Una estatua de dos latinos en el nuevo estadio de los Rangers

Una estatua de dos latinos en el nuevo estadio de los Rangers

Uno de los momentos más icónicos en la historia de los Texas Rangers (capturados en foto y video -y ahora inmortalizado en una estatua) lo protagonizaron hace 8 años dos jugadores latinos al celebrar el pase del equipo a la Serie Mundial después de sacarle el último out a los Yankees.

La escultura, obra de Harry Weber, es una representación del pitcher Neftalí Feliz y el catcher Bengie Molina, abrazándose al final del Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana 2010 contra Nueva York en el Globe Life Park Arlington.

Feliz ponchó a Alex Rodríguez para mandar a los Rangers a su primera Serie Mundial tras 50 años de historia de la franquicia con Molina detrás del plato y el resto es historia... Texas sucumbió ante San Francisco, pero el equipo se coló entre los grandes a partir de ese momento.

BENGIE A TEXAS
El 1 de julio de 2010, el gerente general de los Rangers, Jon Daniels cambió a un par de lanzadores derechos a los Gigantes de San Francisco por un cátcer veterano. Los conocedores del juego de la pelota opinan que fue una movida clave para la temporada de campeonato en la Americana para Texas que por poco y conquistaron la gloria.

Ese receptor que se integró a la fila de los Rangers no fue otro que Molina, el cátcher boricua que, como muchos otros, vivió una odisea antes de su debut en Las Mayores.

"Ir con los Rangers a su primera Serie Mundial, eso lo llevaré por siempre en mi corazón", dijo Molina poco antes de destapar la estatua que adornará la entrada norte del complejo Texas Live! donde está en marcha la construcción del nuevo parque de los Texas Rangers.

Libros: El tributo de Bengie Molina a su padre

A Molina, su llegada a Texas no le supo tan amarga, ya que después de varios años en la Triple A, en 1998, la primera vez que fue asignado a las Grandes Ligas fue justamente para un juego de Angels contra los Rangers, en Arlington.

"Esta es mi primera casa, me llamaron de Triple A a este estadio en 1998. No sabía a donde ir. Me perdí, era un estadio nuevo, me quedé atorado en el calor, fue como en esta época. Le pregunté a un guardia de seguridad, ¿en dónde está el "Clubhouse"? Y él me llevó adentro. Ese guardia, Noel Saldívar, sigue siendo mi amigo. Ayer cenamos y también fue por mí al aeropuerto. Es la primera persona que vi en este estadio", narró Molina.

Siendo ya un veterano, y excampeón mundial, Molina se integró pronto a la rotación de los Rangers. No tuvo que pasar mucho tiempo para que el puertorriqueño se sintiera como en casa a pesar del súbito traspaso de San Francisco.

"Cuando me cambiaron sentí feo. Sientes que nadie te quiere (cuando te cambian) pero al venir aquí y que los muchachos me hicieron sentir como en casa, amar el deporte otra vez, fue impresionante", detalló el ahora comentarista de béisbol en español.

A pesar de no ser el pelotero más atlético, sino más bien quizá uno de los más cátchers más lentos para correr las bases, Molina sorprendió y emocionó al equipo al batear para el ciclo ante Boston el 16 de julio.

Su recorrido fue como sigue: un sencillo en la segunda; un doble en la cuarta; un grand slam en la quinta y un triple en la octava entrada). Para los Rangers fue apenas la quinta ocasión en la historia de la franquicia en que un jugador bateó para el ciclo.

"...El ciclo, no sé cómo pasó, no empiecen a preguntarme. Es un gran honor estar aquí, estoy seguro de que Neftalí estaría muy emocionado y contento de estar aquí conmigo", dijo un expresivo Molina, al final de la ceremonia en Arlington.

Molina se convirtió también en el primer receptor en la historia de las Grandes Ligas en pegar un grand slam y batear el ciclo al mismo tiempo.

La escultura, obra de Harry Weber, es una representación del pitcher Neftalí Feliz y el catcher Bengie Molina, abrazándose al final del Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana 2010 contra Nueva York en el Globe Life Park Arlington.

Feliz ponchó a Alex Rodríguez para mandar a los Rangers a su primera Serie Mundial tras 50 años de historia de la franquicia con Molina detrás del plato y el resto es historia... Texas sucumbió ante San Francisco, pero el equipo se coló entre los grandes a partir de ese momento.

BENGIE A TEXAS
El 1 de julio de 2010, el gerente general de los Rangers, Jon Daniels cambió a un par de lanzadores derechos a los Gigantes de San Francisco por un cátcer veterano. Los conocedores del juego de la pelota opinan que fue una movida clave para la temporada de campeonato en la Americana para Texas que por poco y conquistaron la gloria.

Ese receptor que se integró a la fila de los Rangers no fue otro que Molina, el cátcher boricua que, como muchos otros, vivió una odisea antes de su debut en Las Mayores.

"Ir con los Rangers a su primera Serie Mundial, eso lo llevaré por siempre en mi corazón", dijo Molina poco antes de destapar la estatua que adornará la entrada norte del complejo Texas Live! donde está en marcha la construcción del nuevo parque de los Texas Rangers.

Libros: El tributo de Bengie Molina a su padre

A Molina, su llegada a Texas no le supo tan amarga, ya que después de varios años en la Triple A, en 1998, la primera vez que fue asignado a las Grandes Ligas fue justamente para un juego de Angels contra los Rangers, en Arlington.

"Esta es mi primera casa, me llamaron de Triple A a este estadio en 1998. No sabía a donde ir. Me perdí, era un estadio nuevo, me quedé atorado en el calor, fue como en esta época. Le pregunté a un guardia de seguridad, ¿en dónde está el "Clubhouse"? Y él me llevó adentro. Ese guardia, Noel Saldívar, sigue siendo mi amigo. Ayer cenamos y también fue por mí al aeropuerto. Es la primera persona que vi en este estadio", narró Molina.

Siendo ya un veterano, y excampeón mundial, Molina se integró pronto a la rotación de los Rangers. No tuvo que pasar mucho tiempo para que el puertorriqueño se sintiera como en casa a pesar del súbito traspaso de San Francisco.

"Cuando me cambiaron sentí feo. Sientes que nadie te quiere (cuando te cambian) pero al venir aquí y que los muchachos me hicieron sentir como en casa, amar el deporte otra vez, fue impresionante", detalló el ahora comentarista de béisbol en español.

A pesar de no ser el pelotero más atlético, sino más bien quizá uno de los más cátchers más lentos para correr las bases, Molina sorprendió y emocionó al equipo al batear para el ciclo ante Boston el 16 de julio.

Su recorrido fue como sigue: un sencillo en la segunda; un doble en la cuarta; un grand slam en la quinta y un triple en la octava entrada). Para los Rangers fue apenas la quinta ocasión en la historia de la franquicia en que un jugador bateó para el ciclo.

"...El ciclo, no sé cómo pasó, no empiecen a preguntarme. Es un gran honor estar aquí, estoy seguro de que Neftalí estaría muy emocionado y contento de estar aquí conmigo", dijo un expresivo Molina, al final de la ceremonia en Arlington.

Molina se convirtió también en el primer receptor en la historia de las Grandes Ligas en pegar un grand slam y batear el ciclo al mismo tiempo.