'Dreamer' sueña con ser futbolista profesional y poder pagarle a su familia todo lo que ha hecho por él

Lorenzo Escamilla tiene una larga historia personal que contar de todos los años que ha vivido en Dallas, pero prefiere hablar de su hijo y de los grandes sueños que tiene el joven estudiante.

Y Abraham “Abe” Escamilla preferiría que se hablara de él como futbolista, pero hasta ahora, su ocupación principal, y formal, es la de estudiante en un colegio comunitario localizado en Lufkin, Texas, rumbo al estado de Luisiana.

El futbol es su pasión, dice, y transitar por la mediacancha con el balón lo hace sentirse como pez en el agua. Sus estudios, son un mero trampolín con el que busca impulsar el sueño que en realidad lo obsesiona: convertirse en un profesional del balompié. Es por ello que está decidido a hacerse de un oficio para cumplir cabalmente con su estancia en Angelina, respaldarse con un certificado de soldador y mejorar su nivel de fut para seguir intentando atraer las miradas de los buscatalentos locales e internacionales.

“La escuela no es para mí”, dice sonriendo, mientras hace una pausa durante una comida dominical junto a su padre y hermanos en Dallas.

DOS AÑOS
En términos prácticos, por otro lado, su objetivo de aprovechar la beca que recibió para jugar futbol con el equipo del Colegio Angelina coincide con los dos años de vigencia de su permiso de trabajo y amparo contra la deportación que consiguió en abril pasado, cuando muchos se sorprendieron de que el trámite siguiera vigente, aunque en realidad, el anuncio definitivo en contra del DACA ocurrió hasta el 5 de septiembre, cuando el gobierno emitió el plazo del 5 de octubre para la última renovación de varios permisos que vencían hasta marzo de 2018.

En medio de la incertidumbre de las promesas anti-inmigrantes de Trump, Abe, a sus 19 años fue capaz de alcanzar el beneficio por primera vez tras varios años de complicaciones en los trámites que ni él ni su padre se terminan de explicar.

Cuando lo reclutaron para estudiar en el colegio comunitario de Lufkin, los entrenadores que lo vieron le explicaron que les había llamado la atención su ímpetu en el campo.

COMO SI FUERA EL ÚLTIMO
El día en que Abe estaba jugando un partido en su equipo de la high school de Lewisville, él y sus compañeros iban perdiendo, y faltando 10 segundos, con un disparo en el que venció al portero en un mano a mano empató el partido, el cual terminaron ganando en penales.

“Dijeron que se me miran las ganas”, comentó el joven, quien dejó pasar una oferta para ir a jugar/estudiar a una escuela de Kansas, por considerarla con menos oportunidad de exposición.

“Todos los partidos que juego es como si fuera mi último, doy todo lo que tengo”.

Pero también está consciente que ha dejado pasar varias oportunidades de salir a mostrarse al extranjero por falta de documentos.

“Todos los que te venían a ver querían que tuvieras tu [seguro] social y pasaporte para poder viajar”, explicó el oriundo de Monterrey, quien cruzó sin autorización a los cinco años a Estados Unidos junto a su madre.

APOYO TOTAL
Su padre y sus hermanos lo apoyan en su deseo de triunfar en el deporte, aunque no tienen mucho qué comentar cuando Abe dice que de no encontrar una oportunidad en Estados Unidos, está dispuesto a regresar a México a luchar por su sueño, ya sea como jugador activo o como parte del cuerpo técnico de un equipo.

“Se le ven muchas ganas, y si eso es lo que él quiere, está bien”, comenta su padre, orgulloso de ver a su hijo varón menor inscrito y jugando para una escuela de nivel superior.

La voluntad de abrirse paso a pesar de los obstáculos que ha encontrado la ha ido forjando desde hace varios años este joven futbolista. A los 15 empezó a jugar en las canchas de Sandy Lake (Carrollton) en equipos de ligas recreaciones locales, enfrentando a menudo a jugadores adultos, pero sin temerles.

SIN MIEDO
“Me decían, cuando agarraba el balón, pásalo de volada porque te van a quebrar o algo. Pero yo no lo hacía”. Mientras que los “grandes” lo aventajaban con edad, Abe los superaba en velocidad, dice. “Porque yo corrí a campo traviesa en la escuela. Los señores no me asustaban, nada más me cuidaba cuando sentía que sí me iban a dar”.

