DALLAS -- Febrero es el mes del Día de San Valentín, las flores, los chocolates y de un mayor riesgo de sufrir infartos. Todos hemos escuchado que palear nieve puede provocar un infarto repentino.
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Sin embargo, las bajas temperaturas pueden aumentar significativamente las probabilidades de desarrollar un infarto incluso si no está tratando de desenterrar su auto de una pila de nieve.
Un estudio publicado en 2015 en la revista médica PLOS One indicó un aumento del 31 % de infartos durante los meses más fríos en comparación con los más cálidos. Un estudio de 16 años de aproximadamente 300,000 pacientes publicado en ScienceDaily también reveló que los índices de infartos subían en invierno. La Asociación Estadounidense del Corazón (American Heart Association) indica que las personas que tienen mayor riesgo de sufrir infartos en el invierno son aquellas que ya han tenido un ataque al corazón, una enfermedad cardíaca o tienen más de 65 años. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular también aumenta en el invierno.
"El clima frío provoca la constricción de los vasos sanguíneos, lo que hace que sea más difícil administrar suficiente oxígeno al corazón. Además, el músculo del corazón tiene que trabajar más en climas fríos simplemente para mantener una temperatura saludable y evitar una hipotermia", explicó James de Lemos, MD, cardiólogo de Parkland Health & Hospital System y profesor de Medicina Interna/Cardiología del UT Southwestern Medical Center.
Aparte de mayores niveles de presión arterial en bajas temperaturas, los niveles de colesterol también parecen aumentar en pleno invierno, indicó el Dr. de Lemos. "El invierno no debería ser un momento para abandonar los buenos hábitos", expresó.
El Dr. de Lemos aconsejó que las personas con enfermedades cardíacas conocidas deben mantenerse especialmente alertas a los signos de un infarto durante el clima frío, como la falta de aire o angina o las molestias en el pecho.
"Los signos más habituales para tener en cuenta son la sensación de gran opresión en el pecho, el dolor que baja por el brazo o sube al cuello y las náuseas", indicó el Dr. de Lemos.
Otros signos de infartos pueden incluir fatiga extrema, mareos, sudoración, síntomas como los de la gripe y hasta dolor de espalda o mandíbula. Según el Dr. de Lemos, estos síntomas menos habituales pueden ser especialmente comunes en mujeres y personas mayores.
El hecho de no notar síntomas leves también implica un enorme riesgo. Un estudio publicado en la revista Circulation indicó que hasta un 45 por ciento de los infartos son "silenciosos", lo que significa que se producen sin signos evidentes.
Si ya experimentó un infarto o tiene riesgo de sufrir uno, conozca sus limitaciones. "No es una buena idea que las personas con enfermedades cardíacas salgan y hagan una cantidad heroica de ejercicio en climas fríos, como palear nieve. Pasar repentinamente de hacer poco ejercicio o nada a someterse a un enorme nivel de esfuerzo en bajas temperaturas sobrecarga al corazón", expresó el Dr. de Lemos.
Si va a abordar una actividad intensa al aire libre en climas fríos, siga los consejos que ofrecen los cardiólogos que pueden reducir el riesgo de sufrir problemas del corazón. No salga y palee nieve ni camine a primera hora de la mañana, ya que la sangre es más propensa a coagularse en ese momento del día. Dese tiempo para levantarse y moverse. Entre en calor con estiramiento y actividades en espacios interiores, vístase de manera adecuada, cubriéndose las manos, la cabeza y la boca, y tómese un recreo de 15 minutos para reducir la carga del corazón.
Lo mejor que puede hacer para su corazón en febrero, o en cualquier momento del año, es moverse, explicó el Dr. de Lemos. "Las maneras más importantes de prevenir una enfermedad cardíaca son seguir una dieta saludable para el corazón y hacer actividad física moderada de manera regular. Recomendamos 30 minutos de ejercicio aeróbico al menos cinco veces a la semana. No es necesario que se quede sin aire o empiece a sudar para obtener los beneficios".
Sin embargo, indicó, no confunda hacer muchas actividades con hacer ejercicio. "Es un concepto erróneo frecuente que, debido a que permanece activo y ocupado, no debe ir al gimnasio o caminar de manera regular. Estar ocupado no es lo mismo que hacer actividad física aeróbica de manera regular. Tómese tiempo para hacer ejercicio real en su rutina diaria para reducir el estrés y mejorar el flujo de sangre y oxígeno. Su corazón se lo agradecerá".
