Crystal Romero viajó de Fort Worth a Killeen, Texas a principios de junio buscando unirse a las protestas pacíficas que la familia de Vanessa Guillén hacía cada viernes afuera de la base militar de Fort Hood para llamar la atención por la desaparición de la soldado, cuyos restos las autoridades tardarían en localizar más de dos meses después de su asesinato.
Romero, una maestra de primaria de tiempo completo, condujo en automóvil con una amiga y otra familia salió en un vehículo aparte alrededor del mediodía del pasado 12 de junio, para llegar con tiempo a sumarse a la manifestación de ese viernes, programada de 4 p.m. a 7 p.m.
Relacionada: El GoFundMe oficial de la familia Guillén
Al final del evento, al igual que muchas otras personas que hicieron una larga fila, Romero se acercó a saludar a Gloria Guillén, la madre de Vanessa, quien empezaba a atraer cada vez más la atención en los medios de comunicación por la fuerza con la que pedía apoyo para saber el paradero de su hija, esperando encontrarla viva.
"VENGAN MÁS": Cuando habló con la señora Guillén esa tarde, Romero le explicó que deseaba apoyarla en su causa, pero no podía regresar cada viernes a protestar o invitar a más gente de Dallas/Fort Worth como le pedía la desesperada madre. Sin embargo, le prometió que imprimiría camisetas para difundir el caso de Vanessa y los fondos de las ventas que hiciera se los entregaría íntegros.
"Me conmovió mucho la señora en esos cinco minutos que hablamos y así nació todo [esto]", dice Romero, quien el martes 7 de julio se unió a la multitudinaria protesta pacífica afuera del Ayuntamiento de Dallas y vendió cientos de camisetas en memoria de Guillén, explicando públicamente su objetivo de contribuir a los gastos en los que ha incurrido la familia de la joven militar.
Video: "Seguimos luchando contra todo", padre de V.G.
La labor de Romero ha ido más allá de vender camisetas. Los interesados en comprarlas la han estado contactando por mensajes privados en Facebook, mayormente mujeres, y conmovidas por el caso Guillén, innumerables madres le confían casos de abusos que sus hijas han sufrido. También le han dejado mensajes de voz, algunos con descripciones gráficas, y ha atendido a cada uno, incluso en llamadas telefónicas. Afortunadamente está en el descanso de las vacaciones escolares y explica que le ha dedicado por el momento el 100 por ciento de su tiempo, debido al cariño que le nació por Vanessa y a la comprensión por ver "la desesperación de una madre".
FORT WORTH: La demostración que organizó en su natal Fort Worth el domingo pasado también le permitió vender más camisetas con la silueta rosa militar y un rosario en el cuello, además de la leyenda "No Soldier Left Behind".
Al evento llegaron por lo menos 1,000 personas; unas a pie, otras a caballo y muchas más a bordo de automóviles desfilando alrededor del edificio de la corte municipal con banderas y parcartas en recuerdo de la soldado.
"Aquí está tu pueblo, que te quiere, que te está apoyando y que no va a dejar a tu familia sola, Vanessa", dijo Romero, emocionada, poco antes de dar paso esa noche a un rosario que rezaron en su honor los asistentes, poco antes de dispersarse.
Hasta ahora, la joven maestra ha vendido alrededor de 1,500 camisetas y ha hecho envíos a México, Canadá, Inglaterra y Alemania. Su meta es viajar a Houston el fin de semana y hacerle entrega del dinero reunido a la madre de Vanessa.
Romero, una maestra de primaria de tiempo completo, condujo en automóvil con una amiga y otra familia salió en un vehículo aparte alrededor del mediodía del pasado 12 de junio, para llegar con tiempo a sumarse a la manifestación de ese viernes, programada de 4 p.m. a 7 p.m.
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Al final del evento, al igual que muchas otras personas que hicieron una larga fila, Romero se acercó a saludar a Gloria Guillén, la madre de Vanessa, quien empezaba a atraer cada vez más la atención en los medios de comunicación por la fuerza con la que pedía apoyo para saber el paradero de su hija, esperando encontrarla viva.
"VENGAN MÁS": Cuando habló con la señora Guillén esa tarde, Romero le explicó que deseaba apoyarla en su causa, pero no podía regresar cada viernes a protestar o invitar a más gente de Dallas/Fort Worth como le pedía la desesperada madre. Sin embargo, le prometió que imprimiría camisetas para difundir el caso de Vanessa y los fondos de las ventas que hiciera se los entregaría íntegros.
"Me conmovió mucho la señora en esos cinco minutos que hablamos y así nació todo [esto]", dice Romero, quien el martes 7 de julio se unió a la multitudinaria protesta pacífica afuera del Ayuntamiento de Dallas y vendió cientos de camisetas en memoria de Guillén, explicando públicamente su objetivo de contribuir a los gastos en los que ha incurrido la familia de la joven militar.
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La labor de Romero ha ido más allá de vender camisetas. Los interesados en comprarlas la han estado contactando por mensajes privados en Facebook, mayormente mujeres, y conmovidas por el caso Guillén, innumerables madres le confían casos de abusos que sus hijas han sufrido. También le han dejado mensajes de voz, algunos con descripciones gráficas, y ha atendido a cada uno, incluso en llamadas telefónicas. Afortunadamente está en el descanso de las vacaciones escolares y explica que le ha dedicado por el momento el 100 por ciento de su tiempo, debido al cariño que le nació por Vanessa y a la comprensión por ver "la desesperación de una madre".
FORT WORTH: La demostración que organizó en su natal Fort Worth el domingo pasado también le permitió vender más camisetas con la silueta rosa militar y un rosario en el cuello, además de la leyenda "No Soldier Left Behind".
Al evento llegaron por lo menos 1,000 personas; unas a pie, otras a caballo y muchas más a bordo de automóviles desfilando alrededor del edificio de la corte municipal con banderas y parcartas en recuerdo de la soldado.
"Aquí está tu pueblo, que te quiere, que te está apoyando y que no va a dejar a tu familia sola, Vanessa", dijo Romero, emocionada, poco antes de dar paso esa noche a un rosario que rezaron en su honor los asistentes, poco antes de dispersarse.
Hasta ahora, la joven maestra ha vendido alrededor de 1,500 camisetas y ha hecho envíos a México, Canadá, Inglaterra y Alemania. Su meta es viajar a Houston el fin de semana y hacerle entrega del dinero reunido a la madre de Vanessa.