Abraham concluyó recientemente su primer semestre en Angelina. La temporada de futbol no llevó al equipo más allá de la temporada regular, pero Abe contó satisfecho que salió de viaje con sus compañeros para todos los partidos como visitante, algo que no todos logran, principalmente siendo novatos.

Las salidas incluyeron viajes a ciudades como Laredo y El Paso, siendo necesario cruzar puntos de revisión de la Patrulla Fronteriza, los cuales pasaron sin problema alguno.

“Vete al baño porque te van a checar”, le dijeron en broma algunos de sus compañeros a él y a uno o dos más muchachos que son recipientes de DACA, recordó Abraham.

Angelina compite en la región del suroeste de la NJCAA, en la Primera División de futbol en donde juega el actual campeón nacional, Tyler.

GRATITUD
Aunque subraya la gratitud que siente hacia su familia, desde sus hermanos, su mamá, su padrastro y su padre, y se siente en deuda permanente con ellos; recalca que no piensa en otra cosa que en dedicarse al futbol y después pagarles lo que han hecho por él.

A su padre le debe el ánimo inquebrantable de haber insistido en la solicitud de DACA; a su madre, su crianza y cuidados desde pequeño; a su padrasto, el haberlo enseñado a trabajar (se va con él a cortar zacate cuando puede), y a sus hermanos, el apoyo moral y económico incondicional, explicó.

"La escuela no me llama la atención, pero yo le echo ganas. Me dicen que soy [terco], como que no entiendo, pero no sé, nada más quiero jugar".

DACAS DEL MUNDO
Los solicitantes de DACA nacieron en 192 países diferentes. Mientras que hay 25 países con al menos 1,000 solicitantes, un 74.9 por ciento de los que pidieron el beneficio son nacidos en México y el resto provienen de El Salvador, Honduras, Guatemala, Corea del Sur, Perú, Brasil, Colmbia y Venezuela, de acuerdo a cifras recientes.

Como resultado de la decisión de la administración Trump de terminar DACA. más de 7,900 recipientes de la Acción Diferida probablemente han perdido sus beneficios, de acuerdo a un estudio reciente de CAP, el cual indica que entre el 5 de septiembre, cuando el programa fue cancelado, y el 5 de marzo de 2018, 122 perderán su protección a diario y 855 cada semana.

Y Abraham “Abe” Escamilla preferiría que se hablara de él como futbolista, pero hasta ahora, su ocupación principal, y formal, es la de estudiante en un colegio comunitario localizado en Lufkin, Texas, rumbo al estado de Luisiana.

El futbol es su pasión, dice, y transitar por la mediacancha con el balón lo hace sentirse como pez en el agua. Sus estudios, son un mero trampolín con el que busca impulsar el sueño que en realidad lo obsesiona: convertirse en un profesional del balompié. Es por ello que está decidido a hacerse de un oficio para cumplir cabalmente con su estancia en Angelina, respaldarse con un certificado de soldador y mejorar su nivel de fut para seguir intentando atraer las miradas de los buscatalentos locales e internacionales.

“La escuela no es para mí”, dice sonriendo, mientras hace una pausa durante una comida dominical junto a su padre y hermanos en Dallas.

DOS AÑOS
En términos prácticos, por otro lado, su objetivo de aprovechar la beca que recibió para jugar futbol con el equipo del Colegio Angelina coincide con los dos años de vigencia de su permiso de trabajo y amparo contra la deportación que consiguió en abril pasado, cuando muchos se sorprendieron de que el trámite siguiera vigente, aunque en realidad, el anuncio definitivo en contra del DACA ocurrió hasta el 5 de septiembre, cuando el gobierno emitió el plazo del 5 de octubre para la última renovación de varios permisos que vencían hasta marzo de 2018.

En medio de la incertidumbre de las promesas anti-inmigrantes de Trump, Abe, a sus 19 años fue capaz de alcanzar el beneficio por primera vez tras varios años de complicaciones en los trámites que ni él ni su padre se terminan de explicar.

Cuando lo reclutaron para estudiar en el colegio comunitario de Lufkin, los entrenadores que lo vieron le explicaron que les había llamado la atención su ímpetu en el campo.