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Sin embargo, las bajas temperaturas pueden aumentar significativamente las probabilidades de desarrollar un infarto incluso si no está tratando de desenterrar su auto de una pila de nieve.
Un estudio publicado en 2015 en la revista médica PLOS One indicó un aumento del 31 % de infartos durante los meses más fríos en comparación con los más cálidos. Un estudio de 16 años de aproximadamente 300,000 pacientes publicado en ScienceDaily también reveló que los índices de infartos subían en invierno. La Asociación Estadounidense del Corazón (American Heart Association) indica que las personas que tienen mayor riesgo de sufrir infartos en el invierno son aquellas que ya han tenido un ataque al corazón, una enfermedad cardíaca o tienen más de 65 años. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular también aumenta en el invierno.
"El clima frío provoca la constricción de los vasos sanguíneos, lo que hace que sea más difícil administrar suficiente oxígeno al corazón. Además, el músculo del corazón tiene que trabajar más en climas fríos simplemente para mantener una temperatura saludable y evitar una hipotermia", explicó James de Lemos, MD, cardiólogo de Parkland Health & Hospital System y profesor de Medicina Interna/Cardiología del UT Southwestern Medical Center.
Aparte de mayores niveles de presión arterial en bajas temperaturas, los niveles de colesterol también parecen aumentar en pleno invierno, indicó el Dr. de Lemos. "El invierno no debería ser un momento para abandonar los buenos hábitos", expresó.
El Dr. de Lemos aconsejó que las personas con enfermedades cardíacas conocidas deben mantenerse especialmente alertas a los signos de un infarto durante el clima frío, como la falta de aire o angina o las molestias en el pecho.
"Los signos más habituales para tener en cuenta son la sensación de gran opresión en el pecho, el dolor que baja por el brazo o sube al cuello y las náuseas", indicó el Dr. de Lemos.
Otros signos de infartos pueden incluir fatiga extrema, mareos, sudoración, síntomas como los de la gripe y hasta dolor de espalda o mandíbula. Según el Dr. de Lemos, estos síntomas menos habituales pueden ser especialmente comunes en mujeres y personas mayores.
El hecho de no notar síntomas leves también implica un enorme riesgo. Un estudio publicado en la revista Circulation indicó que hasta un 45 por ciento de los infartos son "silenciosos", lo que significa que se producen sin signos evidentes.
Si ya experimentó un infarto o tiene riesgo de sufrir uno, conozca sus limitaciones. "No es una buena idea que las personas con enfermedades cardíacas salgan y hagan una cantidad heroica de ejercicio en climas fríos, como palear nieve. Pasar repentinamente de hacer poco ejercicio o nada a someterse a un enorme nivel de esfuerzo en bajas temperaturas sobrecarga al corazón", expresó el Dr. de Lemos.
Si va a abordar una actividad intensa al aire libre en climas fríos, siga los consejos que ofrecen los cardiólogos que pueden reducir el riesgo de sufrir problemas del corazón. No salga y palee nieve ni camine a primera hora de la mañana, ya que la sangre es más propensa a coagularse en ese momento del día. Dese tiempo para levantarse y moverse. Entre en calor con estiramiento y actividades en espacios interiores, vístase de manera adecuada, cubriéndose las manos, la cabeza y la boca, y tómese un recreo de 15 minutos para reducir la carga del corazón.
Lo mejor que puede hacer para su corazón en febrero, o en cualquier momento del año, es moverse, explicó el Dr. de Lemos. "Las maneras más importantes de prevenir una enfermedad cardíaca son seguir una dieta saludable para el corazón y hacer actividad física moderada de manera regular. Recomendamos 30 minutos de ejercicio aeróbico al menos cinco veces a la semana. No es necesario que se quede sin aire o empiece a sudar para obtener los beneficios".
Sin embargo, indicó, no confunda hacer muchas actividades con hacer ejercicio. "Es un concepto erróneo frecuente que, debido a que permanece activo y ocupado, no debe ir al gimnasio o caminar de manera regular. Estar ocupado no es lo mismo que hacer actividad física aeróbica de manera regular. Tómese tiempo para hacer ejercicio real en su rutina diaria para reducir el estrés y mejorar el flujo de sangre y oxígeno. Su corazón se lo agradecerá".