GRAPEVINE -- Natalie Clifford tiene apenas unos meses de vivir en la región, pero el lunes pasado condujo desde Keller para unirse a la protesta contra la decisión de no encausar al policía que le disparó a muerte a un mexicano que estaba desarmado.
Poco más de 20 personas acudieron a la sede del Departamento de Policía de Grapevine el 19 de mayo, horas después de que un gran jurado anunció que no le presentaría cargos a Robert Clark, el uniformado que le disparó dos veces al pecho a Rubén García Villalpando causándole la muerte en febrero.
“No sé mucho sobre Rubén García, pero sé que es algo que ha estado pasando mucho; que gente de color está siendo matada, y que no se ha estado haciendo justicia, creo que ha estado pasando por mucho tiempo”, dijo Clifford, de 24 años.
El ex oficial de policía de Dallas, Johnny Gómez, opinó que Clark tomó una mala decisión, que debió de arrestar a García Villalpando pero se tardó mucho y en vez de ello le disparó.
“Fue una situación que se pudo controlar, de arrestarlo y arrestarlo. Y no actuar como actúo. El oficial no utilizó su tiempo, no utilizó su entrenamiento y tampoco siento yo que estaba preparado para una situación como la que pasó”, estimó Gómez, quien trabajo para el departamento del Constable de Dallas.
“Un oficial tiene que saber lo que está haciendo, tiene que estar estudiado, un oficial no se comporta como éste se ha comportado. Un oficial no habla como este oficial ha hablado”, añadió el ex agente.
Gómez cree que Clark aceleró las cosas, por una parte, (al dispararle a García); aunque por otra, tuvo tiempo suficiente para arrestarlo. “Ese hombre tuvo las manos en su cabeza, no estaba en una posición para morir, estaba para ser arrestado, él ya se estaba dando”.
“Le pudo disparar en la pierna”, sugirió Domingo García, el abogado de la familia de García Villalpando.
García insistió en que el hecho de que García Villalpando estuviera ebrio no justifica las acciones de Clark. Ante el gran jurado, el abogado argumentó que “eso no tenía nada qué ver con que le quitara la vida, solamente porque no siguió una orden de que parara…”
Poco antes de que el gran jurado iniciaria su debate sobre el caso, una investigación reveló que Clark había solicitado trabajo en varios departamentos de policía con poco éxito, hasta que Grapevine lo tomó en cuenta.
“Es una verguenza que este departamento (Policía de Grapevine) deje que este hombre sea un oficial aquí”, dijo Gómez.
García anunció que la familia de Rubén García demandará a la ciudad de Grapevine y a Clark en una corte federal por violar los derechos civiles del mexicano.
El gobierno de México dijo a través de un comunicado oficial que lamentaba la decisión del gran jurado del condado de Tarrant en el sentido de no presentar cargos en contra de Clark, “quien privó de la vida al ciudadano mexicano, cuando éste se encontraba con las manos arriba y desarmado al momento de su detención”.
También “reiteró su firme llamado a que se revisen los protocolos del uso de la fuerza letal por las agencias de la aplicación de la ley en Estados Unidos, ante los repetidos incidentes fatales que se han presentado en los últimos meses en perjuicio de los ciudadanos mexicanos”.
CARTA ABIERTA
El viernes, el periódico The Dallas Morning News publicó una carta abierta que Juana Veliz le escribió a la Fiscal General de Estados Unidos Loretta Lynch
En su escrito, Veliz hace notar que el caso deja muchas interrogantes sin contestar, que el abogado García, por ejemplo, sostiene que el video captado por la cámara de la patrulla del oficial Clark fue editado por lo menos tres segundos y que contradice la grabación de un testigo.
"Villalpando no es el único Latino que ha sido víctima de un tiroteo reciente de la policía. Antonio Zambrano-Montes, Alex Nieto y Jessica Hernandez están entre otros nombre que el público no podrá reconocer rápidamente", añadió en la misiva.
García Villalpando tenía 31 años de edad, y dejó con vida a cuatro hijos y a su esposa, Martha Romero. Era originario de Durango y carecía de residencia legal en Estados Unidos.
UNA FALSA ALARMA
El pasado 20 de febrero Clark respondió a una alarma que sonó en un edificio en la cuadra 3500 de la avenida William D. Tate, en Grapevine, -la cual resultó ser falsa- y poco después vio a un vehículo alejarse del estacionamiento del lugar.
García Villalpando era el conductor del Toyota que salió del sitio a alta velocidad, de acuerdo al reporte de la policía. Después de ignorar las órdenes de detenerse e internarse por la autopista 121, el inmigrante finalmente cedió en los límites con la municipalidad de Euless.
El mexicano se salió de su automóvil, puso las manos en alto, o sobre la cabeza, e ignoró las órdenes de Clark de parar y empezó a caminar hacia su patrulla. El oficial continuó ordenándole que se regresara a su vehículo, e insultándolo en repetidas ocasiones con obscenidades.
Poco después, una despachadora de emergencias fue notificada de los disparos en la escena y envió a los paramédicos.
García Villalpando fue declarado muerto en el hospital John Peter Smith de Fort Worth, el 21 de febrero. En el reporte, se especifica que su muerte fue un homicidio.
La autopsia reveló que el mexicano estaba legalmente intoxicado la noche en que fue balaceado. Sus niveles de alcohol en la sangre superaban el 0.08 por ciento, el límite legal para conducir.
La Fiscalía del Condado de Tarrant anunció en un comunicado de prensa la decisión que tomó el gran jurado de no presentar cargos en el caso. El grupo, desde el 6 de mayo empezó a revisar evidencias que apuntaban a un probable caso de abuso de autoridad contra Clark.
