DALLAS -- A los 11 años, José Luis Zelaya empezó a practicar el crochet, sin saber que años más tarde esa habilidad artesanal le ayudaría a pagar sus estudios en un país a miles de millas de San Pedro Sula, Honduras.
El jueves por la noche, durante un foro celebrado en la Southern Methodist University, Zelaya recordó ante un grupo de jóvenes que en su adolescencia, recorrió solo y sin documentos México antes de llegar como refugiado a Estados Unidos.
Su mamá había viajado antes con una hermana de Zelaya, dejándo atrás a un esposo abusivo pero también a su hijo.
Entre otros episodios de violencia y pobreza, Zelaya compartió que a la edad de 13 años recibió balazos en cada uno de sus brazos; también refirió que en las escuelas, en vez de prepararlos contra contingencias como huracanes o tornados, sus maestros les aconsejaban qué hacer en caso de que ocurriera un tiroteo.
Zelaya empezó a hacer "crochet" o ganchillo después de los 10 años en Honduras, como muchos otros centroamericanos que aprenden distintos oficios artesanales.
“Se burlaban mucho de mí porque era hombre y hacía crochet, pero era una manera para poder sobrevivir. Y cuando llego a Estados Unidos me doy cuenta que soy rápido. Fue por medio del crochet que pude hacer gorritos, bufandas, vestidos y los vendía en pulgas, en restaurantes, por Internet, así fue como pude pagar por mis estudios", dijo.
Junto a Zelaya, Ramiro Luna del Centro Latino para el Desarrollo de Liderazgo e Irineo Mújica Arzate, activista y fotógrafo, expusieron sus vivencias y testimonios en torno al tema del “Tren de la Muerte” o La Bestia”, en un foro titulado, “La lucha por la libertad, El Tren de la Muerte y la Migración de Centro América”.
El joven hondureño opinó que actualmente el tema de los niños que viajan solos ya no se está abordando mucho en los medios pero es una realidad que sigue ocurriendo.
“Es una realidad irrespetuosa. A diario niños, por docenas, están siendo deportados a Centroamérica, de donde vienen huyendo de una gran pobreza y violencia.
“Cuando ves esto te preguntas, qué clase de país somos, qué clase de valores tenemos, o qué clase de conciencia. Más porque los niños en los centros de detención muchas veces no tienen donde bañarse o dormir.
“Por otro lado hay muchos niños a los que están dejando quedarse y, si se educan, les dan las oportunidades que a mí me dieron. Yo no soy un ejemplo, simplemente una muestra de lo que esos niños pueden llegar a lograr”, dijo Zelaya a Hoy Dallas al final del evento.
Además de abogar por los niños que viajan solos, Zelaya fue uno de los cientos de estudiantes que rindió su testimonio el lunes en Austin para tratar de convencer a un subcomité del Senado de lo dañino que es para la juventud que vive en Texas el intento de rescindir la ley HB 1403.
“Es algo repudiable. Si ves la historia, Texas es el primer estado que le da la oportunidad a estudiantes indocumentados que vayan a universidades pagando tarifas estatales, que ahora quieran repeler este proceso, es estar retrocediendo”, dijo acerca de la propuesta S.B. 1819.
“¿Cuál es el propósito de estos senadores? Estamos hablando de menos del 2 por ciento de la población de estudiantes en Texas que son "dreamers". Nosotros pagamos a la escuela. Es una cachetada a nuestra comunidad el que nos quieran quitar nuestra educación, especialmente cuando uno de sus argumentos es que 'para qué educarnos si no podemos trabajar'”, se preguntó en tono de enfado.
Esos estudiantes que como él, se graduaron sin tener estatus legal, ahora están empeando a ser productivos gracias al programa de Acción Diferida, explicó el centroamericano.
Zelaya, a pesar del beneficio recibido, se preocupa por quienes no han alcanzado a regularizar su situación legal.
