Niña de 11 años, feliz de conocer a su abuelita: Encuentro de guerrerenses en Dallas

A sus 11 años, Evelyn Santamaría sabe muy bien que su apellido se escribe como una sola palabra y también sabe o entiende que es importante agradecer a quienes hace posible reunir en Estados Unidos a adultos mayores con sus hijos y nietos -que no pueden viajar a México a visitarlos.

El sábado por la tarde, cuando un grupo de 18 familias de varias áreas del estado de Guerrero se reunió en un salón al norte de Dallas para festejar el reencuentro con sus seres amados, Evelyn por iniciativa propia tomó el micrófono para ofrecer unas palabras respecto a la visita de su abuelita.

Recién habían terminado varios adultos de agradecer la oportunidad de ver a sus padres después de más de 20 años unos, cuando la niña, emocionada, le pidió el micrófono al señor Jaime Damían Jaimes, uno de los organizadores del evento e impulsor del programa de reunión familiar.

Evelyn tomó la palabra y dijo que primero le daba gracia a Dios, y que también le quería agrader al secretario de los Migrantes de Guerrero "por haber traido a mi abuelita", pero no pudo continuar con su discurso. Su garganta se bloqueó y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas alcanzó a decirle "Dios te bendiga" y lo abrazó. Su intervención culminó con una ola de aplausos en medio de una serie de emotivos momentos.

Doña Anastacia Noyola llevaba 18 años sin ver a la mamá de Evelyn, mientras que su conmovida nieta, quien nació en Texas, jamás había podido conocerla en persona. La niña nunca ha podido viajar a México en compañía de ningún otro familiar visitarla por no contar con la autorización de su padre.

"Me alegré mucho cuando supe que iba a venir", dijo Evelyn, quien junto a sus hermanas escribió varios carteles de bienvenida para recibir a su abuelita.

La señora Noyola, estaba seria, pero tranquila. No quiso decir mucho, pero respondió que se sentía bien de estar de nuevo junto a su hija y sus nietos. A unos ya los conocía, pero hacía muchos años que no los veía, mientra que a Evelyn era la primera vez que la abrazaba.

Cuando la música volvió a sonar -una banda tradicional de tierra caliente, la abuelita no se pudo negar y en la pista dejó ver su alegría junto a otros adultos que celebraron así la esperada reunión familiar.

Es la segunda misión cumplida en el Norte de Texas del grupo "Uniendo Corazones", que mediante un enlace entre gobiernos locales y estatales con la embajada de Estados Unidos en México ha logrado reunir a guerrerenses con familiares en Texas, California e Illionis, y próximamente en Georgia.

El sábado por la tarde, cuando un grupo de 18 familias de varias áreas del estado de Guerrero se reunió en un salón al norte de Dallas para festejar el reencuentro con sus seres amados, Evelyn por iniciativa propia tomó el micrófono para ofrecer unas palabras respecto a la visita de su abuelita.

Recién habían terminado varios adultos de agradecer la oportunidad de ver a sus padres después de más de 20 años unos, cuando la niña, emocionada, le pidió el micrófono al señor Jaime Damían Jaimes, uno de los organizadores del evento e impulsor del programa de reunión familiar.

Evelyn tomó la palabra y dijo que primero le daba gracia a Dios, y que también le quería agrader al secretario de los Migrantes de Guerrero "por haber traido a mi abuelita", pero no pudo continuar con su discurso. Su garganta se bloqueó y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas alcanzó a decirle "Dios te bendiga" y lo abrazó. Su intervención culminó con una ola de aplausos en medio de una serie de emotivos momentos.

Doña Anastacia Noyola llevaba 18 años sin ver a la mamá de Evelyn, mientras que su conmovida nieta, quien nació en Texas, jamás había podido conocerla en persona. La niña nunca ha podido viajar a México en compañía de ningún otro familiar visitarla por no contar con la autorización de su padre.

"Me alegré mucho cuando supe que iba a venir", dijo Evelyn, quien junto a sus hermanas escribió varios carteles de bienvenida para recibir a su abuelita.

La señora Noyola, estaba seria, pero tranquila. No quiso decir mucho, pero respondió que se sentía bien de estar de nuevo junto a su hija y sus nietos. A unos ya los conocía, pero hacía muchos años que no los veía, mientra que a Evelyn era la primera vez que la abrazaba.

Cuando la música volvió a sonar -una banda tradicional de tierra caliente, la abuelita no se pudo negar y en la pista dejó ver su alegría junto a otros adultos que celebraron así la esperada reunión familiar.

Es la segunda misión cumplida en el Norte de Texas del grupo "Uniendo Corazones", que mediante un enlace entre gobiernos locales y estatales con la embajada de Estados Unidos en México ha logrado reunir a guerrerenses con familiares en Texas, California e Illionis, y próximamente en Georgia.