La suya ha sido una historia inusual dentro de la literatura norteamericana, aunque no fue la única. A los 34 años, Nelle Harper Lee, una prometedora escritora criada en el Sur estadounidense, publicó su primera novela, sin imaginar que transformaría para siempre su vida y también la de la nación.
"Matar a un ruiseñor" (To Kill A Mockingbird) fue desde que llegó a las librerías un 11 de julio de 1960, un éxito instantáneo, no sólo porque se atrevió a retratar con inusual crudeza las injustas condiciones de vida que experimentaban los afroamericanos en una de las regiones más racistas del país, sino también por sus incuestionables valores literarios. El libro hizo que Lee obtuviera el prestigioso premio Pulitzer por su trabajo, pero además sirvió de base a uno de los grandes clásicos del cine de la época.
La película del mismo nombre que dirigió Robert Mulligan en 1962 le dejó el Oscar al Mejor Actor a Gregory Peck, su protagonista, y también se llevó estatuillas doradas al Mejor Guion Adaptado para Horton Foote y a la Mejor Dirección Artística. Mary Badham, la niña de 10 años que encarnó a Scout en el film, obtuvo además una nominación a la Mejor Actriz de Reparto. Como verdadera adelantada a su tiempo, "Matar a un ruiseñor" tanto en su forma de libro como de película, sin dudas ayudó a generar en un sector de la población norteamericana la conciencia social de que ciertas cosas tenían que cambiar.
Harper Lee se convirtió en la gran escritora del momento, y aunque las expectativas que el mundo puso en ella fueron enormes, tomó el camino menos esperado. Se dedicó en esos años a ayudar a su amigo Truman Capote a investigar un horrible asesinato cuadruple en Kansas, originariamente para un artículo periodístico, pero que luego sería la base de otro gran clásico de la literatura de la época, la novela "A sangre fría". Aunque el mundo esperaba un nuevo libro que continuara el mejor debut literario de la década, la escritora optó por desaparecer, y a partir de 1964 en adelante rechazó casi todas las solicitud de entrevistas, contestando de puño y letra cada pedido con una amable negativa.
Por eso, cuando Lee anunció a través de un comunicado a principio de este año que el 14 de julio HarperCollins publicará su segunda novela, "Ven y pon un centinela", la sorpresa fue mayúscula. No es secreto que a lo largo de los años comenzó a escribir libros que nunca concluyó por no estar satisfecha, pero la razón por la que se resistió a volver a ser noticia tuvo que ver con la conmoción que generó en su vida la celebridad que nunca espero experimentar. Fue precisamente en 1964 que le confió a su colega Roy Newquist: "fue como si me hubiesen liquidado de un golpe en la cabeza. La verdad es que no esperaba que el libro se vendiera. Me imaginaba una muerte rápida y misericordiosa a manos de los crítiocs pero a la vez tenía la esperanza de que a alguien le gustara lo suficiente como para alentarme publicamente. Esperaba muy poco, pero recibí mucho, y en cierta forma esto resultó ser tan escalofriante como esa muerte rápida y misericordiosa que esperaba".
En realidad, este nuevo libro es el primero de su breve carrera. Tras mudarse a Nueva York desde su nativa Alabama con el sueño de escribir, aprovechó el generoso regalo de un año de salario que recibió de sus amigos para poder intentarlo. Pero el primer manuscrito que presentó llevó al editor a proponer nuevas avenidas para los protagonistas, Atticus Finch y Scout, y así fue como Lee se lanzó a escribir “To Kill A Mockingbird” y "Ven y pon un centinela" quedó guardado durante 5 décadas, hasta que la autora, ya octogenaria, decidió dejarle un regalo a sus fieles seguidores y autorizó su sorpresvia publicación para este año.
"Matar a un ruiseñor" (To Kill A Mockingbird) fue desde que llegó a las librerías un 11 de julio de 1960, un éxito instantáneo, no sólo porque se atrevió a retratar con inusual crudeza las injustas condiciones de vida que experimentaban los afroamericanos en una de las regiones más racistas del país, sino también por sus incuestionables valores literarios. El libro hizo que Lee obtuviera el prestigioso premio Pulitzer por su trabajo, pero además sirvió de base a uno de los grandes clásicos del cine de la época.
La película del mismo nombre que dirigió Robert Mulligan en 1962 le dejó el Oscar al Mejor Actor a Gregory Peck, su protagonista, y también se llevó estatuillas doradas al Mejor Guion Adaptado para Horton Foote y a la Mejor Dirección Artística. Mary Badham, la niña de 10 años que encarnó a Scout en el film, obtuvo además una nominación a la Mejor Actriz de Reparto. Como verdadera adelantada a su tiempo, "Matar a un ruiseñor" tanto en su forma de libro como de película, sin dudas ayudó a generar en un sector de la población norteamericana la conciencia social de que ciertas cosas tenían que cambiar.
Harper Lee se convirtió en la gran escritora del momento, y aunque las expectativas que el mundo puso en ella fueron enormes, tomó el camino menos esperado. Se dedicó en esos años a ayudar a su amigo Truman Capote a investigar un horrible asesinato cuadruple en Kansas, originariamente para un artículo periodístico, pero que luego sería la base de otro gran clásico de la literatura de la época, la novela "A sangre fría". Aunque el mundo esperaba un nuevo libro que continuara el mejor debut literario de la década, la escritora optó por desaparecer, y a partir de 1964 en adelante rechazó casi todas las solicitud de entrevistas, contestando de puño y letra cada pedido con una amable negativa.
Por eso, cuando Lee anunció a través de un comunicado a principio de este año que el 14 de julio HarperCollins publicará su segunda novela, "Ven y pon un centinela", la sorpresa fue mayúscula. No es secreto que a lo largo de los años comenzó a escribir libros que nunca concluyó por no estar satisfecha, pero la razón por la que se resistió a volver a ser noticia tuvo que ver con la conmoción que generó en su vida la celebridad que nunca espero experimentar. Fue precisamente en 1964 que le confió a su colega Roy Newquist: "fue como si me hubiesen liquidado de un golpe en la cabeza. La verdad es que no esperaba que el libro se vendiera. Me imaginaba una muerte rápida y misericordiosa a manos de los crítiocs pero a la vez tenía la esperanza de que a alguien le gustara lo suficiente como para alentarme publicamente. Esperaba muy poco, pero recibí mucho, y en cierta forma esto resultó ser tan escalofriante como esa muerte rápida y misericordiosa que esperaba".
En realidad, este nuevo libro es el primero de su breve carrera. Tras mudarse a Nueva York desde su nativa Alabama con el sueño de escribir, aprovechó el generoso regalo de un año de salario que recibió de sus amigos para poder intentarlo. Pero el primer manuscrito que presentó llevó al editor a proponer nuevas avenidas para los protagonistas, Atticus Finch y Scout, y así fue como Lee se lanzó a escribir “To Kill A Mockingbird” y "Ven y pon un centinela" quedó guardado durante 5 décadas, hasta que la autora, ya octogenaria, decidió dejarle un regalo a sus fieles seguidores y autorizó su sorpresvia publicación para este año.