“Tu mente como que se congela y, de un segundo a otro, ya tienes permiso de trabajo. Vas de una realidad a otra, y en ese proceso hay muchas emociones encontradas, de felicidad pero a la vez de tristeza. Tristeza al saber que personas como mi madre todavía no se benefician”, lamentó al recordar cuando recibió el alivio migratorio del DACA.
Aunque fue afectada por el huracán Mitch a finales de los Noventa, la madre de Luis Zelaya ingresó a Estados Unidos pocos días después de lo establecido por el gobierno para acogerse al beneficio del TPS.
Inspirado. "Mis problemas son muy chiquitos, comparados a los de los 'speakers' que nos dieron la presentación", dijo sonriendo David Guerrero, un ecuatoriano que estudia Contabilidad en SMU.
"He batallado mucho para aprender a expresarme bien en inglés y a quitarme el acento. Y como latino, me es muy difícil adaptarme a la cultura tan individualista de Estados Unidos", reflexionó Guerrero.
Tragedia documentada. Desde 2007, Mújica Arzate, originario de Michoacán, se convirtió en un activista que con su cámara documenta las penurias que experimentan los centroamericanos que viajan rumbo al Norte en "La Bestia", un tren que cruza México proveniente de Chiapas hasta diferentes puntos cercanos a las fronteras con Estados Unidos.
“No habría ni un solo centroamericano que no pasara sin la ayuda de un mexicano”, afirmó Mújica. Sin embargo, admite que las políticas del gobierno son completamente diferentes y eso es lo que vuelve la travesía un calvario; "también hay mucha gente que los roba o las violaciones...”
Para Mújica la actual situación que enfrentan los centroamericanos en tránsito por México es una especie de guerra en "contra del migrante por la presión de Estados Unidos. realmente ha cambiado.
“Tenemos albergues, ayudamos a los que llegan, a los que regresan, hacemos mucha denuncia, hacemos lo que podemos,” comentó.
Mújica calcula que se ha subido a La Bestia como unas 50 veces.
“He hecho recorridos completos, como unas 10 {veces}”, estima.
Continuará...
El jueves por la noche, durante un foro celebrado en la Southern Methodist University, Zelaya recordó ante un grupo de jóvenes que en su adolescencia, recorrió solo y sin documentos México antes de llegar como refugiado a Estados Unidos.
Su mamá había viajado antes con una hermana de Zelaya, dejándo atrás a un esposo abusivo pero también a su hijo.
Entre otros episodios de violencia y pobreza, Zelaya compartió que a la edad de 13 años recibió balazos en cada uno de sus brazos; también refirió que en las escuelas, en vez de prepararlos contra contingencias como huracanes o tornados, sus maestros les aconsejaban qué hacer en caso de que ocurriera un tiroteo.
Zelaya empezó a hacer "crochet" o ganchillo después de los 10 años en Honduras, como muchos otros centroamericanos que aprenden distintos oficios artesanales.
“Se burlaban mucho de mí porque era hombre y hacía crochet, pero era una manera para poder sobrevivir. Y cuando llego a Estados Unidos me doy cuenta que soy rápido. Fue por medio del crochet que pude hacer gorritos, bufandas, vestidos y los vendía en pulgas, en restaurantes, por Internet, así fue como pude pagar por mis estudios", dijo.
Junto a Zelaya, Ramiro Luna del Centro Latino para el Desarrollo de Liderazgo e Irineo Mújica Arzate, activista y fotógrafo, expusieron sus vivencias y testimonios en torno al tema del “Tren de la Muerte” o La Bestia”, en un foro titulado, “La lucha por la libertad, El Tren de la Muerte y la Migración de Centro América”.
El joven hondureño opinó que actualmente el tema de los niños que viajan solos ya no se está abordando mucho en los medios pero es una realidad que sigue ocurriendo.
“Es una realidad irrespetuosa. A diario niños, por docenas, están siendo deportados a Centroamérica, de donde vienen huyendo de una gran pobreza y violencia.
