DALLAS -- Dos oficiales de la Policía de Fort Worth que el viernes respondieron al llamado de un aparente suicidio y poco despúés de llegar a la escena fueron baleados, se encuentran en condición estable, informaron autoridades.
El 16 de septiembre, alrededor de las 8:30 p.m. dos policías fueron despachados a una residencia en el 3828 Wharton Dr. en referencia a un posible suicidio. Al llegar, los dos uniformados encontraron a un anciano muerto con una aparente herida de bala en la cabeza.
Alguien que estaba dentro de la vivienda le dijo a los oficiales que cuando sonó el disparo había alguien más en la misma habitación donde fue hallado muerto el hombre de edad avanzada.
"Alguien en la casa dijo que podría haber un testigo en un cobertizo del patio trasero. Cuando los agentes intentaron entrar al cobertizo, alguien les disparó", dijo el sargento Marc Povero, oficial de la Policía de Fort Worth horas más tarde a la prensa.
Ambos oficiales fueron alcanzados por las balas y los dos pudieron responder a los tiros y cubrirse hasta que llegaron compañeros a asistirlos, detalló el Departamento de Policía de Fort Worth en un informe.
El oficial Xavier Serrano, un veterano de 8 años, fue impactado en el pecho, en los brazos y un hombro.
Ray Azucena, un policía recién comisionado, recibió un tiro en el pecho, pero su chaleco antibalas desvió el proyectil. Azucena fue dado de alta del hospital John Peter Smith a tempranas horas del sábado.
El oficial Serrano permanece en condición estable, pero sigue hospitalizado en el JPS.
Integrantes del SWAT también llegaron a la escena e intentaron negociar sin éxito, con el sujeto que estaba dentro de la bodega. Se desconoce si murió a causa de los disparos de la policía o si se quitó la vida él mismo.
La alcaldesa Betsy Price acompañó al jefe policiaco Joel Fitzgerald a una rueda de prensa en el hospital JPS. El policía Matt Pearce, quien pasó dos meses hospitalizado tras resultar malherido en acción, se les unió para hablar con los reporteros de su experiencia como sobreviviente.
En este año, tres policías del condado Tarrant han sido baleados. En Dallas, cinco oficiales fueron emboscados y murieron tras el ataque de un francotirador al final de una protesta pacífica el 7 de julio.
El 16 de septiembre, alrededor de las 8:30 p.m. dos policías fueron despachados a una residencia en el 3828 Wharton Dr. en referencia a un posible suicidio. Al llegar, los dos uniformados encontraron a un anciano muerto con una aparente herida de bala en la cabeza.
Alguien que estaba dentro de la vivienda le dijo a los oficiales que cuando sonó el disparo había alguien más en la misma habitación donde fue hallado muerto el hombre de edad avanzada.
"Alguien en la casa dijo que podría haber un testigo en un cobertizo del patio trasero. Cuando los agentes intentaron entrar al cobertizo, alguien les disparó", dijo el sargento Marc Povero, oficial de la Policía de Fort Worth horas más tarde a la prensa.
Ambos oficiales fueron alcanzados por las balas y los dos pudieron responder a los tiros y cubrirse hasta que llegaron compañeros a asistirlos, detalló el Departamento de Policía de Fort Worth en un informe.
El oficial Xavier Serrano, un veterano de 8 años, fue impactado en el pecho, en los brazos y un hombro.
Ray Azucena, un policía recién comisionado, recibió un tiro en el pecho, pero su chaleco antibalas desvió el proyectil. Azucena fue dado de alta del hospital John Peter Smith a tempranas horas del sábado.
El oficial Serrano permanece en condición estable, pero sigue hospitalizado en el JPS.
Integrantes del SWAT también llegaron a la escena e intentaron negociar sin éxito, con el sujeto que estaba dentro de la bodega. Se desconoce si murió a causa de los disparos de la policía o si se quitó la vida él mismo.
La alcaldesa Betsy Price acompañó al jefe policiaco Joel Fitzgerald a una rueda de prensa en el hospital JPS. El policía Matt Pearce, quien pasó dos meses hospitalizado tras resultar malherido en acción, se les unió para hablar con los reporteros de su experiencia como sobreviviente.
En este año, tres policías del condado Tarrant han sido baleados. En Dallas, cinco oficiales fueron emboscados y murieron tras el ataque de un francotirador al final de una protesta pacífica el 7 de julio.