Poco más de 20 personas acudieron a la sede del Departamento de Policía de Grapevine el 19 de mayo, horas después de que un gran jurado anunció que no le presentaría cargos a Robert Clark, el uniformado que le disparó dos veces al pecho a Rubén García Villalpando causándole la muerte en febrero.
“No sé mucho sobre Rubén García, pero sé que es algo que ha estado pasando mucho; que gente de color está siendo matada, y que no se ha estado haciendo justicia, creo que ha estado pasando por mucho tiempo”, dijo Clifford, de 24 años.
El ex oficial de policía de Dallas, Johnny Gómez, opinó que Clark tomó una mala decisión, que debió de arrestar a García Villalpando pero se tardó mucho y en vez de ello le disparó.
“Fue una situación que se pudo controlar, de arrestarlo y arrestarlo. Y no actuar como actúo. El oficial no utilizó su tiempo, no utilizó su entrenamiento y tampoco siento yo que estaba preparado para una situación como la que pasó”, estimó Gómez, quien trabajo para el departamento del Constable de Dallas.
“Un oficial tiene que saber lo que está haciendo, tiene que estar estudiado, un oficial no se comporta como éste se ha comportado. Un oficial no habla como este oficial ha hablado”, añadió el ex agente.
Gómez cree que Clark aceleró las cosas, por una parte, (al dispararle a García); aunque por otra, tuvo tiempo suficiente para arrestarlo. “Ese hombre tuvo las manos en su cabeza, no estaba en una posición para morir, estaba para ser arrestado, él ya se estaba dando”.
“Le pudo disparar en la pierna”, sugirió Domingo García, el abogado de la familia de García Villalpando.
García insistió en que el hecho de que García Villalpando estuviera ebrio no justifica las acciones de Clark. Ante el gran jurado, el abogado argumentó que “eso no tenía nada qué ver con que le quitara la vida, solamente porque no siguió una orden de que parara…”
Poco antes de que el gran jurado iniciaria su debate sobre el caso, una investigación reveló que Clark había solicitado trabajo en varios departamentos de policía con poco éxito, hasta que Grapevine lo tomó en cuenta.
“Es una verguenza que este departamento (Policía de Grapevine) deje que este hombre sea un oficial aquí”, dijo Gómez.
García anunció que la familia de Rubén García demandará a la ciudad de Grapevine y a Clark en una corte federal por violar los derechos civiles del mexicano.
El gobierno de México dijo a través de un comunicado oficial que lamentaba la decisión del gran jurado del condado de Tarrant en el sentido de no presentar cargos en contra de Clark, “quien privó de la vida al ciudadano mexicano, cuando éste se encontraba con las manos arriba y desarmado al momento de su detención”.
También “reiteró su firme llamado a que se revisen los protocolos del uso de la fuerza letal por las agencias de la aplicación de la ley en Estados Unidos, ante los repetidos incidentes fatales que se han presentado en los últimos meses en perjuicio de los ciudadanos mexicanos”.
CARTA ABIERTA
El viernes, el periódico The Dallas Morning News publicó una carta abierta que Juana Veliz le escribió a la Fiscal General de Estados Unidos Loretta Lynch
En su escrito, Veliz hace notar que el caso deja muchas interrogantes sin contestar, que el abogado García, por ejemplo, sostiene que el video captado por la cámara de la patrulla del oficial Clark fue editado por lo menos tres segundos y que contradice la grabación de un testigo.
"Villalpando no es el único Latino que ha sido víctima de un tiroteo reciente de la policía. Antonio Zambrano-Montes, Alex Nieto y Jessica Hernandez están entre otros nombre que el público no podrá reconocer rápidamente", añadió en la misiva.
García Villalpando tenía 31 años de edad, y dejó con vida a cuatro hijos y a su esposa, Martha Romero. Era originario de Durango y carecía de residencia legal en Estados Unidos.
UNA FALSA ALARMA
El pasado 20 de febrero Clark respondió a una alarma que sonó en un edificio en la cuadra 3500 de la avenida William D. Tate, en Grapevine, -la cual resultó ser falsa- y poco después vio a un vehículo alejarse del estacionamiento del lugar.
García Villalpando era el conductor del Toyota que salió del sitio a alta velocidad, de acuerdo al reporte de la policía. Después de ignorar las órdenes de detenerse e internarse por la autopista 121, el inmigrante finalmente cedió en los límites con la municipalidad de Euless.
El mexicano se salió de su automóvil, puso las manos en alto, o sobre la cabeza, e ignoró las órdenes de Clark de parar y empezó a caminar hacia su patrulla. El oficial continuó ordenándole que se regresara a su vehículo, e insultándolo en repetidas ocasiones con obscenidades.
Poco después, una despachadora de emergencias fue notificada de los disparos en la escena y envió a los paramédicos.
García Villalpando fue declarado muerto en el hospital John Peter Smith de Fort Worth, el 21 de febrero. En el reporte, se especifica que su muerte fue un homicidio.
La autopsia reveló que el mexicano estaba legalmente intoxicado la noche en que fue balaceado. Sus niveles de alcohol en la sangre superaban el 0.08 por ciento, el límite legal para conducir.
La Fiscalía del Condado de Tarrant anunció en un comunicado de prensa la decisión que tomó el gran jurado de no presentar cargos en el caso. El grupo, desde el 6 de mayo empezó a revisar evidencias que apuntaban a un probable caso de abuso de autoridad contra Clark.