La señora Yolanda Rivera se apuntó para la clínica de ciudadanía que ofreció en febrero el Consulado de México en Dallas, pero debido a la gran demanda que tuvo el evento no pudo ser atendida, justo cuando se había decidido a tramitar su naturalización después de muchos años de ser residente permanente.
“Escuché en la televisión el anuncio y fui al Consulado pero ya no alcancé. Pero hubo otra oportunidad antes de la segunda clínica que van a hacer y estuvo mejor”, dijo Rivera el sábado, a la salida del taller donde salió con su paquete preparado y dentro de un sobre del correo de Estados Unidos, listo para ser enviado al USCIS.
Una de las primeras cosas de la que piensa beneficiarse Rivera, una duranguense que durante más de 20 años ha tenido su 'Green Card', es del derecho al voto, dijo gustosa. Y “para arreglarle a mis hijos”, añadió.
Su proceso de solicitud no fue difícil. Invirtió, eso sí, unas tres horas en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, en donde Proyecto Inmigrante llevó a cabo uno de los múltiples talleres que ofrece desde hace varios años.
Otros no tuvieron la misma suerte, como un mexicano que sufre de epilepsia y debido a una ausencia de 6 meses en México tendrá que agendar una cita especial para saber qué opciones tiene. Ha sido residente permanente por más de diez años, pero su padecimiento lo obliga a estar bajo tratamiento periódicamente. Y explicó que en México es más barato ir a atenderse.
A Rivera le corresponderá hacer el examen de ciudadanía en español, le informaron. Pero aclaró que aunque todavía le hubiera tocado presentarlo en inglés estaba dispuesta a hacer el esfuerzo y piensa ponerse a estudiar las preguntas lo más pronto posible.
Ha trabajado en hoteles durante el tiempo que lleva en Estados Unidos y actualmente labora en una planta de Bimbo en Grand Prairie. Tiene 57 años y una hija ciudadana por nacimiento, pero dos hijos más a los que piensa beneficiar.
A quienes no se han decidido a volverse ciudadanos, les aconsejó que lo hagan. “No somos nadie. Aquí nos van a echar. No sabemos qué presidente nos vaya a tocar. Ni que nos venga más delante. Tenemos que estar prevenidos para defendernos”, concluyó.
Proyecto Inmigrante no cobra por la asesoría ni el llenado o preparación de la forma N-400, solamente pide un donativo voluntario a quienes concluyen con éxito el trámite.
“Escuché en la televisión el anuncio y fui al Consulado pero ya no alcancé. Pero hubo otra oportunidad antes de la segunda clínica que van a hacer y estuvo mejor”, dijo Rivera el sábado, a la salida del taller donde salió con su paquete preparado y dentro de un sobre del correo de Estados Unidos, listo para ser enviado al USCIS.
Una de las primeras cosas de la que piensa beneficiarse Rivera, una duranguense que durante más de 20 años ha tenido su 'Green Card', es del derecho al voto, dijo gustosa. Y “para arreglarle a mis hijos”, añadió.
Su proceso de solicitud no fue difícil. Invirtió, eso sí, unas tres horas en la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, en donde Proyecto Inmigrante llevó a cabo uno de los múltiples talleres que ofrece desde hace varios años.
Otros no tuvieron la misma suerte, como un mexicano que sufre de epilepsia y debido a una ausencia de 6 meses en México tendrá que agendar una cita especial para saber qué opciones tiene. Ha sido residente permanente por más de diez años, pero su padecimiento lo obliga a estar bajo tratamiento periódicamente. Y explicó que en México es más barato ir a atenderse.
A Rivera le corresponderá hacer el examen de ciudadanía en español, le informaron. Pero aclaró que aunque todavía le hubiera tocado presentarlo en inglés estaba dispuesta a hacer el esfuerzo y piensa ponerse a estudiar las preguntas lo más pronto posible.
Ha trabajado en hoteles durante el tiempo que lleva en Estados Unidos y actualmente labora en una planta de Bimbo en Grand Prairie. Tiene 57 años y una hija ciudadana por nacimiento, pero dos hijos más a los que piensa beneficiar.
A quienes no se han decidido a volverse ciudadanos, les aconsejó que lo hagan. “No somos nadie. Aquí nos van a echar. No sabemos qué presidente nos vaya a tocar. Ni que nos venga más delante. Tenemos que estar prevenidos para defendernos”, concluyó.
Proyecto Inmigrante no cobra por la asesoría ni el llenado o preparación de la forma N-400, solamente pide un donativo voluntario a quienes concluyen con éxito el trámite.