“Cuando ves esto te preguntas, qué clase de país somos, qué clase de valores tenemos, o qué clase de conciencia. Más porque los niños en los centros de detención muchas veces no tienen donde bañarse o dormir.
“Por otro lado hay muchos niños a los que están dejando quedarse y, si se educan, les dan las oportunidades que a mí me dieron. Yo no soy un ejemplo, simplemente una muestra de lo que esos niños pueden llegar a lograr”, dijo Zelaya a Hoy Dallas al final del evento.
Además de abogar por los niños que viajan solos, Zelaya fue uno de los cientos de estudiantes que rindió su testimonio el lunes en Austin para tratar de convencer a un subcomité del Senado de lo dañino que es para la juventud que vive en Texas el intento de rescindir la ley HB 1403.
“Es algo repudiable. Si ves la historia, Texas es el primer estado que le da la oportunidad a estudiantes indocumentados que vayan a universidades pagando tarifas estatales, que ahora quieran repeler este proceso, es estar retrocediendo”, dijo acerca de la propuesta S.B. 1819.
“¿Cuál es el propósito de estos senadores? Estamos hablando de menos del 2 por ciento de la población de estudiantes en Texas que son "dreamers". Nosotros pagamos a la escuela. Es una cachetada a nuestra comunidad el que nos quieran quitar nuestra educación, especialmente cuando uno de sus argumentos es que 'para qué educarnos si no podemos trabajar'”, se preguntó en tono de enfado.
Esos estudiantes que como él, se graduaron sin tener estatus legal, ahora están empeando a ser productivos gracias al programa de Acción Diferida, explicó el centroamericano.
Zelaya, a pesar del beneficio recibido, se preocupa por quienes no han alcanzado a regularizar su situación legal.
“Tu mente como que se congela y, de un segundo a otro, ya tienes permiso de trabajo. Vas de una realidad a otra, y en ese proceso hay muchas emociones encontradas, de felicidad pero a la vez de tristeza. Tristeza al saber que personas como mi madre todavía no se benefician”, lamentó al recordar cuando recibió el alivio migratorio del DACA.
Aunque fue afectada por el huracán Mitch a finales de los Noventa, la madre de Luis Zelaya ingresó a Estados Unidos pocos días después de lo establecido por el gobierno para acogerse al beneficio del TPS.
Inspirado. "Mis problemas son muy chiquitos, comparados a los de los 'speakers' que nos dieron la presentación", dijo sonriendo David Guerrero, un ecuatoriano que estudia Contabilidad en SMU.
"He batallado mucho para aprender a expresarme bien en inglés y a quitarme el acento. Y como latino, me es muy difícil adaptarme a la cultura tan individualista de Estados Unidos", reflexionó Guerrero.
Tragedia documentada. Desde 2007, Mújica Arzate, originario de Michoacán, se convirtió en un activista que con su cámara documenta las penurias que experimentan los centroamericanos que viajan rumbo al Norte en "La Bestia", un tren que cruza México proveniente de Chiapas hasta diferentes puntos cercanos a las fronteras con Estados Unidos.
“No habría ni un solo centroamericano que no pasara sin la ayuda de un mexicano”, afirmó Mújica. Sin embargo, admite que las políticas del gobierno son completamente diferentes y eso es lo que vuelve la travesía un calvario; "también hay mucha gente que los roba o las violaciones...”
Para Mújica la actual situación que enfrentan los centroamericanos en tránsito por México es una especie de guerra en "contra del migrante por la presión de Estados Unidos. realmente ha cambiado.
“Tenemos albergues, ayudamos a los que llegan, a los que regresan, hacemos mucha denuncia, hacemos lo que podemos,” comentó.
Mújica calcula que se ha subido a La Bestia como unas 50 veces.
“He hecho recorridos completos, como unas 10 {veces}”, estima.
Continuará...