesia vietnamita.
“En noviembre del año pasado, 7 de nosotros decidimos empezar un ayuno en la explanada del Capitolio. Quisimos que el Congreso supiera del sufrimiento, de tanta tragedia humana que está causando este sistema quebrantado de inmigración”, abundó.
PRESIÓN
Recientemente, Murguía causó revuelo al referirse al Presidente Obama como “El deportador en jefe”, un mote que el ejecutivo desestimó en un acto público, al afirmar que en realidad, es un “campeón por la reforma migratoria”.
Pero los números no mienten.
"Hay personas, familias y comunidades tras las estadísticas de deportación que ya rondan los dos millones. Es una crisis. Hay comunidades enteras donde las familias han perdido padres, madres, cónyuges, hijos”, opina Maribel Hastings de America’s Voice.
“Por eso crece la presión sobre su administración, porque sin una luz al final del túnel a nivel legislativo, la vista se vuelve a la otra alternativa disponible. Obama dice que está atado de manos, pero sí hay mecanismos disponibles", añade Hastings.
Aun así, Medina mantiene la ecuanimidad al insistírsele sobre el asunto. A pesar de que considera una crisis moral y humanitaria la continua separación de familias, cree que la responsabilidad principal recae en el Congreso.
"Yo sé que el corazón lo tiene en el lugar correcto. Todavía estamos en que hay que tratar de forzar al Congreso a actuar. Si no actúan, entonces tenemos que tener una conversación con el Presidente", comentó Medina a Hoy Dallas sobre la postura de Obama ante el récord de deportaciones que su gobierno registra frente a la ausencia de una ley que reforme el sistema de inmigración.
“El cambio es difícil, pero mientras sigamos luchando vamos a ganar. El cambio es inevitable, pero solamente si seguimos luchando", concluyó.