COMO SI FUERA EL ÚLTIMO
El día en que Abe estaba jugando un partido en su equipo de la high school de Lewisville, él y sus compañeros iban perdiendo, y faltando 10 segundos, con un disparo en el que venció al portero en un mano a mano empató el partido, el cual terminaron ganando en penales.

“Dijeron que se me miran las ganas”, comentó el joven, quien dejó pasar una oferta para ir a jugar/estudiar a una escuela de Kansas, por considerarla con menos oportunidad de exposición.

“Todos los partidos que juego es como si fuera mi último, doy todo lo que tengo”.

Pero también está consciente que ha dejado pasar varias oportunidades de salir a mostrarse al extranjero por falta de documentos.

“Todos los que te venían a ver querían que tuvieras tu [seguro] social y pasaporte para poder viajar”, explicó el oriundo de Monterrey, quien cruzó sin autorización a los cinco años a Estados Unidos junto a su madre.

APOYO TOTAL
Su padre y sus hermanos lo apoyan en su deseo de triunfar en el deporte, aunque no tienen mucho qué comentar cuando Abe dice que de no encontrar una oportunidad en Estados Unidos, está dispuesto a regresar a México a luchar por su sueño, ya sea como jugador activo o como parte del cuerpo técnico de un equipo.

“Se le ven muchas ganas, y si eso es lo que él quiere, está bien”, comenta su padre, orgulloso de ver a su hijo varón menor inscrito y jugando para una escuela de nivel superior.

La voluntad de abrirse paso a pesar de los obstáculos que ha encontrado la ha ido forjando desde hace varios años este joven futbolista. A los 15 empezó a jugar en las canchas de Sandy Lake (Carrollton) en equipos de ligas recreaciones locales, enfrentando a menudo a jugadores adultos, pero sin temerles.

SIN MIEDO
“Me decían, cuando agarraba el balón, pásalo de volada porque te van a quebrar o algo. Pero yo no lo hacía”. Mientras que los “grandes” lo aventajaban con edad, Abe los superaba en velocidad, dice. “Porque yo corrí a campo traviesa en la escuela. Los señores no me asustaban, nada más me cuidaba cuando sentía que sí me iban a dar”.

Abraham concluyó recientemente su primer semestre en Angelina. La temporada de futbol no llevó al equipo más allá de la temporada regular, pero Abe contó satisfecho que salió de viaje con sus compañeros para todos los partidos como visitante, algo que no todos logran, principalmente siendo novatos.

Las salidas incluyeron viajes a ciudades como Laredo y El Paso, siendo necesario cruzar puntos de revisión de la Patrulla Fronteriza, los cuales pasaron sin problema alguno.

“Vete al baño porque te van a checar”, le dijeron en broma algunos de sus compañeros a él y a uno o dos más muchachos que son recipientes de DACA, recordó Abraham.

Angelina compite en la región del suroeste de la NJCAA, en la Primera División de futbol en donde juega el actual campeón nacional, Tyler.

GRATITUD
Aunque subraya la gratitud que siente hacia su familia, desde sus hermanos, su mamá, su padrastro y su padre, y se siente en deuda permanente con ellos; recalca que no piensa en otra cosa que en dedicarse al futbol y después pagarles lo que han hecho por él.

A su padre le debe el ánimo inquebrantable de haber insistido en la solicitud de DACA; a su madre, su crianza y cuidados desde pequeño; a su padrasto, el haberlo enseñado a trabajar (se va con él a cortar zacate cuando puede), y a sus hermanos, el apoyo moral y económico incondicional, explicó.

"La escuela no me llama la atención, pero yo le echo ganas. Me dicen que soy [terco], como que no entiendo, pero no sé, nada más quiero jugar".

DACAS DEL MUNDO
Los solicitantes de DACA nacieron en 192 países diferentes. Mientras que hay 25 países con al menos 1,000 solicitantes, un 74.9 por ciento de los que pidieron el beneficio son nacidos en México y el resto provienen de El Salvador, Honduras, Guatemala, Corea del Sur, Perú, Brasil, Colmbia y Venezuela, de acuerdo a cifras recientes.

Como resultado de la decisión de la administración Trump de terminar DACA. más de 7,900 recipientes de la Acción Diferida probablemente han perdido sus beneficios, de acuerdo a un estudio reciente de CAP, el cual indica que entre el 5 de septiembre, cuando el programa fue cancelado, y el 5 de marzo de 2018, 122 perderán su protección a diario y 855 cada semana.